Fernando Robleño cortó dos orejas, una de cada toro de su lote, y salió triunfador, en el último festejo del Corpus granadino, una corrida de Victorino Martín, que volvía a Granada tras veintidós años de ausencia. Toros bien presentados y de juego desigual. Primero, segundo, manejables; noble el quinto; parados tercero y sexto; y bronco el cuarto.
Juan José Padilla, silencio y pitos. Antonio Ferrera, ovación y oreja. Fernando Robleño, oreja y oreja.
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