Una gran montaña

Lorca en el país de ninguna parte

  • Federico García Lorca visitó diversos parajes de la Alpujarra granadina

  • Sus estancias en Lanjarón para acompañar a su madre al balneario tuvieron una gran influencia en su obra

García Lorca tuvo una estrecha relación con Sierra Nevada pero esta estuvo especialmente ligada a su visión desde la ciudad o desde la Vega granadina, como fondo escénico, como decorado o telón de fondo de sus vivencias, de su paisaje natural cotidiano. De ahí surge, por ejemplo, su hermosa definición de los atardeceres que hacen exclamar a Mariana Pineda, en Doña Rosita la soltera:

¡Con que trabajo tan grande

deja la luz a Granada!

Se enreda entre los cipreses

O se esconde bajo el agua.

¡Y esta noche que no llega!

¡Noche temida y soñada;

que me hieres ya de lejos

con larguísimas espadas!

Esta visión de la gran montaña desde Granada es también la que inspira la Baladilla de los tres ríos:

El río Guadalquivir

va entre naranjos y olivos

Los dos ríos de Granada

bajan de la nieve al trigo.

¡Ay, amor,

que se fue y no vino!

El río Guadalquivir

tiene las barbas granates.

Los dos ríos de Granada

uno llanto y otro sangre.

¡Ay, amor,

que se fue por el aire!

Para los barcos de vela,

Sevilla tiene un camino;

por el agua de Granada

sólo reman los suspiros.

¡Ay, amor,

que se fue y no vino!

Guadalquivir, alta torre

y viento en los naranjales.

Dauro y Genil, torrecillas

muertas sobre los estanques.

(…)

No hay referencias de que Federico 'subiera a la Sierra' aunque hay constancia de que se interesó por las historias, por los misterios y tesoros que habían descrito los viajeros románticos.

Lorca y Lanjarón

Hasta muy recientemente habían permanecido más ocultas sus visitas a otros lugares de Sierra Nevada y sobre todo su especial vinculación con Lanjarón al que denominó la Puerta de la Alpujarra, (uno de los eslóganes actuales de este municipio), en una postal a Sebastián Gasch en el año 1927 que aparece con membrete del Gran Hotel España.

La primera referencia bibliográfica de la presencia de Lorca en la localidad 'cañonera' es la recogida por el hispanista Ian Gibson, en su libro Lorca y el mundo gay. Se produce en 1917, hace ahora cien años, y se debe a una circunstancia especial. Federico llega a Lanjarón con apenas 19 años, acompañando a su madre, que acudía al Balneario de Lanjarón a 'tomar las aguas' ya que sufría de una afección hepática que aliviaba con los tratamientos de las fuentes de agua medicinal, especialmente la de la conocida como Capuchina. Ese mismo año se inaugura el Gran Hotel España que sería el lugar elegido para su alojamiento y desde entonces la residencia de la familia cuando cada año volvía a los tratamientos paliativos de Doña Vicenta Lorca, dada la persistencia de los cólicos hepáticos. En la obra citada, Gibson narra el amorío de verano de Federico, durante esa estancia en 1917, con María Luisa Natera Ladrón de Guevara, también aficionada al piano que era hija de una familia adinerada cordobesa.

Aunque en los años posteriores en sus publicaciones estas estancias tuvieran una importante influencia en la obra de Federico, hasta 1924 no hay ninguna referencia hecha por el propio escritor; de este año se conserva una carta al músico Manuel de Falla en el que canta alabanzas de ese mundo desconocido hasta entonces para él y le invita a acudir a conocerlo.

Los especialistas citan las visitas de los años 1926 y 1927 como las más productivas ya que está confirmado que en Lanjarón escribió varios poemas del Romancero Gitano y algún cuento y realizó una importante colección de sus dibujos y que se inspiró en sus paisajes y en sus vivencias por la comarca para varias de sus obras teatrales. Entre estos dibujos se encuentra el de San Sebastián, patrón de Lanjarón y de otros municipios alpujarreños.

los lugares lorquianos alpujarreños

Podríamos trazar una ruta turístico-cultural siguiendo los pasos de García Lorca por la Alpujarra. Esta debe arrancar obligatoriamente en el municipio de Lanjarón, el punto de partida desde el que Federico realizó numerosas excursiones por diferentes rincones alpujarreños. Aunque no se tiene una secuencia ni una relación detallada de sus movimientos, sí es bien sabido que Federico disfrutaba por los viajes por el 'país de ninguna parte' como lo describió en una carta, fechada en 1921, dirigida a Melchor Fernández Almagro el historiador y escritor granadino compañero de Federico en las tertulias de 'El Rinconcillo'.

La segunda parada debe tener lugar en Órgiva, 'capital' administrativa y comercial, que García Lorca visitó en numerosas ocasiones de lo que hay varios testimonios gráficos. Una de las huellas nos lleva hasta el Cortijo de los Montijanos en el paraje Poyo de Dios muy cerca de Bayacas, entre Órgiva y Carataunas, donde oyó una soleá que le aportó el argumento para su obra La casada infiel; otra salida le conduciría hacia la Haza del Lino de la que se guardan imágenes con varios amigos.

Otros lugares obligados para visitar son los pequeños pueblos de Cáñar y Carataunas donde también hay testimonios escritos de las excursiones de Federico. Allí pudo conocer historias sobre la Guardia Civil y el maltrato a los gitanos que según Gibson le inspirarían Canción del gitano apaleado y el Romance de la Guardia Civil española.

También hay que incluir entre los lugares lorquianos alpujarreños a Pitres, "pueblo sin voz y sin palomas", en donde hay una fotografía famosa de Federico junto a un árbol que fue remitida al poeta Jorge Guillén.

A lo largo de estas visitas Federico quedaba impresionado con todo lo que veía, con la gente que conocía, con todo lo que escuchaba… todo se convertía en fuente de inspiración literaria y le parecía mentira que "esta misteriosa y exótica tierra esté en Europa".

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