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Relatos literarios grabados en tinta

  • Con motivo del VIII Concurso Internacional Granajoven de poesía y prosa narrativa, la Escuela de Arte ha realizado un taller de grabado con ilustraciones de algunos de los textos premiados

Un estudiante de la Escuela de Arte realizando uno de los grabados.

Un estudiante de la Escuela de Arte realizando uno de los grabados.

La aparición de la imprenta en la Europa del siglo XV supuso toda una revolución cultural. Los libros dejaron de ser un objeto de colección para las clases más pudientes. Hablar de la imprenta es hablar de la democratización de la cultura. Pero no sólo las palabras facilitaron esta difusión del saber. Paralelamente al surgimiento de este nuevo invento, los libros empezaron a presentar ilustraciones hechas en serie. A través de los grabados, la gente común era capaz de conocer las maravillas de países lejanos o el aspecto de un animal que habitaba en el otro extremo del planeta. El grabado se convirtió en una técnica de reproducción de imágenes fundamental.

A cuenta del VIII Concurso Internacional Granajoven de poesía y prosa narrativa, la plaza del Carmen acogió ayer una serie de actividades de la Escuela de Arte de Granada. Entre ellas un taller de estampado y grabado. La iniciativa creó una gran expectación entre los transeúntes que deambulaban por el céntrico emplazamiento, que se acercaron curiosos a disfrutar de la muestra práctica de tan antiguo oficio. Con sus delantales llenos de tinta y los dedos manchados, los estudiantes manejaban con rapidez y soltura una máquina sacapruebas de la que iban extrayendo copia tras copia.

Según explicó el maestro de taller de grabado, Luis Reyes Fernández, las ilustraciones estaban basadas en la técnica de la linoleografía, que debe su nombre a la matriz de linóleo que se utiliza para obtener el negativo de la imagen. La matriz se entinta con un rodillo y se pone contra el papel donde se quiere obtener el grabado. Luego, a través del sacapruebas, se aplica presión para que la tinta penetre en el papel.

Las ilustraciones que fueron haciendo los alumnos del primer curso del Grado Superior de Grabado y Estampación, fueron luego expuestas para su secado, dejando a la vista de los viandantes increíbles imágenes de fantasía. Las escenas retratadas eran también creaciones de los propios estudiantes, realizadas como interpretaciones de varios libros ganadores de estos premios literarios en ediciones pasadas. Los tres libros escogidos para el taller han sido Cazador en el bosque, de Felipe Reyes Guindo; Lied de lluvia para una piel ausente, de Raquel Vázquez; y Museo de los Instantes, de Jerónimo Marín.

Según señaló Sandra Villanueva Clemot, profesora de dibujo artístico y proyectos de grabado, este es el primer año que se realiza dicha actividad. No obstante, esperan realizar nuevas ediciones en los siguientes años, planteando esta propuesta como parte de un proyecto para los alumnos de segundo grado que incluya varios ámbitos tales como la maquetación o la fabricación artesanal del papel utilizado durante el taller.

Horas antes de esta actividad, los alumnos de dibujo de la Escuela de Arte invadieron la plaza del Carmen en una sesión de dibujo en vivo en la que retrataron varios edificios del entorno del Ayuntamiento. Según la profesora de dibujo, Maribel San Juan Villa, se trataba de familiarizar a los alumnos en conceptos básicos de perspectiva y volumen.

El soporte institucional para poner en pie esta propuesta creativa partió de la Academia de las Buenas Letras de Granada y de la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento, cuyo representante, Eduardo Castillo, también asistió a la exhibición como muestra de apoyo al evento.

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