Entrevista | Charmaine Arbouin. Cónsul de Reino Unido en Andalucía, Canarias, Ceuta y Melilla

“Me sorprende que el nivel de inglés en los colegios de Málaga sea bajo”

  • La cónsul británica afirma que los ingleses seguirán haciendo turismo y comprando casas en Málaga pese la salida de su país de la UE, aunque sí es posible que hagan un menor gasto

Charmaine Arbouin posa con un cuadro con varias de las atracciones de Londres.

Charmaine Arbouin posa con un cuadro con varias de las atracciones de Londres. / Javier Albiñana (Málaga)

Charmaine Arbouin es cónsul de Reino Unido en Andalucía, Canarias, Ceuta y Melilla desde hace seis años. Nació en Nottingham, tiene 55 años y anteriormente trabajaba para el gobierno regional en Reino Unido. Su español es excelente e incluso tiene cierto acento andaluz curtido en la Serranía de Ronda, donde reside.

También tiene un gran sentido del humor y no huye de ninguna pregunta, pese a que su país está viviendo uno de sus momentos más agitados con el Brexit y la carrera electoral por la marcha de Theresa May.

–Su consulado debe echar humo ahora con el tema del Brexit.

–Sí, porque nosotros en Málaga tenemos 45.000 británicos censados y sabemos que hay más. El año pasado llegaron además a Málaga varios millones de británicos por el aeropuerto. El Brexit nos plantea retos y problemas, pero sobre todo a los británicos que están viviendo aquí sin estar registrados como residentes. Entiendo que Reino Unido va a salir de la Unión Europea, según nos cuentan el 31 de octubre.

–¿Qué pasará a partir de ese día?

–Creo que España no lo va a poner muy complicado para nosotros y eso es bueno. Llevamos tanto tiempo unidos y estamos tan acostumbrados a pasar tiempo juntos que yo creo que España quiere que sigan llegando británicos para vivir o de vacaciones.

–Para España es un negocio.

–Sí, un negocio, pero es más que eso. Los británicos van a seguir viniendo. El problema será hacerlo de una forma ordenada. Como europeos nunca hemos tenido que pedir residencia, sino que podíamos entrar y salir cuando queríamos. Tras el Brexit habrá otras normas que afectarán sobre todo a los que llamamos los golondrinas, es decir, aquellos que vienen en invierno a la Costa del Sol, pasan aquí cuatro o cinco meses y vuelven a Reino Unido. Si no son residentes no podrán hacerlo igual.

–¿Detectan en el Consulado una mayor preocupación por el Brexit incluso de los residentes?

–Sí. La manera más fácil de salir de la Unión Europea será con un acuerdo. Hay algunos problemillas para hacerlo en este momento, pero también es cierto que el gobierno español ha publicado un real decreto este año que da a los británicos residentes la seguridad de que se pueden quedar sin problemas, trabajar, tener acceso al sistema sanitario o que no se perjudicarán sus pensiones. Esas son las cosas fundamentales. Lo importante es que los británicos se registren. Muchos ya lo han hecho, pero también quedan muchos sin hacerlo.

–En el último dato publicado por el Instituto Nacional de Estadística se veía un repunte de censados británicos en Málaga y se supone que en 2019 habrá más. También es cierto que hace unos años había unos 75.000 y ahora son bastantes menos.

–Sí, pero tampoco es una cosa de la que te puedas fiar demasiado. El padrón, de vez en cuando, lo limpian si la gente no vuelve a empadronarse. Es verdad que se redujo bastante el número de británicos, pero ha tenido más que ver con la crisis económica que con el Brexit.

Charmaine Arbouin posa momentos antes de esta entrevista. Charmaine Arbouin posa momentos antes de esta entrevista.

Charmaine Arbouin posa momentos antes de esta entrevista. / Javier Albiñana (Málaga)

–¿Por qué?

–Venían muchos británicos sin trabajo fijo. Se buscaban la vida como albañiles y otros puestos en la obra. Cuando la construcción cayó en Málaga muchos británicos se tuvieron que ir porque ya no podían vivir aquí.

–Es llamativo venirse a Málaga desde Reino Unido sin nada solo por el hecho de cambiar.

–Hay un programa que sale en la televisión británica llamada A place in the sun (Un lugar en el sol) en el que la gente va a visitar zonas donde haya sol y le siguen las cámaras. España es el sitio que más reclaman los participantes. Nosotros vamos tres veces al año a un acto organizado por el programa. La última vez fui en 2016, poco después del referéndum del Brexit, y había muchas personas que decían que llevaban años pensando en jubilarse e irse a vivir a España. Pensaban hacerlo en cinco años y lo aceleraron para hacerlo al año siguiente. Muchas personas llegan antes de lo que pensaban porque creen que si residen en España antes del Brexit van a tener más facilidades.

–¿Qué recomiendan desde el Consulado a los británicos?

–Empadronarse, registrarse para la residencia y averiguar cuál es su cobertura sanitaria.

–¿Les vale aquí el seguro británico?

–Si eres jubilado sí te sirve porque tenemos, precisamente a través de la Unión Europea, un acuerdo que les permite utilizar el sistema sanitario en el país que estén en la unión. Yo, por ejemplo, como trabajo aquí estoy cotizando. Los que tienen problemas son los que ni son jubilados ni están trabajando. Hay muchos prejubilados que vienen con 55 años y no siempre es fácil encontrar un seguro privado por la edad o por tener alguna enfermedad. Si tienen dudas o problemas nosotros le recomendamos que vayan a la página web www.gov.uk y ahí hay una guía que se llama Living in Spain en la que se informa de todo, desde los permisos de conducir en España hasta los temas sanitarios, cómo empadronarse...

–¿Cómo están viviendo los británicos desde la Costa del Sol el conflicto político que hay en su país con el relevo de Theresa May?

–Yo creo que la mayoría piensan: menos mal que estamos en España para quitarnos de en medio [se ríe]. Hay de todo. Hay británicos aquí que han votado Brexit, otros votaron quedarse en Europa, otros no tuvieron la oportunidad de votar. Nosotros desde el consulado intentamos no opinar sobre nada. Servimos al gobierno. Lo único que le podemos decir a la gente es la forma más fácil de seguir viviendo en España y el gobierno español ya nos ha dado la oportunidad de hacerlo. No ha pasado igual en toda Europa, por lo que no podría ser más fácil para nosotros.

–Solo tres británicos pidieron el cambio de nacionalidad a la española el año pasado en Málaga para evitar incertidumbres.

–Está más o menos como siempre. Al principio había mucha con preocupación, pero la gente ha entendido que al final no va a hacer falta cambiar de nacionalidad para estar aquí. Además, si se pide ahora la nacionalidad española el proceso para conseguirla tarda unos tres años por lo que si no está pedido ya no lo vas a tener para cuando salgamos de la UE. Si hubiera problemas se podría pensar otra vez, pero no es fácil.

–Hay que tener en cuenta que no hay doble nacionalidad. Si se hace español pierde la condición de británico.

–Sí. En Reino Unido se pueden tener todas las nacionalidades que se quiera y no nos importa. Pero en España solo hay un grupo de países a los que se les reconoce la doble nacionalidad. Hay organizaciones como Brexpats que han hecho una campaña para reclamar al gobierno español que cambie eso. Pero ahora hay que renunciar a la nacionalidad británica para ser español y con eso se generan otros problemas si quieres volver a Reino Unido.

–Este año está siendo movido porque se prorrogó la salida británica al no haber acuerdo.

–Antes del 29 de marzo hubo un boom y las oficinas de extranjería se llenaron. Británicos que llevaban aquí muchos años fueron a registrarse. Al pasar el 29 de marzo y seguir en Europa muchos pensaron que no hay tanta prisa. Cuando lleguemos a septiembre habrá otro incremento.

–¿Cree que habrá pacto de verdad para finales de octubre?

–Algo tendrá que pasar porque se ha dicho que el 31 de octubre salimos. Hay que ver quién va a ganar la carrera electoral en el partido conservador y quién va a ser el próximo primer ministro. Boris Johnson está diciendo que vamos a salir sí o sí. Veremos qué pasa.

–Se llegó a especular incluso con la posibilidad de hacer otro referéndum.

–Eso va a ser complicado. No hay acuerdo en el Parlamento y no creo que eso cambie mucho. Europa ha dicho que no va a cambiar nada y Johnson dice que tampoco va a aceptar el acuerdo como está. Alguien se tendrá que mover. Salir el 31 de octubre de la UE sin acuerdo no conviene a nadie.

La cónsul británica en Andalucía en la entrada de la oficina en Málaga. La cónsul británica en Andalucía en la entrada de la oficina en Málaga.

La cónsul británica en Andalucía en la entrada de la oficina en Málaga. / Javier Albiñana (Málaga)

–¿Puede afectar la depreciación de la libra al número de turistas británicos o a la compra de viviendas en Málaga?

–En Málaga el año pasado se incrementó un 4% el número de turistas británicos llegados al aeropuerto. Puede ser que gasten menos o que estén menos tiempo. Pero siguen llegando y comprando casas.

–Muchos británicos viven en sus colonias y ni siquiera se esfuerzan en aprender español. ¿Cree que harán un mayor esfuerzo por integrarse?

–Yo creo que eso va a ser muy difícil. La mayor parte de los británicos vienen con la intención de aprender castellano, pero si vives en la costa es muy difícil practicar el castellano porque todo el mundo quiere practicar el inglés. Mi marido, por ejemplo, se enfada porque cuando entramos a los restaurantes y nos ven cara de guiris nos hablan directamente en inglés y mi marido responde en español. Y ellos vuelven a contestar en inglés. Los británicos tenemos la comodidad de que se hable inglés en gran parte del mundo, por lo que muchos no aprenden otro idioma en el colegio. En la Serranía de Ronda, donde vivo, los británicos hablan directamente andaluz, no castellano, muy cateto, porque no tienen otro remedio. Nadie en un pueblo de 200 personas te va a hablar en inglés y tienen que aprender español por fuerza. Nosotros siempre decimos que para disfrutar realmente la experiencia de vivir en España hay que integrarse. Los andaluces son muy simpáticos y no te van a poner pegas si no hablas correctamente. Si no hablas nada de castellano, si no hablas con tus vecinos, si no vas a las fiestas de tu pueblo... estás perdiendo mucha experiencia. Vives en una burbuja donde hace calor y el vino es barato, pero realmente no estás viviendo en España.

–¿Y cómo es el inglés de los malagueños?

–Me sorprende mucho que el nivel de inglés en los colegios sea bajo. Hay colegios que dicen que son bilingües pero tampoco se ve.

–En los colegios bilingües la mayoría de profesores de inglés son españoles.

–Cuando yo era pequeña hablaba siempre con una española nativa en el colegio. No entiendo como en España, donde hay tantos británicos, no se abre la posibilidad de contratar a alguien nativo para, al menos, dar conversación. Es lo que hay.

–¿Qué hay que hacer para aprender bien el idioma?

–Lo suyo es irse a Reino Unido, aunque sean tres meses. Se lo digo a todos mis amigos, que manden a sus niños un verano a Londres o a algún sitio así.

–Aparte del Brexit, ¿qué otros problemas suelen plantear los británicos que vienen?

–Ahora en verano es muy común que haya turistas que pierdan su pasaporte. Se arregla fácil, pero les cuesta renovarlo más de 100 euros. Entre los residentes, lo más habitual es que fallezca el marido y la mujer se queda en una vivienda aislada sin una red familiar detrás. En ese caso, los británicos tienen varias organizaciones de voluntarios en la Costa del Sol para ayudarse unos a otros. Hay otra página, llamada Support in Spain, donde los británicos pueden saber qué ayudas pueden recibir en su localidad. A nosotros, desde el Consulado, lo que nos gusta es que haya más intercambios entre grupos británicos y españoles.

–Por ahora, en la Costa del Sol se están librando del balconing. Ya han fallecido varios jóvenes británicos en otros puntos de España. ¿Les preocupa esta práctica?

–Sí. Cada año hacemos una campaña para informar a los jóvenes británicos sobre que no beban demasiado y que se queden con sus amigos porque vemos que pasa muchas veces cuando vas solo. Quieres volver al hotel, no tienes la llave e intentas entrar por el balcón borracho. En la Costa del Sol y en Canarias no estamos teniendo ese problema.

–¿Por qué?

–No lo sé. Igual es por el tipo de hotel.

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