Andalucía

Condenado a seis años de cárcel por tener una metralleta y munición en su casa

  • La Audiencia de Málaga también le impone la prohibición de tener armas durante nueve años.

La Audiencia de Málaga ha condenado a seis años de prisión a un hombre al que la Policía Nacional intervino un arma de guerra, en concreto una metralleta; además de una pistola semiautomática y munición en su vivienda de la capital malagueña. Asimismo, se le impone la prohibición de tener armas durante nueve años. Según se declara probado en la sentencia, la intervención de las armas, que tuvo lugar en marzo de 2012, fue producto de un dispositivo de vigilancia y control por parte de la Policía Nacional en una investigación por un delito de tráfico de drogas.

En un registro autorizado judicialmente en la vivienda de la que era titular el acusado, los agentes encontraron varias armas y munición que el hombre, según señala la resolución de la Audiencia, "a sabiendas, guardaba escondidas en el interior de una bolsa oculta en un armario". En concreto, dice la sentencia, el acusado tenía una pistola semiautomática en perfecto estado de conservación y apta para su uso, la cual precisa licencia "de la que carece el hombre"; un subfusil, catalogado como arma de guerra, "cuya tenencia está prohibida a los particulares" y que estaba cargada con munición.

Además, se intervinieron 56 cartuchos en una caja, 10 de ellos ocultos en un calcetín; "todos ellos en buen estado de conservación y aptos para su disparo", tanto con la pistola como con el subfusil. Por estos hechos, se le ha condenado por un delito de depósito de armas de guerra.

La Sala concluye en su sentencia que el acusado hizo acopio de las armas y la munición sabiendo el carácter de estos objetos y "en todo caso, de que su tenencia estaba prohibida" y las guardaba "aptas para el disparo, ocultas en una bolsa que tenía escondida en un armario de su domicilio". El hombre, nacido en Málaga y en prisión por esta causa, reconoció en parte la posesión de las armas y declaró en el juicio que se limitaba a guardárselas a otro sujeto del que no dio datos, a cambio de 500 euros; aunque en sus manifestaciones iniciales dijo que las había encontrado en un polígono industrial.

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