Toros

Terrible pitonazo en la boca

  • Miguel Abellán fue cogido por el primer toro, que le destrozó varias piezas dentales · El Fandi brilla en banderillas, pero pierde una buena oportunidad ante el noble cuarto · Daniel Luque, sin opciones

GANADERÍA: Se estoquearon cuatro toros de La Palmosilla; uno de Mari Carmen Camacho, primero y otro de El Torero, como sexto bis, dispares en presentación y juego. TOREROS: Miguel Abellán, de blanco y plata. Dos pinchazos: recibiendo un pitonazo en la boca e ingresando a la enfermería. El Fandi lo descabelló al primer intento. David Fandila 'El Fandi', de grana y oro. Pinchazo y estocada (saludos). En el cuarto, estocada (silencio). En el sexto, estocada y descabello (silencio). Daniel Luque, de blanco y oro con remates negros. Casi entera y descabello (aplausos tras aviso). En el quinto, pinchazo y estocada (silencio). Incidencias: Las Ventas. Sábado 11 de junio. Media entrada. Abellán fue atendido de "herida contusa por asta de toro en labio inferior que provoca destrozos en músculo orbicular y avulsión de piezas dentales. Ligera conmoción. Pronóstico reservado que le impide continuar la lidia".

Un navajazo en la boca del primer toro a Miguel Abellán, que sangró abundantemente e ingresó en la enfermería, enmudeció al público y nos habló que el drama es una de las caras de la moneda de la Fiesta. Se perfiló el diestro en la suerte suprema y pinchó en el primer envite. De nuevo, cuadró al toro y se tiró para otro pinchazo hondo arriba, entre tanto el toro se revolvió y lanzó un derrote brutal a la boca del torero. Abellán, quedó conmocionado del terrible golpe y comenzó a sangrar. Sus compañeros, entre ellos El Fandi, le llevaron de inmediato a la enfermería, donde fue atendido del percance, con pérdida de piezas dentales, y de donde salió en ambulancia camino de una clínica. El Fandi remató al toro con un descabello. Con anterioridad, Abellán había realizado una labor de trámite con un ejemplar de buenas hechuras, flojo y que resultó un marmolillo. La corrida de La Palmosilla, remendada con dos toros de Mari Carmen Camacho -primero y sexto-, se completó con un sobrero de El Torero, que sustituyó al inválido sexto.

David Fandila El Fandi -por el percance mencionado-, llegó a estoquear tres toros sin convencer con la muleta. Destacó en el tercio de banderillas ante el cuarto y sexto bis, en los que apostó más por la autenticidad que por la espectacularidad. El segundo, feote, algo montado, que se metía por ambos pitones. El granadino, en una labor extensa, consiguió su mejor pasaje en una tanda con la diestra. Con el cuarto, animal con trapío y nobleza, El Fandi fue ovacionado fuertemente en el segundo tercio, brillando especialmente en un par por los adentros y otro de dentro afuera. Fandila se hinchó de dar muletazos, sin que el trasteo llegara a emocionar lo más mínimo al público.

El sexto, de Mari Carmen Camacho, inválido, fue sustituido por un cinqueño, alto, montado y astifino, de El Torero. El Fandi dio de nuevo su mejor versión en banderillas, prendiendo, haciendo las delicias para la galería en un par al violín y convenciendo a los aficionados con otro par por los adentros con mucha exposición. La labor, con un astado que transmitía poco, no cobró altura.

Daniel Luque continúa gafado con sus lotes. Ayer tuvo en mala suerte dos astados flojísimos, que fueron muy protestados. Luque estuvo acertado ante su primer oponente, al que toreó templadamente en las afueras, a media altura. Lo mejor, una tanda con la diestra, que cerró con un cambio de mano, un pase de pecho y un pase del desprecio. La labor del sevillano al inválido quinto no fue tenida en cuenta por un público más pendiente de protestar una y otra vez la flojedad del animal.

Precisamente la ausencia de fuerzas de los toros es uno de los males que están marcando la temporada. Ayer fue la ruina para un espectáculo que estuvo marcado por la nota negativa de ese navajazo dramático en la boca a Miguel Abellán, que dentro de lo que cabe fue protegido por la diosa fortuna ¿Se imaginan las consecuencias de ese pitonazo tan sólo unos centímetros más abajo, en el cuello?

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