Andalucía

El Rey defiende "una Iberoamérica con una sola voz"

  • Don Juan Carlos, muy ovacionado, urgió a que los países de la Cumbre de Cádiz hagan valer su peso en el escenario económico internacional.

El rey Juan Carlos inauguró ayer la XXII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno urgiendo a esta comunidad de países a hablar "con una sola voz" en el escenario internacional. Por su parte, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, optó por lanzar un mensaje de política interna: puso la Constitución de 1812 como ejemplo de unidad y abogó por no crear fronteras.

En un Teatro Falla lleno hasta el gallinero, el rey Juan Carlos, que compareció ayudado por unas muletas, defendió que "en este mundo interdependiente tenemos que estar preparados para hacernos oír con una sola voz, una voz que sea reconocible por todos y que nos permita hacer valer el peso que nuestra comunidad debe tener".

Previamente, partiendo de una Constitución de Cádiz que llevó a españoles y americanos a demostrar "cómo trabajando y soñando juntos podemos alcanzar metas de extraordinaria relevancia", el Monarca español reiteró que América Latina "crece, se reducen los índices de pobreza y hay una mayor cohesión social". "Es verdad que persisten las desigualdades. Ya desde hace tiempo -y veintiuna cumbres iberoamericanas lo atestiguan- se inició la senda para reducirlas. Hoy, una clase media pujante lucha por encontrar su sitio en una nueva sociedad", agregó.

En un gesto de humildad muy valorado, el rey Juan Carlos aseguró que frente a la crisis económica que sufren España y Portugal "necesitamos más Iberoamérica". "Debemos concertarnos y conocernos más y mejor, seguir explorando y poniendo en práctica nuevas formas de trabajo conjunto, profundizando en nuestra cooperación y escuchando a nuestros ciudadanos", añadió.

En el arranque de su discurso, el jefe del Estado español lanzó una mirada a Cádiz, una "antigua y bella ciudad que fue durante siglos fue puerta de América, bahía privilegiada de donde salían y entraban los barcos que surcaban las rutas atlánticas". En un perfecto portugués, repitió la loa.

Y se acordó del botánico, matemático y lingüista gaditano José Celestino Mutis, que organizó la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada y que murió en Bogotá "dejando importantísimos frutos científicos y artísticos que son parte del enorme patrimonio común que nos une". Y tampoco se olvidó de los capitanes Alejandro Malaespina y José Bustamante, que partieron del puerto de Cádiz a bordo de las corbetas Descubierta y Atrevida para protagonizar una de las expediciones científicas más importantes del siglo XVIII.

Una vez que declaró inaugurada la Cumbre, autoridades e invitados le tributaron una calurosa ovación.

En una cena posterior celebrada con el resto de jefes del Estado y de Gobierno, el rey español los recibió como "colegas pero también como amigos".

Rajoy, que intervino justo antes que el rey Juan Carlos en el acto inaugural en el Teatro Falla, optó por enviar un mensaje internó cuando destacó que en el consenso que alumbró la Constitución de Cádiz de 1812 primó la unidad dentro de la diversidad y construir puentes en vez de levantar fronteras. "Ciudadanos americanos y españoles sembraron el germen del cambio. Supieron entender lo que las generaciones futuras demandarían: consenso en el marco de la pluralidad, unidad dentro de la diversidad, construir puentes en lugar de levantar fronteras", dijo sin referirse explícitamente al problema catalán.

Para el presidente del Gobierno, La Pepa representa "el tránsito de la palabra del poder al poder de la palabra". "Lo conseguimos juntos, con consenso, unidos", remachó.

En la misma línea, el primer mandatario español se atrevió a calificar la cita iberoamericana de "segunda Cumbre de Cádiz" tras la de 1812.

Centrado en América Latina, Rajoy reivindicó su pasado, presente y futuro, como "pilar fundamental del mundo occidental". "América Latina ha sabido transformar la vieja década perdida en la actual década de prosperidad. Este éxito es el resultado de la determinación, el esfuerzo y la paciencia, y la combinación de la austeridad con políticas propias de crecimiento y de cohesión social", añadió.

A juicio del presidente del Gobierno, "más América Latina en Europa y en España es una receta imbatible para afrontar los actuales desafíos".

El acto inaugural arrancó con el discurso del secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, que abogó porque la comunidad iberoamericana desarrolle formas de cooperación renovadas y adaptadas a los nuevos retos y posibilidades a ambos lados del Atlántico. "Vivimos un periodo de incertidumbre e inseguridad que reclama como nunca una acción concentrada de todos los países. Necesitamos nuevas políticas de cooperación", insistió.

Iglesias enmarcó la situación actual dentro de los "cambios en las relaciones internacionales , la crisis económica en los grandes centros y un periodo de bonanza que podría hacer pensar que ésta es la década de América Latina".

En este contexto, el político uruguayo situó la Cumbre de Cádiz en la senda de "una relación renovada".

Para España y Portugal, inmersos en una grave crisis económica, Iglesias defendió una "mayor expansión de sus exportaciones, un mayor campo para la expansión de inversiones empresariales y un mercado potencial para nuevas empresas donde América Latina tiene una creciente demanda en infraestructuras, nuevas tecnologías o economía verde".

En un discurso muy sólido, el secretario general iberoamericano apostó por unos países iberoamericanos que se relacionen con sus socios europeos para "fortalecer sus políticas de industrialización, la educación de calidad, el estímulo a la circulación de recursos humanos cualificados, el empleo juvenil o el estímulo a pymes y su internacionalización".

Con la cumbre ya inaugurada por el rey Juan Carlos, los asistentes visionaron un vídeo muy bien montado de la ciudad Cádiz y otras ciudades iberoamericanas.

El colofón final lo puso el Ballet Nacional con la interpretación de varias piezas denominadas Suite Sevilla. Sin duda, un cierre muy original y sorprendente para empezar la Cumbre de Cádiz.

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