El 1 de diciembre de 2014 se constituyó Servipesca, "la pata económica" del proyecto Ecopuertos, según el impulsor del mismo, Enrique Montero. Así, se pretendía frenar la crisis que se llevó por delante buena parte de la flota y continuar la senda de dignificación iniciada de la profesión de pescador, en este caso, a través de la venta al por mayor de marisco y pescado. El plan les concienció de que podían tener más poder de decisión sobre la venta de su pescado, mejorar su comercialización y, por ende, su calidad de vida. Tras apenas dos años de andadura, la sociedad que está formada actualmente por personas vinculadas al mar y da trabajo a 5 personas, ha dado un paso más y ha abierto una pescadería en el centro de Motril.

Daniel Rico, socio de la firma, comenta que "no venimos a hacer competencia desleal y queremos dejar claro que pasamos por lonja, como todos, pues nuestro sentido es ser uno más a la hora de pujar y darle un poco más de valor a nuestros productos de la lonja de Motril, como la quisquilla". Sin embargo, a nadie se le escapa que se sitúan dentro de la tendencia que manda ahora mismo en el sector primario y es la de reducir el número de intermediarios.

Según Rico, Servipesca "es esa mano de los pescadores que está en la grada sentada, en este tiempo hemos aprendido mucho y, al estar en el otro lado, empezamos a conocer la comercialización y a entender cómo funciona el mercado, mientras que antes nos limitábamos a dejar el pescado en la lonja y nada más".

En este local, el pescado llega directamente del mar a la mesa, ya que todo lo que se ofrece es fresco, y de la lonja de Motril. "Cuando el pescado esté rematado y servido en lonja, enseguida lo podemos estar sirviendo al cliente", añade el portavoz de la firma. A los objetivos de rentabilidad propios de cualquier negocio, se unen otros fines que fueron el germen de Servipesca: "tratar de dar un pequeño empujón, para que el pescado alcance un precio justo".

El patrón mayor de la Cofradía de Pescadores, Ignacio López, se ha quejado en numerosas ocasiones de que a las jornadas de faenar en el mar les seguían unos precios con los que era imposible hacer frente a los múltiples costes del sector. Ahora las cosas han mejorado.

Otro de los objetivos es permitir que el público en general pueda acceder al pescado fresco, puesto que la picaresca ha llevado a ofrecer un producto bajo un nombre que no le correspondía. "Aquí no va a faltar quisquilla de Motril, fresca, ni congelada ni descongelada, y de verdad", comenta Daniel Rico. "Lo que queremos es que el pescado llegue a todo el mundo, que noten esa frescura y comprueben la diferencia de los productos de nuestra tierra, que son muy buenos".

En el marco del proyecto Ecopuertos, Aguas Litorales Limpias, en el que no sólo los pescadores extrajeron residuos del mar o donaron toneladas de producto al Banco de Alimentos de manera altruista, fueron surgiendo nuevas propuestas para salvar de la ecatombe al sector granadino, como la comercialización por parte de los propios pescadores.

A diferencia de otros lugares, como Asturias, en las que se abrió una brecha entre pescadores y pescaderías, aquí quieren competir en igualdad de condiciones y no romper el mercado. Lo que sí ha hecho Servipesca desde un primer momento ha sido abrirlo. Así, han conseguido clientes como Alcampo o Carrefour Motril y quieren seguir encontrando aquellos nichos de mercado en los que aún no se ofrece pescado fresco de la lonja motrileña, captando clientes y acercándolo a los consumidores.

El pasado día 27 abrió este establecimiento sus puertas, para aprovechar el tirón del consumo navideño. La idea ha gustado en pleno centro de la ciudad y algunos de los clientes que entran al local situado en la Cruz Verde, frente a la Escuela de Artes y Oficios, se sorprenden de que todo lo que se ofrezca sea fresco, pero también les sorprende el horario. Así, Sara celebra que el establecimiento esté abierto mañana y tarde, "algo que me facilita por mi trabajo que pueda comprar, además de que me pilla cerca".