Toros

Triunfo total en Salamanca con Hermoso, Juli y Talavante

  • El rejoneador y los dos diestros salen a hombros, tras una gran tarde en La Glorieta

GANADERÍA: Dos toros para rejones de Carmen Lorenzo y cuatro en lidia ordinaria de Garcigrande. TOREROS: Pablo Hermoso de Mendoza, ovación y dos orejas. Julián López 'El Juli', oreja con petición de la segunda y oreja. Alejandro Talavante, dos orejas y silencio. Incidencias: Plaza de toros de Salamanca. Lleno.

Los tres actuantes de Salamanca, el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza y los diestros Julián López El Juli y Alejandro Talavante, protagonizaron una tarde triunfal en la que todos ellos salieron a hombros por la llamada Puerta del Toro de la plaza de La Gorieta.

Tarde triunfal por donde se mire, aunque de parte del ganado no se dieron todas las condiciones oportunas. Ahí está el mérito de las figuras.

Venía Hermoso de ganar una gran batalla matinal en Nimes, donde había sumado nada menos que cuatro orejas y un rabo. Y todavía le sobraban ganas. Lo demostró en su primero, un toro con buen tranco y armonía en los movimientos, con el que cumplió una faena de temple, gran expresión y mucha pureza. Tres caballos -Chenel, Dalí y Pirata- fueron la clave de una faena limpia, emotiva y de gran definición, galopando al ritmo del toro, dando la cara y toreando en la interpretación más exacta. Se cruzó medio rejón antes del definitivo, y la cosa quedó en ovación. Pero en el cuarto, toro, con demasiados kilos y poca codicia, se desquitó Hermoso. De nuevo en acción las citadas tres estrellas de su cuadra: Chenel en el galope a dos pistas llegándole mucho al toro para terminar metiéndole en la grupa. Con las piruetas de Dalí puso la emoción que le faltaba al astado. Y con Pirata, la entrega total, extraordinaria viveza en los movimientos. Esta vez el rejón fue contundente, y dos orejas para el jinete navarro.

Juli hizo una primera faena de mucha técnica y estética, pero apretándose poco con el toro, postura inteligente dada la poca profundidad del animal. Juli toreó muy seguro, muy quieto y en muy poco sitio, disfrutando sobre todo en los cambios finales de series cuando parecía imposible el espacio para la salida del astado. Mucho menos calidad tuvo el quinto de corrida, segundo del Juli, con el que se empleó a fondo para construirle la embestida, enseñándole a tomar los engaños. Definitivamente acabó imponiéndose la brusquedad del toro, que sabía lo que iba dejándose atrás. Fue faena de mucha disposición y valor, de dominio y conocimiento.

Lo de Talavante tuvo mucha miga. Variedad, imaginación y profundidad en una primera faena a un toro sin entrega ni transmisión en los dos primeros tercios, pero que en la faena de muleta crecieron juntos. El toro cambió a bueno sin duda por los desahogos y confianza que le fue dando el torero, que acabaría pasándoselo muy cerca, y llevándole muy prendido y largo. Gran faena de Talavante rematada también con una gran estocada. El sexto fue el peor con diferencia, al principio con poco celo, al final bronco y descompuesto. Se tragó los pases de uno en uno, muy a regañadientes, escarbando y con la cara entre las manos. Esforzada faena de Talavante, aunque el reconocimiento no se materializó en oreja.

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