Tribunales

La juez de Motril que olvidó liberar a un preso niega haber cometido negligencia

  • La juez Adelina Entrena, acusada de olvidar dejar en libertad a un preso absuelto, ha negado ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) haber cometido ninguna negligencia, ya que de lo contrario no podría "ni dormir por las noches", y ha dicho que desconocía la situación del reo

La juez Adelina Entrena, acusada de olvidar dejar en libertad a un preso absuelto, ha negado ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) haber cometido ninguna negligencia, ya que de lo contrario no podría "ni dormir por las noches", y ha dicho que desconocía la situación del reo.

Entrena, que fue titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Motril hasta que el Consejo General del Poder Judicial la expulsó de la carrera judicial por esta causa, ha declarado que el error no fue suyo, por lo que negó ser culpable de que José Campoy pasase más de un año en la cárcel por el delito del que había sido absuelto, robo con violencia.

Ha añadido que desconocía que se encontraba en prisión preventiva cuando lo juzgó y que creyó que cumplía condena por una causa anterior, ya que Campoy es lo llaman en los juzgados "un delincuente de la casa", una especie de "preso de la familia".

Por este desconocimiento ha argumentado que no pudo cometer negligencia y que, de haberlo hecho, hace tiempo que hubiera pedido perdón a Campoy, de quien dijo que no tiene "nada en contra" y que, por su estado, le inspira "más bien lástima".

Entrena se ha quejado del trato recibido tras la apertura de esta causa y ha lamentado que "cualquier delincuente es tratado mejor que una juez con 18 años de carrera".

La juez también ha aludido al "exceso" de trabajo que acumulaba en el Juzgado motrileño y a las "varias bajas" que sufrió, y ha aseverado que la secretaria "no es competente para llevar el Juzgado" y que ha llegado a pensar que está en esta situación porque le han hecho "algo intencionado".

Por su parte, José Campoy, con quien Entrena intercambió incluso una sonrisa, ha relatado que no guarda rencor a la juez pero que se ha sentido "tratado como un perro" y que en la cárcel estaba "nervioso perdido" y se daba "cabezazos contra la pared" porque no sabía "qué estaba pasando".

Aunque ha reconocido que recibió la sentencia absolutoria de manos de un funcionario de prisiones, ha asegurado que no pudo saber el contenido porque nadie se lo dijo y él no sabe leer ni escribir.

La Fiscalía Superior de Andalucía solicita por imprudencia grave suspensión de empleo o cargo público durante un año y tres meses para la juez y pide que indemnice a Campoy en un total de 75.230 euros, de los que 15.230 corresponden a los perjuicios causados por los días de indebida privación de libertad y 60.000 por el daño moral sufrido.

La acusación particular le imputa a la juez el mismo delito que la Fiscalía y solicita que se le inhabilite ocho años para empleo o cargo público o, alternativamente, durante dos años si se entiende que hubo imprudencia grave, y además formula reserva de acciones contra la acusada y subsidiariamente contra el Estado.

La defensa de Entrena considera, por su parte, que la juez desconocía que Campoy estuviera en prisión indebidamente, lo que la exonera de toda responsabilidad criminal.

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