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Guillermo del Toro y 'La forma de la Alhambra'

  • El oscarizado director mexicano, ganador del Oscar a mejor película y dirección por La forma del agua, no se enamoró de una criatura pero sí de la ciudad de Granada

Elisa Espósito acabó enamorándose de aquel hombre anfibio capturado en las aguas turbulentas de un río del Amazonas. Guillermo del Toro, creador de esta historia, no pudo tampoco evitar la tentación y acabó visitando uno de los monumentos más famosos a nivel mundial: la Alhambra. Buscando aquí, entre fuentes y agua calmada, un poco de belleza y bienestar, el director acabó encontrando sin saberlo a su propio "monstruo" del que enamorarse.

Sí, el cineasta mexicano visitó ayer por sorpresa el lugar y terminó tan sorprendido como maravillado por todo cuanto vio. Como un cuento escrito por él mismo, Guillermo se sumergió en la forma de las aguas de la Alhambra, cuyas vistas le dejaron tan enamorado como su película ha dejado a la crítica y a millones de espectadores.

Inspirado en el film El monstruo de la laguna negra y por un relato que la propia Sally Hawkins, actriz protagonista, escribió, Guillermo del Toro ganó el pasado 4 de marzo hasta cuatro Oscars por Mejor Dirección, Mejor Película, Mejor Banda Sonora y Mejor diseño de producción. Considerado como el cineasta del momento, lo suyo es un estilo muy personal marcado por el uso de colores en cada uno de sus films (en el caso de La forma del agua h asido el verde el ganador) y por contar historias sencillas y profunda a la vez con forma de cuento infantil que hace soñar, reflexionar y, en ocasiones, inquietar.

En este caso, La forma del agua emana como un manantial del interior más íntimo e imaginativo de su director, el cual ya ha venido a considerar ésta como su mejor y más lograda película. De las entrañas de este director, enamoradizo de lo extraño y lo onírico, surge una nueva fantasía pero esta vez con sabor a Granada, lugar donde Guillermo del Toro pasó el día de ayer desde su visita a la Alhambra que tanto lo fascinó hasta pasar por el restaurante Las Tinajas, cuyo estómago también acabó enamorado con placeres como las quisquillas de Motril que el propietario le ofreció. El propio José Álvarez nos confesó lo "dulcero" que es el director, que tampoco pudo resistirse a un helado de Los Italianos.

"Andalucía es uno de los lugares más espectaculares para vivir", dijo el director, que hoy recogerá el merecido Premio Málaga SUR en el Festival de Cine.

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