La Policía Local de Sevilla encontró dos paquetes con droga en su interior a escasos metros del lugar en el que se detuvo el coche que atropelló a Almudena González y Patricia Alfaro la madrugada del Domingo de Resurrección. Según explicaron ayer a este periódico fuentes judiciales, los agentes recuperaron la droga poco después del accidente guiados por el testimonio de un indigente que aseguró ver cómo uno de los ocupantes del coche -no identificó a cuál- habría salido corriendo del vehículo una vez que éste se detuvo y habría arrojado dos pequeñas bolsas a un seto. La Policía encontró la droga en el lugar indicado por este testigo, un seto situado justo delante de la puerta del teatro de la Maestranza.

A la espera de que lo confirmen los análisis científicos, la sustancia encontrada en el interior de los paquetes podría tratarse de cocaína. En total la cantidad hallada en el seto arrojó un peso de dos gramos, una cantidad mínima por la que la persona que esté en su posesión no podría ser imputada por un delito de tráfico de drogas y sólo se enfrentaría a una sanción de tipo administrativo por tenencia de estupefacientes.

El juez encargado de la investigación ha ordenado que se le practiquen varias pruebas al Renault Clio implicado en el atropello, que ha sido trasladado a las dependencias de la Guardia Civil en Montequinto. El vehículo está siendo examinado por los perros especialistas en la detección de estupefacientes y también ha sido sometido a una serie de pruebas científicas para determinar si hay restos de que en el interior del coche se consumiera cocaína.

Igualmente, el juez ha ordenado a la Policía Científica que examine los paquetes encontrados en el Paseo de Colón para tratar de encontrar alguna huella dactilar en ellos. Al coche también se le están tomando las huellas dactilares del volante para verificar que la persona que conducía era Fernando Vargas, que permanece encarcelado desde la noche del domingo como autor de dos homicidios imprudentes y un delito contra la seguridad del tráfico.

Este joven dio positivo en la prueba de alcoholemia posterior al accidente y además conducía pese a tener el carné retirado por haber perdido todos sus puntos tras ser sorprendido ebrio al volante en varias ocasiones anteriores. En la alcoholemia dio una tasa de 0,57 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, lo que supone más del doble de lo permitido, que es 0,25. En el asiento del copiloto viajaba Adrián del Nido, hijo del presidente del Sevilla F. C., José María del Nido, que se personó en el Paseo de Colón instantes después del atropello.

El accidente ocurrió sobre la una menos veinte de la madrugada del Domingo de Resurrección en el Paseo de Colón, en un paso de peatones situado a unos metros de la Torre del Oro. Las víctimas acababan de apearse de un taxi cuando fueron embestidas por el Renault Clio que venía a gran velocidad desde el Paseo de las Delicias. Son ya diez los testigos que han declarado ante la Policía que el conductor del coche no frenó en ningún momento ni trató de detenerse, sino que emprendió la huida y sólo se paró cuando un taxista se colocó a su altura y un patrullero de la Policía Nacional le cerró el paso.

Uno de los testimonios que más ha esclarecido lo ocurrido fue el del taxista que contribuyó a detener al conductor. Tanto él como el resto de testigos aseguran que el conductor se saltó el semáforo en rojo y se dio a la fuga sin detenerse, algo que también acredita la ausencia de marcas de frenado en la calzada. También se le han abierto diligencias por falso testimonio a una persona que asegura que participó en la detención del conductor y la Policía tiene acreditado que no presenció los hechos.

La Policía sigue practicando pruebas para esclarecer completamente este doble atropello mortal. Entre otras cuestiones, los agentes están tratando de localizar al taxista que trasladó a las víctimas antes del accidente, para lo que ya se ha puesto en contacto con las emisoras y asociaciones del sector. También se trabaja en el cálculo de la velocidad aproximada a la que circulaba el coche en el momento del impacto.