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El mensaje del cura flamenco

  • José Planas encuentra en el arte musical formas nuevas de acercamiento de los fieles a su parroquia

  • El sacerdote abre su templo en un horario adaptado a la vida de los creyentes

El mensaje del cura flamenco

Su intención de llevar la alegría del Evangelio más allá de los muros de la parroquia en la que esté destinado hace de su misión un lugar de encuentro. Tras hacerse virales los vídeos en los que aparecía bailando rumbas y sevillanas al término de una eucaristía en el interior del templo, conocer la realidad de José Planas es ver la labor pastoral que se realiza con los más necesitados en el barrio de Miraflores.

Este sacerdote de 70 años llegó a la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles hace tres cursos tras años de misión en Campanillas. Sus celebraciones eucarísticas y encuentros con la asamblea, formada por creyentes del pueblo calé y demás fieles, se suceden a lo largo de la semana con la firme intención de ser otra forma de encontrarse con Dios para quienes en ellos participan. En estos actos no faltan la cercanía ni la música a los sones de guitarra y caja.

José Planas pretende además que esa manifestación alegre y a la par respetuosa con la liturgia se refleje también en la calle. El fin es transmitir desde la cercanía el mensaje de Jesucristo para tocar la realidad de un entorno humilde: "esa forma de expresar la fe tan cercana y propia del pueblo gitano es lo que se muestra en las celebraciones con su cante", explica el presbítero.

La parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles acoge a fieles de zonas como La Corta, Carlinda, Monte Pavero y su propia barriada. Frente al culto evangélico, son muchas las personas que se reúnen a lo largo de la semana con el padre Planas para vivir unos encuentros que huyen de la rutina: "Jesucristo llamaba a los cristianos para que saliesen fuera a demostrar lo que han vivido y mi intención es crear esos espacios para hacer lo mismo".

Precisamente, en esa 'alegría del Evangelio' proclamada por el papa Francisco en su encíclica de 2013 encuentra sentido a sus expresiones José Planas: "Si bailo o canto es una muestra de mi fe vivida. Si el canto del Aleluya es un motivo de alegría para el creyente, ¿por qué no hacerlo con el toque de instrumentos o las palmas?".

El fin, sin embargo, es siempre el de la evangelización vivida en común unidad, ya que en su opinión "hay que crear espacios para niños, jóvenes y adultos que vayan más allá de la duración de una eucaristía. El Evangelio sana cuando entramos en esa cercanía y tenemos que llegar y acompañar a la humanidad del hombre, con sus taras y sus miedos. Cristo no se queda sólo con el templo", explica el sacerdote.

Su labor pasa por núcleos de población que se sienten atraídos por un mensaje. Entre los más jóvenes cree que "no podemos esperar a que se acerquen a nosotros, tenemos que salir a su encuentro. Hay jóvenes que desconocen esta experiencia. Los discípulos vivieron la experiencia de Dios y salieron luego al encuentro", explica José Planas. Los martes por la noche son momentos de ese encuentro entre ellos frente al sagrario y acompañados de la música creada por ellos para acercarse a su fe.

Esos encuentros se prolongan, en ocasiones, hasta altas horas de la madrugada. Es el propio pueblo fiel el que demanda momentos para encontrarse con su sacerdote y su Dios: "por la mañana la gente trabaja y las parroquias están abiertas, luego hay catequesis y cuando salen de trabajar los templos están cerrados. ¿Cómo se encuentran con el Señor? Hay que tener las parroquias abiertas cuando los fieles puedan".

Igualmente, su labor también pasa por los enfermos y ancianos de la feligresía. El propio sacerdote acompaña a los fieles a los hospitales a diario cuando no tienen con quién ir y sirve de gratificante compañía para personas que se encuentran solas y necesitan momentos de conversación y compañía. Desde la diócesis malagueña cuenta con el apoyo del prelado Jesús Catalá y la propia curia en su misión: "el Obispo me ha animado y respetado mi voluntad de llevar a cabo estos encuentros. Otros compañeros me preguntan para aplicar algunas de estas iniciativas en su parroquia. No me he encontrado ni con comentarios negativos ni con frenos porque se trata de estar con las personas".

Además, en los últimos meses vivió la beatificación de Emilia Fernández La canastera, primera mujer de etnia gitana, junto a parte de su feligresía. Los asistentes a la ceremonia en Almería vieron un ejemplo de vida cristiana y sirvió para reforzar "lo mucho bueno que tiene el pueblo calé". San Agustín decía que quien canta ora dos veces. José Planas añade que "quien baila lo hace tres". Su muestra de alegría por sentirse cristiano ya se reflejaba en el Antiguo Testamento, cuando el rey David bailó ante el tabernáculo de las Tablas de la Ley. Desde el máximo respeto, el padre Planas avanza en nuevas vías de transmitir el mensaje de Jesús para los fieles cristianos desde la cercanía, el encuentro y la vida compartida.

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