Andalucía

Condenada a 18 años de prisión la mujer acusada de asesinar a un bebé en Puente Genil

  • La acusada ha sido absuelta del delito contra la salud pública por supuestamente drogar a su hijo, de un año de edad.

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Córdoba ha condenado a una pena de 18 años de prisión a la mujer, natural de Nigeria, acusada de maltratar de manera habitual y asesinar a un bebé de nueve meses que tenía a su cargo, en la localidad cordobesa de Puente Genil, y que falleció en el hospital por el traumatismo craneoencefálico que presentaba. Así lo ha confirmado la defensa de la procesada, que prevé recurrir al Tribunal Supremo y que detalla que la Audiencia Provincial la ha condenado a 15 años de cárcel por la comisión de un delito de asesinato y otros tres años de prisión por malos tratos habituales en el ámbito familiar, además de una falta de lesiones.

El juez absuelve a la mujer de los dos delitos de lesiones de los que estaba imputada y de la comisión de un delito contra la salud pública, por el que le pedían ocho años de prisión, supuestamente por drogar a su propio hijo, de un año de edad. La mujer declaró en el juicio que ella "estaba cocinando", cuando escuchó "un golpe en el suelo" porque se cayó la menor "por las escaleras", todo ello al mediodía, si bien hasta por la noche no la llevó al hospital, donde finalmente falleció.

Entretanto, la procesada explicó que ella no tenía parentesco alguno con la madre del bebé, aunque se quedó a su cargo "voluntariamente" y sin pedir "nada a cambio", después de que la progenitora tuviera que marcharse a Barcelona por motivos de trabajo. Así, relató que cuando se fue la madre su hija "no tenía ningún tipo de lesión", aunque apunta que sí tenía "algunos problemas de nacimiento", a lo que añade que "la madre le pegaba cuando lloraba", pero, a su juicio, "no fue la causa" por la que tuvo que llevarla al hospital, sino que dicho traslado se produjo a raíz del suceso del 1 de abril de 2012.

La acusada precisó que "estaba cocinando", cuando escuchó el citado golpe porque la menor se había caído por las escaleras de la primera planta en la que, según ella, estaban su hijo menor, otra niña y el bebé. Ante ello, aseguró que no le dio tiempo a cogerla y la recogió "en el último escalón de la escalera", y posteriormente, dice que le dio "masajes con agua templada", pero "al no reaccionar" la niña llamó a su madre, pero no le cogió el teléfono. Tras ser preguntada por el fiscal por qué esperó a la noche para llevarla al hospital, la procesada comentó que "no podía llevarla sin el consentimiento de la madre", porque "tenía amenazas", ha respondido la mujer, quien ha negado que hubiera algún testigo de los hechos y asevera que no habló "con nadie" sobre el suceso. Asimismo, apostilló que la niña se le cayó una vez a la madre y "estaba sangrando" por distintas partes de la cabeza.

Por otra parte, en relación a su hijo también menor de edad, la mujer declaró entre lágrimas que "nunca" drogó a su hijo, y ha explicado que "tenía problemas de estreñimiento desde el nacimiento", si bien frente a ello "no le daba medicación", según indicó la acusada. 

Según recoge la calificación del Ministerio Público, la procesada convivía desde diciembre de 2011 en su domicilio con la menor y la madre de ésta, aunque era la acusada la encargada del cuidado de la menor, después de que la madre abandonó el domicilio por motivos laborales, dejando a la niña al cuidado exclusivo de la procesada.

El 1 de abril de 2012, en torno a las 22:30, la mujer llevó a la menor, de nueve meses de edad, al Hospital de Puente Genil, donde ingresó con un "traumatismo craneoencefálico severo", siendo derivada posteriormente al Hospital Reina Sofía de Córdoba, en donde falleció a las 13:00 del 3 de abril de 2012 como consecuencia de "una lesión y parálisis de centros vitales nerviosos secundaria a edema encefálico y daño axional difuso", provocada por el "traumatismo craneoencefálico severo". La niña presentaba otras lesiones más antiguas: cicatrices en la cabeza, la cara y el cuello por "quemaduras o heridas superficiales"; además tenía "quemaduras de segundo grado" en la mano derecha, o una "fractura de la clavícula izquierda, producida por un efecto traumático", entre otras lesiones. 

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