Andalucía

Perfil: La perfecta desconocida

  • Carmen Castilla ejemplifica la apuesta política por una nueva cara, aunque cuente con escasa experiencia

A favor de Carmen Castilla juegan una presencia atractiva y una oratoria aceptable. Quizá la mayor urgencia de UGT en este momento sea ésa: recuperar su imagen. En contra tiene el escaso conocimiento de las entrañas de un sindicato. Es afiliada desde 2000, pero no es hasta mayo del pasado año cuando entra en la Ejecutiva como secretaria de Igualdad y Políticas Sociales. Quizá eso no sea una desventaja. Para empezar, no está contaminada. Y eso para UGT es una necesidad, atormentada por el escándalo de las facturas falsas. Quizá ni siquiera sea necesario: dicen quienes conocen las vísceras de un sindicato que el secretario general bien puede ser un florero, porque los que sostienen una organización son los secretarios de acción sindical u organización y el de finanzas. Pero, ¿es Carmen Castilla un florero?

Quienes la conocen responden que no. La avala su currículum: es diplomada en Enfermería, licenciada en Psicología, doctorada en Salud Mental, licenciada en Derecho por la UNED, y cuenta con varios premios académicos, entre ellos, es Premio Nacional de Investigación otorgado por el Colegio Oficial de Diplomados universitarios de Enfermería.

Durante 20 años ha desarrollado su labor asistencial como enfermera en el Hospital de San Lázaro de Sevilla. Cuentan que es experta en la ley de protección de datos y en bioseguridad, es decir, en los dispositivos de seguridad para la protección de profesionales y pacientes. Añaden que ha dado conferencias en Irlanda o en Italia. Es una mujer preparada, con mando, que sabrá transmitir la mejor imagen del sindicato. Ayer, nada más ser elegida, comenzó la tourné por los medios de comunicación. Es la estrella del día, la perfecta desconocida que se convierte en enigma.

Pero todo fenómeno meteórico deja atrás una estela. Hay quienes ven en su seguridad un ego desbordado; en su firmeza, soberbia; en su oratoria, palabras huecas; en su autoestima, altivez; en su trayectoria, arribismo. Dicen que no soporta las críticas. "Quizá alguna pega me pondrán, quizá que soy rubia y, aunque tenga 45, aparento 35", dijo ayer en su primer discurso (a puerta cerrada, pero grabado y difundido) ante sus compañeros.

La polémica la arrastra de su experiencia en la política. A diferencia de las mejores trayectorias de los cargos de UGT, que abandonan el sindicato para irse a la política (la Junta), Carmen Castilla recorre el camino inverso. Llega a la política (al PSOE) en 2001 en su localidad natal, Écija, de la mano de su primo, Manuel Castilla. En las elecciones de 2003 la agrupación se disuelve por la elección de Juan Wic como candidato. Los Castilla respaldan a José Antonio Montero, cabeza de lista del nuevo Partido Socialista Ecijano Independiente (PSEI). El ambiente se vuelve muy turbio, con acusaciones graves. Al final, Montero se alía con el PSOE y Carmen Castilla, en el partido independiente, se convierte en el azote del alcalde socialista. Castilla se da de baja de militancia del PSOE. Para armarse de argumentos, critica todo lo que tenga que ver con los socialistas (Manuel Chaves incluido). En 2007 es la cabeza de cartel del PSEI, pero inopinadamente, dimite en el primer pleno. También dimite la número dos y ocupa el único escaño Manuel Castilla, su primo, en lo que algunos ven una jugada política.

Carmen Castilla vuelve al trabajo en el hospital y, en unos meses, es elegida por la Junta para desempeñar cargos de confianza en la gestión hospitalaria. Los socialistas astigitanos protestan sin éxito ante el Gobierno regional, socialista. Pero desempeña estos puestos de confianza hasta que entra en la Ejecutiva de UGT el pasado mayo.

Que es la menor de ocho hermanos o su afición por el Athletic Club de Bilbao son algunas de las certezas contrastadas. A partir de ahora se retratará ella misma. Y parece que dará juego.

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