Andalucía

El PSOE de Córdoba afronta su 'congresillo' como un test de estrés

  • Oficialistas y críticos miden sus fuerzas en el cónclave previo a la elección de la nueva dirección tras una intensa campaña de captación de apoyos en las agrupaciones

Oficialistas y críticos del PSOE cordobés medirán a partir de esta tarde sus fuerzas de cara al congreso que tendrá que elegir al nuevo secretario provincial. Lo harán en el cónclave extraordinario conocido como congresillo, cuya misión específica consiste en la elección de los 46 delegados con derecho a voto que tienen que asistir el mes que viene a la reelección en Almería de José Antonio Griñán como secretario general del PSOE andaluz.

Habrá dos listas. Una avalada por el secretario provincial, Juan Pablo Durán, que en los comunicados y la web de la formación política se presenta como "la del partido". El sector crítico presentará su propia alternativa que encabezará Joaquín Dobladez tras tomar la determinación -no precisamente en los últimos días- de no negociar con la dirección una candidatura de integración con el oficialismo.

El congreso del PSOE andaluz de Almería tiene una relevancia relativa. Lo que ocurrirá hoy es una primera (en realidad, segunda) escaramuza para medir fuerzas, ver las fortalezas y debilidades de cada parte. Que exista un sector crítico a la dirección andaluza no implica necesariamente que Griñán vaya a estar cuestionado, aunque su hipotética presencia en ese congreso se notará las negociaciones, en todo caso inevitables, para la formación de la ejecutiva andaluza. Los llamados críticos, en realidad, han obtenido unos resultados muy escasos en los congresillos celebrados en otras provincias. El mayor éxito -donde ha habido competencia- ha sido el 35% de la problemática agrupación sevillana, cuya gestora preside el cordobés Manuel Gracia.

Los congresos son, como toda actividad democrática, cosa de números. Gana quien tiene más votos y pierde quien menos apoyo recauda. Lo que se haga por el camino es cosa de confesionario o conciencia, así se jure o se prometa el cargo. Con matices, sin embargo. El congresillo de hoy por la tarde tiene una especie de marcas de agua, según las cuales la victoria y el fracaso apuntan sobre el escrutinio. Dobladez consiguió un 37% de apoyos en el cónclave que aprobó la lista de las pasadas elecciones autonómicas. Bajar, o bajar mucho, por debajo de esa cifra mermaría considerablemente sus posibilidades en el congreso provincial que elegirá a la próxima dirección del partido, allá por mediados de julio. De forma inversa, Juan Pablo Durán podría vender como éxito cualquier resultado superior al 63% con el que sacó adelante la lista de las andaluzas. Un cambio en esa relación de fuerzas podría sostener, en buena lid, que se han perdido o ganado apoyos a raíz del resultado de las autonómicas, que cayó en el PSOE como una jarra de agua fresca en manos de un sediento.

Los cambios con respecto a aquel congresillo preelectoral son evidentes. Dobladez presentó su lista con un amplio margen de factor sorpresa en el propio cónclave superando los filtros de porcentaje mínimo de avales. No se esperaba, por ejemplo, el aval de agrupaciones de la zona de la Subbética. En esta ocasión, ambas partes han realizado una amplia labor de captación de apoyos con visitas y reuniones en las agrupaciones. Durán y su equipo, que es en realidad la dirección del partido, llevan días aventando su mayoría en el proceso previo de elección de delegados como consecuencia de que la ausencia de éxitos de los críticos en las agrupaciones donde se han presentado dos listas. Durán citó a Dobladez para pactar una candidatura única y éste no aceptó ni la reunión. La historia, como siempre, es más compleja e incluye filtraciones, algún veto y el mensaje de los críticos de que quien importa es el militante, el delegado, y no lo que se pueda acordar en un encuentro privado. El secretario provincial asegura que no quiere un PSOE indefinidamente fracturado en mayorías y minorías tras el congreso de julio. Como telón de fondo, se ha asegurado las presencias activas de los nombres principales del socialismo andaluz para su causa.

Los militantes con experiencia reconocen que esta primera prueba es exactamente eso, un test. Servirá como chequeo previo de los apoyos de unos y otros en el que sería muy malo para el sector crítico, por ejemplo, no superar el mínimo de avales necesarios para poder presentar su candidatura de posibles delegados. Sin embargo, los socialistas cordobeses tienen una larga experiencia en congresos competitivos -el último, en 2000- con vaivenes internos, negociaciones, corrientes, candidaturas. El ex secretario provincial José Mellado y su entonces responsable de Organización, el ex parlamentario Juan Cebrián, llegaron a tener una merecida reputación de controlar los tiempos y de deshacer acuerdos entre quienes les buscaban las vueltas. Pactos que se hacían una tarde y se deshacían a la siguiente. Un dato, menor si se quiere ver así, es que el congreso provincial se celebrará unas dos semanas después de que se realicen los nombramientos de la nueva estructura de la Junta.

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