El joven novillero Miguel Pacheco tiene una nueva oportunidad este sábado para demostrar que su clasificación a la semifinal del II Certamen de Novilladas de la Comunidad de Madrid no ha sido una casualidad.

Pacheco tiene 15 años y desde los ocho está apuntado a la escuela taurina del maestro Landrove. "Mi abuelo me inculcó desde pequeño la afición por los toros. Iba con él a corridas de toros y también las veía por la televisión hasta que me puse delante de una becerra hace ya siete años", narra.

Este joven linense compagina su breve carrera de torero con los estudios en un módulo de formación en fontanería y climatización. "Es importante seguir estudiando, nunca se sabe lo que puede pasar. En el instituto algunos de mis amigos no entienden eso de que quiera ser torero, pero otros están contentos de tener a un amigo torero", añade.

El próximo sábado Pacheco hará el paseíllo en la semifinal de este certamen tan importante del que han salido figuras como El Juli o Miguel Abellán. "Es una oportunidad de demostrar como es mi concepto del toreo. El sábado pasado pude estar a gusto delante de un añojo que fue bueno y al que pude torear bien con el capote y la muleta. A pesar de pincharlo una vez, el jurado valoró que debía estar en la semifinal", apunta.

En la mente de este joven linense está clasificarse para la gran final y poder ilusionar a la afición de La Línea. "Estoy ilusionado de poder pasar a la final y ganar este certamen que es un escaparate ya que es televisado por las cámaras de Canal Plus. Me gustaría ilusionar a los aficionados de La Línea y que volvieran a creer en un torero", añade Pacheco.

Para conseguir todos esos sueños Miguel se prepara cada día junto a su mentor el matador de toros Juan Carlos Landrove. "Por la mañana voy al instituto, a mediodía llego a casa, almuerzo y me voy a hacer algo de ejercicio. Luego a entrenar a la plaza de toros, donde toreo de salón con el maestro Landrove, eso si no vamos al campo a algún tentadero", concluye el nuevo valor linense.