La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a dos años y 45 días de prisión, además de otros dos meses de trabajos comunitarios, a un joven que durante cinco años sometió habitualmente a su madre a malos tratos físicos y verbales con continuos empujones, puñetazos, insultos y amenazas hasta hacer "insoportable" la convivencia con ella y con su hermana, que se vio obligada a mudarse, según declaró durante el juicio. La sentencia de la Sección Tercera desestima el recurso de apelación interpuesto por el acusado y confirma el fallo dictado por el Juzgado de lo Penal número 5 por la comisión de dos delitos de malos tratos en el ámbito doméstico, un delito de amenazas y otro de violencia habitual.

El tribunal considera probado, pese a la ausencia de un parte de lesiones alegada por la defensa, que la víctima fue objeto por parte de su hijo de malos tratos tanto corporales como, sobre todo, de orden psicológico con insultos y vejaciones, y subraya que su relató en todas las fases del proceso fue "uniforme, coherente y persistente", por lo que no cabe restarle veracidad. Resalta en esta línea el tribunal que no resulta incompatible "la realidad de malos tratos con la apariencia frente a terceros de un normal desenvolvimiento de la vida familiar" en la que se basa la defensa y rechaza que la hermana actuase contra él por "motivos espurios" para echarle del domicilio familiar ya que relató episodios de agresiones, amenazas e insultos.

Según consta en el apartado de hechos probados, el acusado, quien convivía con su abuela, su madre y su hermana, sometió durante cinco años y con mayor virulencia en los dos últimos a su progenitora a continuos agresiones tanto físicas como psíquicas. El comportamiento violento de su hijo hizo que la víctima albergase un "gran temor" y no fue hasta que la situación se volvió "tan insostenible", después de el condenado le pusiese un cuchillo en el cuello, cuando se decidió a denunciar los hechos ante la Comisaría de Almería en septiembre de 2010.

En concreto, la sentencia recoge que el acusado discutió fuertemente con su madre porque ella había decidido consultar con una vecina abogada la posibilidad de denunciar a su propio hijo. Fue en esa ocasión cuando el vástago la amenazó de muerte con un cuchillo de cocina y le espetó: "Eres una hija de puta, te voy a coger y te voy a matar", la agresión duró hasta que la hermana le disuadió diciéndole que iba a avisar a la Policía Nacional. Este episodio supuso la gota que colmó el vaso de la víctima antes de interponer la denuncia en la citada comisaría.

De este modo, el tribunal ratifica la pena de un año y nueve meses de cárcel por un delito de violencia habitual en el ámbito doméstico y de siete meses y quince días como autor de un delito de amenazas. Por los dos delitos de malos tratos en el ámbito doméstico le impone una pena de 60 días de trabajos en beneficio de la comunidad.