feria de fallas | segundo festejo del ciclo

Jesús Chover sale a hombros

  • El valenciano, premiado de manera generosa con las dos orejas de su segundo novillo

  • Alejandro Gardel y Ángel Téllez se marchan de vacío

Tal como está el panorama novilleril -apenas se celebran novilladas picadas-, la apuesta de la empresa que gestiona la plaza de toros de Valencia en Fallas, con dos novilladas consecutivas, supone una bocanada de aire fresco; al menos para los jóvenes que han sido contratados en estos dos festejos. En la primera, celebrada ayer, resultó ganador el local Jesús Chover, un torero que lleva ya ocho años como novillero y al que apodera Vicente Ruiz El Soro. Chover dejó patente su gran disposición, una amplia variedad capotera y alegría en banderillas. Su actuación fue toda una traca en la que, pese a su entrega y garra, faltó reposo en su toreo.

La novillada de Fernando Peña, de encaste Torrestrella, resultó desigual en hechuras y juego. Los mejores astados para el torero fueron el nobilísimo primero y el cuarto por su gran calidad.

Novillada de Fernando Peña, de presentación y juego desigual, destacando 1º y 4º

Jesús Chover, con el mejor lote, conectó fácilmente con sus paisanos. Con el novillo nobilísimo que abrió plaza, al que recibió a portagayola, con una larga de rodillas, logró los mejores muletazos en una buena serie al natural en un faena que comenzó con muletazos por bajo y cerró con manoletinas y una estocada, tras la que dio una merecida vuelta al ruedo.

Con el cuarto, un ejemplar con calidad, volvió a derrochar entrega. Tras jugarse el tipo en una larga cambiada de rodillas a portagayola, voló con soltura el capote. Prendió nuevamente garapullos, aunque no siempre con acierto. La faena resultó desigual, logrando los mejores muletazos con la diestra. Mató mal, de pinchazo y un sablazo y la presidencia, generosa, concedió las dos orejas.

El madrileño Alejandro Gardel, quien apuntó buenas maneras y pecó de frialdad, contó con un mal lote. Poco pudo hacer en lo artístico con el flojísimo y muy parado segundo al que despachó de media estocada y tres descabellos.

Con el quinto, un astado al que le faltó celo y empuje, Gardel intentó el lucimiento dentro de la ortodoxia. Consiguió un par de tandas con algunos muletazos suaves. En esta ocasión mató de pinchazo y estocada.

Ángel Téllez sufrió un susto cuando fue cogido por el tercer novillo cuando manejaba la izquierda. El astado buscó al novillero, cuando yacía en la arena, con saña. Afortunadamente no pasó a mayores. El diestro dio un mitin con los aceros.

Con el que cerró plaza, un animal que no llegó a romper, el toledano se mostró pundonoroso. De nuevo, volvió a marrar de manera estrepitosa con la espada y el verduguillo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios