Nueve detenidos, una banda dedicada al narcotráfico desarticulada y 750 kilos de hachís intervenidos en el muelle pesquero de Huelva, a escasos metros de la lonja. Más de un millón de euros habría alcanzado la droga en el mercado, a cargo de un pescador jubilado de 56 años, que reclutó a un patrón de Lepe acuciado por las deudas para que pusiera su embarcación.

La Policía Nacional aún no sale de su asombro. No imaginaba que el desembarco que esperaban hace meses se produjera con total descaro, sin disimulo alguno, a escasos metros de los puestos de vigilancia de la Guardia Civil y la Policía Portuaria, y con la misma Comisaría casi a la vuelta de la esquina. Ese arrojo les ha servido al cabecilla de la banda y a su hijo, y a dos miembros más de Huelva y al patrón de la embarcación de Lepe para acabar en prisión. El resto quedó en libertad con cargos.

La operación Caña investigaba los contactos de una banda de Huelva con Marruecos para introducir droga en el país. El 28 de agosto se tuvo conocimiento de la preparación de un desembarco, por lo que se activó un operativo con la colaboración de la Guardia Civil y el Servicio de Vigilancia Aduanera. El barco fue seguido desde su salida de Huelva hasta el caladero de Cádiz. Allí recibió indicaciones para reunirse con una embarcación marroquí para el transbordo de la droga, con la que regresó al muelle pesquero de Huelva.

Fue de madrugada, y con la lonja abierta y en plena actividad, cuando los agentes observaron que la embarcación cambiaba de posición y comenzaba la descarga de los fardos de hachís, a escasos 50 metros de la entrada de la lonja, aprovechando el movimiento de vehículos en la zona y ante la carencia de vigilancia en la zona. Se produjo entonces la intervención policial, con la detención de los tres tripulantes del barco y su patrón, y al cabecilla de la organización, que había acudido en persona para controlar el traslado de la mercancía hasta la guardería, la vivienda destinada para su almacenaje.