Andalucía

Salgado y Ordóñez pidieron a Griñán manos libres para Cajagranada

  • Desde el lunes ha cambiado el discurso de la Junta y el PSOE · El presidente mostró ayer en Granada su respeto por la creación del banco Mare Nostrum · Y Velasco se declaró satisfecho con la SIP mediterránea

La participación de Cajagranada en el banco Mare Nostrum tiene todas las bendiciones. La firma en Madrid del contrato entre las cuatro entidades fundadoras cuenta con un apoyo entusiasta en el ámbito local. Pero, aunque sea menos conocido, también tiene un respaldo regional y nacional sólido. La vicepresidenta Elena Salgado y el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, pidieron el lunes al presidente Griñán que dejara manos libres a Cajagranada y que evitara sembrar dudas sobre su incorporación a la SIP mediterránea, con Murcia, Penedès y Sa Nostra.

La razón fundamental de esta petición era el efecto ala de mariposa que podían producir las dudas sobre el encaje final de la caja granadina. No se trataba de una cuestión doméstica española, sino un mensaje a los mercados internacionales, por la sombras que se podían proyectar sobre la seriedad del conjunto de las operaciones de concentración de cajas que están en marcha en España.

Por eso el discurso de la Junta y de la cúpula del PSOE andaluz ha dado un giro claro durante la semana y se ha concentrado en la fusión entre Unicaja y Cajasol, y en la eventual oferta conjunta de ambas por Cajasur. Ayer en Granada, Griñán tuvo especial interés en resaltar su total respeto por las decisiones de los órganos de gobierno de la caja local.

No fue una manifestación aislada. En simultáneo, en Huelva el número dos del PSOE andaluz, Rafael Velasco, deseó "todos los éxitos" a la andadura por Levante de Cajagranada y se mostró satisfecho del resultado de su SIP "en un escenario totalmente diferente al que tiene Andalucía". Una aceptación de facto del nuevo estatus de la caja granadina, que no quedó clara para algunas periodistas que asistieron a la rueda de prensa del presidente, lo que obligó a su gabinete a emitir una nota por la tarde.

Algunas crónicas de agencias atribuían a Griñán que no descartaba un veto a la fusión cuando en septiembre la Junta emita su informe vinculante. Estos despachos de agencia provocaron reacciones opuestas en la oposición. El presidente del PP andaluz, Javier Arenas, exigió a Griñán que retirase su posible veto a la integración de Cajagranada en el banco Mare Nostrum. Y el coordinador regional de IU, Diego Valderas, pidió lo contrario: que el presidente intervenga para que Andalucía no pierda a la caja granadina. En la nota de la Junta, Griñán subrayaba que no se puede prejuzgar la decisión de la Junta hasta que no le llegue el expediente correspondiente, previsiblemente en septiembre. También pedía a Javier Arenas que no haga juego político con las cajas y aclaraba que la Junta no puede adelantar sus decisiones sin tener toda la información.

Tras el debate parlamentario de la semana pasada, la dirección regional del PSOE había pedido con énfasis a Cajagranada que revisara su participación en Mare Nostrum. Esa estrategia se cortó de raíz el martes, que además fue un día de fuertes pérdidas en la Bolsa, en particular del sector financiero. Todas las fuentes consultadas ayer daban la firma del contrato como un paso definitivo, sin marcha atrás, en la SIP liderada por Caja Murcia que es un modelo de franquicias regionales en la que cada uno de los cuatro socios mantiene su personalidad jurídica, su marca, su lealtad territorial, su negocio minorista, sus órganos de gobierno y su obra social.

Entre tanto, Unicaja y Cajasol se están mirando, con más bendiciones aún que la operación Mare Nostrum. Se miran, pero todavía no se hablan siquiera. Así que consumar su matrimonio está lejos, de momento.

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