Toros

Pablo Hermoso saca la artillería suficiente para repetir triunfo

  • El rejoneador navarro, con dos trasteos desiguales abre la Puerta del Gallo

GANADERÍA: Toros de la ganadería de Luis Albarrán, desiguales de presencia pero aceptables en conjunto. Primero, cuarto, quinto y sexto, manejables aunque a menos en el último tramo de las faenas. Segundo, el mejor, noble y con transmisión. El peor fue el tercero, manso y rajado al final. TOREROS: Fermín Bohórquez, rejón contrario (oreja) y dos pinchazos y rejón trasero (ovación) ; Pablo Hermoso de Mendoza, rejón trasero de efecto fulminante (dos orejas) y dos pinchazos y rejón contrario (oreja). Diego Ventura, rejón (oreja) y pinchazo y rejón trasero (oreja). Incidencias: Plaza de toros de Pozoblanco. Última corrida del ciclo de Las Mercedes. Casi lleno con el cartel de 'no hay billetes' en el sol. Al inicio de la corrida se guardó un minuto de silencio en memoria de Francisco Rivera Paquirri, fallecido en esta plaza hace 26 años. Ventura y Pablo Hermoso abren la Puerta del Gallo.

Pablo Hermoso de Mendoza realizó ayer dos trasteos desiguales. Uno muy bueno y otro desajustado. En uno sacó toda la artillería de su cuadra y en el segundo, con las dos orejas del anterior en el bolsillo, se alivió y dio entrada a las promesas, alguna consagrada pero no a la altura de las grandes estrellas. La faena al primero de su lote fue templada, con momentos de gran ajuste y calidad. Curro y Chenel, la cabeza de su cartel, abrieron el camino del éxito en rejones y banderillas, respectivamente. Destacó la cabalgada a dos pistas con Chenel, y fueron de cartel los dos quiebros que ejecutó en los medios. Sólo un pero. Un rejoneador de esa valía y con la labor que estaba desarrollando no precisa tantos sombrerazos ni petición de aplausos para calentar al respetable. Luego sacó a ïcaro y hubo un par de banderillas de correctísima ejecución, al estribo. Y con Pirata, el último exponente de la artillería del rejoneador navarro anduvo muy certero con las cortas.

El problema es que toda la precisión que tuvo Pablo Hermoso con los cañones de su cuadra le faltó en el segundo toro, cuando sacó las monturas que está placeando y que aún no están a la altura de los citados anteriormente. Es el caso de Saramago o Machado.

Falló el estellés con los rejones, con las banderillas y con las cortas a la hora de clavar, y aunque en su descargo haya que decir que el toro era más parado, quedó evidencia de que el rejoneador había optado por el alivio.

Ventura era también esperado, pero a sus dos toros les faltó empuje. Pechó con el peor de la corrida en el primer caso y sólo pudo estar correcto con el sexto, grandón y fuera de tipo. En cualquier caso, Ventura tiró de su repertorio espectacular y ecuestre para calentar el tendido. Hubo teléfonos, quiebros de largo recorrido y, eso sí, dos encuentros en banderillas de buen nivel cuando montó a Wellington en el segundo toro. Y como hasta los banderilleros le piden la música después de que él anime al tendido, pues todo se une para que la gente esté con él y aplauda cada una de las suertes.

Bohórquez, por su parte, realizó dos trasteos correctos en su intervención. Intentó calentar el ambiente en la plaza a base de pasadas y de caballazos de un lado a otro del ruedo vallesano. Sí se le agradece que quiere clavar con ortodoxia y al estribo y que sus gestos a la galería son menos. Pero eso, en el rejoneo actual es el elemento más importante. Sin ello no hay triunfo, aunque sea cierto que se monta mejor que nunca y que Pablo Hermoso, cuando saca toda su artillería, sea una gran espectáculo.

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