Segunda corrida de la feria de san miguel

Toros deslucidos, toreros entregados

  • La corrida de Alcurrucén, con una gran dosis de mansedumbre, resultó muy deslucida . El Cid, Castella y Luque, voluntariosos, se marchan de vacío.

La corrida de Alcurrucén, desigualmente presentada, resultó muy deslucida en su juego, con una gran dosis de mansedumbre, principalmente en los dos primeros tercios -algo habitual en el encaste de este hierro, Núñez-. Pero en la muleta, ninguno tuvo ese tranco típico de los 'núñez'. Es más, ninguno de los seis astados embistió con un mínimo de bravura y clase. Por supuesto, si los toreros apenas tuvieron opciones con la muleta, con el capote les resultó prácticamente imposible lucirse.

Manuel Jesús 'El Cid', con entrega, sufrió un tremendo porrazo en su primero y un par de varetazos del sexto en la suerte suprema. El que abrió plaza salió muy distraído, como si buscara a algún conocido en el tendido. Continuó sin fijeza en los primeros y tercios. El Cid abrió faena con la diestra, en una apertura con ligazón. En las afueras estuvo entonado en otro par de tandas. Cuando iniciaba un remate, el toro lo atrapó y lo lanzó por los aires. El diestro se levantó aturdido tras la tremenda voltereta. Labor tesonera, que fue ovacionada.

Con el incierto cuarto, volvió a apostar el saltereño sin escatimar esfuerzos; sufriendo una colada por el pitón derecho, de las que quitan la respiración. El toro, que se había hecho el distraído a lo largo de la lidia, esperó al espada en la suerte suprema y en sendos envites le lanzó dos viajes asesinos, que afortunadamente no pasaron de varetazos.

Sebastián Castella no llegó a calar apenas en el público. Ante el noble segundo, sin entrega y que salía con la cara por las nubes, el francés brilló en una serie con la diestra en la que llevó cosido al toro en muletazos lentos. De largo, puso la emoción en un muletazo por la espalda. Y también logró otra tanda diestra con muletazos largos.

Con el quinto, de pinta barrosa y mansísimo, Castella pisó terrenos difíciles con una facilidad pasmosa. Tras su archiconocido comienzo de faena, con un muletazo por la espalda en los medios, porfió con el pésimo ejemplar de Alcurrucén en una labor que no emocionó al respetable. Trasteo que terminó en cercanías, con el péndulo y otros alardes de valor. El público llegó a 'perdir la hora' para que acabara éste eterno quinto acto.

Daniel Luque consiguió la faena con más armazón y argumento. La concretó con el tercero, un toro recogido de cuerna, manejable, aunque sin ritmo y calidad, al que el torero de Gerena entendió. Preciosa apertura encelando al animal. En las afueras, aunque se frenaba a mitad de las tandas, el sevillano mandó con toques y supo alargar las acometidas del burel, que se rajó de inmediato. El estoconazo hasta el puño fue muy ovacionado. El toro tardó en caer y todo quedó en una fuerte ovación.

En realidad, el festejo resultó un tostón, en el que unos toreros entregados se estrellaron con unos toros muy deslucidos.

Segunda corrida de la feria de san miguel

Ganadería: Corrida de Alcurrucén, desigual en presentación. En comportamiento, muy deslucida; primero, manso, noblón y sin clase; segundo, noble, sin entrega, acometía con la cara alta; tercero, manejable, sin ritmo ni calidad; cuarto, incierto; quinto, mansísimo;y sexto, sin clase, acometiendo a media altura. Toreros: Manuel Jesús El Cid, de verde y oro. Pinchazo y estocada (saludos tras ovación). En el cuarto, pinchazo, media estocada y un descabello (silencio). Sebastián Castella, de azul y oro. Casi entera trasera y caída y dos descabellos (silencio tras aviso). En el quinto, pinchazo y casi entera (silencio tras aviso). Daniel Luque, de caña y oro. Estoconazo (saludos tras ovación). En el sexto, pinchazo y casi entera (silencio).Incidencias: Plaza de toros de la Real Maestanza de Sevilla. Sábado 22 de septiembre de 2012. Tres cuartos de entrada. Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio por Félix Saugar Pirri, fallecido el viernes.

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