David Galván. Matador de toros de lidia

"Este es un año muy importante para mi ambición de ser figura del toreo"

  • Todas sus actuaciones de esta temporada se cuentan por triunfos: Aljavir, Madrid, Los Barrios y Algeciras, con una rotunda puerta grande que le avala como triunfador de la feria

David Galván está en un momento soberbio. Su gran arranque de temporada el Domingo de Ramos en Madrid, demostrando a la vez calidad, valor y capacidad de sufrimiento, evidenció a un profesional con sólidas bases. Tuvo un rotundo triunfo de Algeciras con los toros de la ganadería de Núñez de Tarifa, aunando en un primer toro el arrimón de valor y en el segundo, al que le cortó el rabo, gobernando una encastada embestida con sitio, mando y clase, a altísimo nivel. Con cartel muy en alza, ahora le esperan las aficiones de su natal San Fernando, La Línea y El Puerto de Santa María.

 

-A la vista de sus triunfos, especialmente el reciente de la Feria de Algeciras en la que ha sido el triunfador, están rodando muy bien las cosas.

-Es un año muy importante para mí, en el que siento y ambiciono más que nunca conseguir escalar posiciones hacia mi objetivo de ser figura del toreo. Para una  meta tan alta y difícil es necesario un nivel de regularidad y rotundidad alto en el triunfo, por ello, el principal objetivo de esta temporada es mantener en cada tarde en la que actúe un nivel de entrega máximo, que me permita esa regularidad y rotundidad necesarias. Así me planteé salir cada tarde esta temporada. 

 

-Este año arrancó con una oreja nada menos que en Madrid aunque tuvo que pagarla caro con una cornada.

-Comencé el año en la feria de Ajalvir, muy cerca de Madrid, con la suerte de obtener un triunfo de cuatro orejas. La siguiente tarde fue la del Domingo de Ramos en la plaza de toros de Las Ventas de Madrid, tarde de una importancia vital para mí por lo que supone un triunfo en ese escenario y donde pude vivir la cara del triunfo por la oreja cortada a mi primer toro, y por otro lado la cara más dura, por la cornada que recibí y que me impidió torear mi segundo toro.

 

-Tarde épica porque se mantuvo en el ruedo con la pierna atravesada por una cornada desde el arranque de la faena de muleta. ¿Qué se le pasa por la cabeza a un torero en ese momento ante todo un toro de Madrid?

-Era una tarde en la que dependía mucho mi futuro de lo que sucediera allí, por lo que mi preparación previa, tanto mental como física, iba encaminada a llevarme al límite para conseguir el triunfo que necesitaba, sabía que era una tarde de salir por la puerta grande o por la de la enfermería, irme andando no entraba en mis pensamientos. Cuando el toro en el primer muletazo de la faena me pega la cornada soy muy consciente de que me la ha pegado pero mi interior me decía que era el momento de apostar, sobreponerse y dar el paso hacia adelante que debía. No fué fácil mantenerme en el ruedo, sentía que la pierna cada vez me fallaba más pero era mi obligación aguantar, mi compromiso de ser torero y alcanzar el triunfo estaba por encima de todo.

 

-Me imagino que fueron los diez minutos más largos de su vida.

-A pesar de que me sentía mermado por la cornada, viví cada momento de la faena con mucha intensidad y pasión, me olvidé del cuerpo y solo hice caso a mi instinto y deseo por expresarme y triunfar. Fueron diez minutos de felicidad con el resultado de la oreja cortada. Lo difícil y duro fue ver que al pasar a la enfermería la pierna ya no reaccionaba y era imposible torear a mi segundo toro. En ese momento veía media puerta grande abierta y fue duro aceptar que finalmente no iba a poder salir a torear mi segundo toro y tener así la posibilidad de abrirla.


-No es la primera cornada. Usted sabe muy bien el precio que hay que pagar.

-Llevo diez cornadas en mi cuerpo. Todas ellas las llevo con orgullo, pues es el precio que uno está dispuesto a pagar por ser torero y desarrollarse como tal. Cada cornada es una lección, un aprendizaje y un recuerdo que queda grabado en uno para el resto de su vida. Considero que lo importante es ser consciente del porqué de cada una de ellas para así superarlas y crecer.

 

-Pero esa oreja vale su peso en oro. 

-Una oreja en Madrid es un triunfo que no es fácil de conseguir, tiene importancia, pero mi objetivo esa tarde me lo había fijado en un triunfo más rotundo, por lo que mis pensamientos los días posteriores eran más en lo que había dejado de lograr que en lo que había logrado, me sabía a poco.  

 

-La corrida de Madrid fue de Gavira, hierro que nos interesa muchísimo en esta zona, ¿cómo la valora?

-En la corrida de Gavira hubo toros con condiciones buenas para el triunfo. Sin ir más lejos, el toro al que le corté la oreja fue un toro de buena condición e importancia.

 

-Otro paso firme en esta temporada: el triunfo en la corrida concurso de la feria de Los  Barrios.

-La corrida de Los Barrios la viví desde la responsabilidad e ilusión. Torear en Los Barrios es especial para mí. Considero que fue una tarde de altibajos, donde me sentí limitado al resentirme de la lesión de Madrid y no poder dar una dimensión mayor.  También hubo momentos en los que los toros me permitieron expresarme y obtener un triunfo pero prefiero quedarme con los factores en los que fallé para así evolucionar.

 

- Fue un toro de La Palmosilla, ganadería que conoce bien y está lidiando mucho. Supongo que es una de las que "se sabe".

- La Palmosilla me parece que es una ganadería con un fondo bueno de calidad y bravura  y siempre es un gusto y me ilusiona torear sus toros. Ese toro que lidié en sexto lugar en Los Barrios tuvo muchas virtudes y me permitió difrutar con él.

 

-¿Hay otras de su predilección? O dicho de otra forma: ¿cómo es el toro que necesita David Galván para expresar su toreo?

- No tengo predilección por una ganadería en especial. Confío en el toro bravo, independientemente de su hierro, que con su verdad entrega su vida al torero y le permite crear una obra artística. El deber de uno mismo como torero es acoplarse a la condición de cada toro y así poner en alza sus virtudes. Mi deber es amoldarme a la condición de cada toro con los conocimientos, técnica y sobre todo la máxima entrega, por lo que no pienso en que me salga un tipo de toro específico para expresar mi toreo, ambiciono ser un torero completo con la capacidad suficiente para poder expresarme con animales de distinta condición.

 

- Y Algeciras, con esa rotunda puerta grande con los cuvillos de Núñez de Tarifa.

- La tarde de Algeciras fue una tarde muy especial. Tenía mucha responsabilidad y una gran motivación por reivindicarme y devolver a toda la gente que me sigue y apoya todo su cariño, demostrando en la plaza que quiero ser figura del toreo y me entrego por ello. Así encaré la tarde, desde el convencimiento de que me iba a entregar por completo y que a partir de esa entrega todo lo demás llegaría. Finalmente el resultado fue un triunfo con cuatro orejas y un rabo, aún así hubo cosas por rematar, mejorar y seguir perseverando en el trabajo diario.

 

- Alternando con Ponce ¿Es una de sus referencias artísticas? ¿Es su espejo?

- El maestro Enrique Ponce es un torero de época y una figura máxima. Para mí, como para todos mis compañeros, es un gran referente como torero y aprendemos mucho de él cada vez que se viste de luces. Particularmente intento tener sello propio y expresar en la plaza mi personalidad.

 

- Y ahora San Fernando el 16 de julio, La Línea el 22 y El Puerto el 14 de agosto. Usted y Padilla son los que tiran del carro en la provincia.

-Para mí es un orgullo ser gaditano y tener el gran privilegio de torear en esas plazas tan bonitas y con tanto sabor que tiene la provincia. Espero dar argumentos en el ruedo en ellas y cumplir con las expectativas.

 

-Pero lo difícil es salir de este rincón taurino ¿Qué expectativas hay?

-Mis expectativas están en mi día a día. Entregarme con disciplina y  trabajo constante hacia crecer como torero y aprovechar la mínima oportunidad que se me presente con la fuerza que debo y necesito.

 

-No lleva ni nueve años desde que se puso por primera vez delante de una becerra y casi desde entonces le estamos todos cargando con muchas expectativas, todos convencidos de que usted es uno de los "elegidos" o llamados a ser figura ¿Cómo se lleva eso? Profesionalmente debe ser una carga.

-Reconozco que ha habido momentos que esas expectativas me han cargado de responsabilidad, llevando a atenazarme y limitarme, pero son esas expectativas y confianza de los aficionados las que sirven de motivación en momentos difíciles. Espero corresponder a todos aquellos que esperan mucho de mí consiguiendo tarde tras tarde hacerme camino hacia conseguir estar arriba.

 

- Un torero no se hace de golpe desde el primer día, aunque haya casos. El torero se hace como un buen vino.

-Cada torero tiene su historia, su camino. El mío está siendo más despacio que el de otros, pero lo verdaderamente importante no es llegar antes o más rápido sino llegar de la manera adecuada. 

 

-Esas expectativas ajenas y las ilusiones propias generan presión, impaciencia y sin duda   también muchísima fuerza de voluntad para alcanzar esa meta.

-Exactamente. Mantener un equilibrio en esos conceptos es parte muy importante y necesaria. La constancia, disciplina y fuerza en el día a día, sustentadas en la afición y la ambición por conseguir las metas marcadas, son el revulsivo y el combustible para vivir.

 

-Y a la vez esas expectativas y esa convicción y fe en usted de los buenos aficionados en sus posibilidades son también un valor muy importante para el torero.

-Muchísimo. Esas expectativas de los buenos aficionado son una gran motivación a la vez que una responsabilidad fuerte por corresponderle.

 

-Y para terminar, ¿Cómo ve el futuro? ¿Como ve su carrera a medio plazo?

-El futuro con ilusión, esperanza y fe. Lo que veo de forma más real es el presente, mi  presente de entrega y trabajo por y para conseguir mi objetivo de ser figura del toreo, un objetivo a largo plazo pero que se fragua en el día a día . Manteniendo un convencimiento pleno en ello las oportunidades llegarán y cuando lleguen no se escaparán.

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