Wocmes, debate sobre Oriente Próximo

Susana Díaz exige "solidaridad compartida" a la Unión Europea

  • La presidenta de la Junta cita la llegada de migrantes para apelar a la necesidad de políticas integrales de ayuda al desarrollo

Susana Díaz interviene en el acto inaugural del Wocmes.

Susana Díaz interviene en el acto inaugural del Wocmes. / José Ángel García (Sevilla)

En medio del habitual periodo de llegadas de migrantes a las costas, la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, no dudó en apelar a la Unión Europea como destinataria de una exigencia. Por un sencillo motivo de "conciencia", se refirió Díaz, los estados miembros han de contribuir decididamente a una "solidaridad compartida" que ayude a paliar los efectos producidos en las poblaciones por las guerras y los abusivos mandatos de los regímenes autócratas.

En contraste con la "visión romántica de un mar que es foco de cultura y cuna de las tres religiones", Díaz subrayó "la realidad sombría de un Mediterráneo que en estos últimos tiempos está convirtiéndose en un mar de dolor y de sufrimiento, en un mar que atrapa a miles de personas que huyen de la guerra, de la pobreza, del miedo y del hambre", declaró.

La presidenta recordó las llegadas semanales de cientos de migrantes a Andalucía, "una seria llamada de atención para nuestras conciencias y un recordatorio de que hacen falta políticas más integrales de ayuda al desarrollo y verdaderamente solidarias a escala europea".

Negando que sea exclusivamente el voluntarismo una solución para el problema de los desplazamientos desde el sur al norte, la presidenta andaluza, quien también es presidenta de honor de la Fundación Tres Culturas, señaló a la "obligación y responsabilidad" de la Unión Europea para garantizar una "solidaridad compartida".

Una política transmediterránea

"Nuestro deber es no resignarnos ante una situación que millones de hombres y mujeres consideramos, además de insatisfactoria, dolorosa y vergonzante", sentenció Díaz, para quien ha de haber una "obligación moral de apostar decididamente por una política transmediterránea basada en los derechos humanos, en la lucha contra el fanatismo y el terror y frente al cambio climático".

Del cementerio del desierto del Sahara al camposanto que descansa en el fondo del Estrecho de Gibraltar, Susana Díaz insistió en el preocupante carácter de la migración, movido a menudo por sistemas de corrupción humana: "El Mediterráneo es hoy un escenario de trágicos accidentes humanos, pérdidas de vidas, enfrentamientos violentos, desigualdades lacerantes, donde traficantes de trata hacen negocios con las vidas de seres humanos".

No quiso la presidenta andaluza olvidarse en su intervención del Rey, a quien le agradeció su presencia y "la atención y la cercanía" con la que sigue todo lo que sucede en Andalucía "como una parte sustancial de la nación española" y que, recordó, fue "una tierra de fructífera convivencia entre diferentes culturas".

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