Compromiso de mínimos

El paso dado por el Gobierno es fundamental para que se ejecute la segunda línea del Metro, pero necesita concreción

POR primera vez, el Gobierno de España se comprometió de forma fehaciente a participar en la financiación de la segunda línea del Metro de Sevilla, que será la 3 y no la 2. La ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, garantizó que la Administración central aportará fondos para que se ejecute el proyecto que la Junta de Andalucía ha presentado para hacer realidad que Metro de Sevilla sea una auténtica red de transporte suburbano y no una línea aislada.

La cita que reunió ayer en Madrid a las tres administraciones implicadas –Gobierno, Junta y Ayuntamiento– certificó que existe un clima de diálogo y cooperación. La propia ministra alabó el trabajo hecho por el Ejecutivo autonómico para presentar “un proyecto muy bien realizado” (lo que también incluye a la empresa de ingeniería andaluza UG21) y destacó el clima de entendimiento.

El paso dado por el Gobierno es fundamental para que se ejecute la mitad de esta segunda línea del Metro. Porque sin la participación del Ejecutivo del Reino de España sería imposible abordar los 1.045 millones de euros en los que se estima el coste de la ejecución del proyecto modificado y que fue presentado hace pocas semanas.

Pero ese compromiso, aun siendo importante, es, por ahora, sólo de mínimos. Es un punto de partida indispensable pero que no garantiza per se la consecución del objetivo.

Falta saber cuánto y cuándo. Porque no hay, todavía, certeza de la cuantía que está dispuesto a poner el Ministerio, ni el plazo que esa financiación permitiría construir el tramo norte de la Línea 3.

Y son cuestiones claves. Tanto el montante como el tiempo en el que se podría ejecutar.

La Junta le ha planteado al Gobierno que aporte el 47% del coste del proyecto, lo que supondría algo más de 490 millones de los 1.045 totales. La proporción no es baladí ni caprichosa.

En primer lugar, porque supondría repetir el esfuerzo financiero que el Estado asumió cuando se construyó la única línea existente. Y, en segundo término, porque supone un montante que haría viable la ejecución del proyecto presentado.

Andalucía y Sevilla están ya en un clima preelectoral. Renovaremos tanto el Parlamento –probablemente este mismo 2022– como la Corporación, en mayo de 2023. Por eso esta promesa necesita concreción, y que el entendimiento y la cooperación, también con aportación privada, permitan su cumplimiento cuanto antes.

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