Andalucía

Susana Díaz comunica que se queda aunque sube la presión

  • Mientras se suceden las declaraciones desde fuera para que se presente a la Secretaría General, la presidenta de la Junta insiste en que su "prioridad" sigue siendo Andalucía.

"Buenas tardes, mi prioridad es Andalucía, ya lo saben". Eso fue lo que la presidenta de la Junta, Susana Díaz, comentó los periodistas a la entrada de su reunión con la dirección de su partido en la sede de la calle San Vicente. Antes, también se lo había explicado a sus ocho secretarios provinciales, con quienes almorzó en un restaurante cerca de la sede. La impresión que sacaron estos líderes es que, detrás de las palabras de Díaz, hay un sentimiento verdadero de quedarse en Andalucía, de presidenta, y agotar la presente legislatura que acabaría a principios del 2016. "Sólo en un caso extremo, podría aspirar a competir" por el liderazgo nacional, afirmó uno de los presentes en ese almuerzo.

Sin embargo, mientras los andaluces hacían de eco al mensaje oficial de la presidenta, y proclamaban en todas sus declaraciones, que ella quiere quedarse, desde Madrid siguieron llegando las invitaciones para todo lo contrario. Invitaciones públicas y privadas, porque la presidenta ha seguido hablando con dirigentes de su partido. Felipe González, que durante los últimos meses se ha convertido en uno de los confidentes de Susana Díaz, dijo de ella: "Tiene mucho empuje". "Aunque su ámbito actualmente está en Andalucía, a lo mejor algún día supera esa frontera, depende de ella". González suele medir bien sus palabras, y no elogia por sistema a cualquier dirigente, aunque en esta declaración subraya lo que, realmente, está ocurriendo con la opción de Susana Díaz: que depende de ella. El líder del PSOE madrileño, Tomás Gómez, fue el más contundente: "Con Susana, al fin del mundo", representa al "socialismo puro", es "una mujer con garra". Y no fue ésa la única valoración elogiosa. José Enrique Serrano, uno de los colaboradores más cercanos de José Luis Rodríguez Zapatero, también valoró: "Parece que tiene algo de fuerza". Incluso una de las colaboradoras de Alfredo Pérez Rubalcaba, Soraya Rodríguez, portavoz en el Congreso, valoró que tiene "el liderazgo político, claro y fuerte" entre los socialistas. Incluso Marcelino Iglesias, portavoz en el Senado y anterior secretario de Organización, indicó que la presidenta "es la voz más autorizada" del PSOE, "se lo ha ganado con los resultados electorales".

Éste es el panorama en el PSOE en las horas siguientes del anuncio de la marcha de Alfredo Pérez Rubalcaba: mientras desde fuera de Andalucía se presiona a Díaz, con mayor o menor fuerza, para que dé el paso y sea la próxima secretaria general, en Andalucía se modera la fiebre susanista y se repite que acabará la legislatura. De todos modos, no se ha producido una respuesta clara, transparente, nítida, que mantenga que Díaz, pase lo que pase, no se presentará al congreso extraordinario del mes de julio. Hay una posibilidad: la de compatibilizar la secretaría general federal como la Presidencia de la Junta. Nadie de su entorno habla, no obstante, de ello, y ayer el mensaje -eso- era el del "compromiso con Andalucía".

El portavoz del Gobierno andaluz, Miguel Ángel Vázquez, insistió al finalizar la reunión habitual de los martes. Dijo que Susana Díaz "sólo lleva ocho meses" como presidenta, y que ella ha comentado "en reiteradas ocasiones"  que quiere quedarse en Andalucía. Algunos secretarios provinciales, como la de Sevilla, Verónica Pérez, muy cercana a Díaz, y el de Huelva, Ignacio Caraballo, insistieron en una misma frase: "Tiene sus ojos puestos en Andalucía".

Incluso el ex presidente andaluz Manuel Chaves, que ha elogiado a Díaz como referente del PSOE, dijo que "es muy necesaria" en Andalucía.

En el seno de los socialistas sigue el debate sobre la conveniencia de los pasos tomados por la dirección de Alfredo Pérez Rubalcaba al convocar un congreso extraordinario. El PSOE andaluz apoya esta hoja de ruta frente a una convocatoria adelantada de elecciones primarias. Chaves fue uno de las pocas voces que apoyó ayer la convocatoria en la reunión del grupo socialista. Para el ex presidente, el partido debe acometer una reflexión seria su debacle electoral más allá de elegir un candidato para la Moncloa; a ello se definió, como volver "a mirarse el ombligo". La diputada cordobesa Rosa Aguilar defendió, como otros, un congreso en el que todos los militantes pudieran votar, "a la gallega", y no sólo los delegados enviados desde las provincias.

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