Andalucía

UGT-A apuesta por la vía Susana Díaz

  • Carmen Castilla, primera mujer que lidera el sindicato, asume el reto de recuperar la credibilidad de una organización en crisis. Su Ejecutiva no tiene rastro de la gestión de Pastrana.

Hay gestos insignificantes que encierran todo el sentido de un tiempo. La escena se produce como sigue: puerta de la sede de UGT Andalucía, jaleo de manifestantes afectados por la paralización de la concesión de las pólizas vitalicias aprobadas en el ERE de las Minas de Riotinto, uno de los expedientes que negoció UGT y que ahora investiga la juez Mercedes Alaya; de fondo el vaivén de delegados del comité extraordinario de un sindicato al que se le acumula el hedor a podredumbre por los casos de facturas falsas y uso indebido de dinero público para cursos de formación que un día sí y otro también publica la prensa... Y de repente, un espontáneo que porta una pancarta contra la Junta y el sindicato usa una esquina de la tela de su estandarte para dar lustre a la placa de entrada a la sede. Frota con esmero y dice: "Si levantara la cabeza el fundador y viera cómo tienen esto". Pura cuestión de imagen. Cambios estéticos.

UGT comparte origen con el PSOE de Pablo Iglesias -hasta 1990 los estatutos del partido obligaban a que sus afiliados militaran también en el sindicato hermano- y desde ayer comparte además la fórmula para tratar de sacar del pozo la credibilidad de una organización en crisis. Si la llegada de Susana Díaz a la presidencia de la Junta de Andalucía con el cometido de frenar la enorme erosión por el escándalo de los ERE vino precedida por la dimisión de su mentor José Antonio Griñán, el aterrizaje de Carmen Castilla en la secretaría general de UGT Andalucía se produce meses después de que Francisco Fernández Sevilla, que la colocó en la Ejecutiva creada el pasado mayo como secretaria general de Políticas Sociales e Igualdad, se viera obligado a abandonar el liderazgo del sindicato asaeteado por el serial de escándalos que se le acumulaban sobre la mesa. Si Díaz es la primera mujer en ocupar la presidencia de la Junta, Castilla es desde ayer la primera mujer que lidera la Unión General de Trabajadores en Andalucía en la historia del sindicato.

Enfermera durante 20 años en el hospital San Lázaro de Sevilla, ex edil socialista de su pueblo natal, bregada en la gestión sanitaria y funcionaria de la Junta, ambiciosa y tenaz, de familia humilde y estudiante con becas, el perfil de Carmen Castilla (Écija, 1968) guarda algunas similitudes con el de Susana Díaz, pero le avala una formación académica mucho más amplia: es diplomada en Enfermería, licenciada en Derecho y en Psicología.

Pero, sobre todo, lo que comparten es el nulo protagonismo que al final han ejercido los críticos en su ascenso al poder. "Los críticos soy yo", sentenciaba por la mañana en respuesta a la prensa Manuel Ferrer -que de forma interina lideró la organización tras la dimisión de Fernández Sevilla- para dar ya por finiquitadas las voces que habían tratado de forzar la convocatoria de un congreso extraordinario, como así lo pidió Cándido Méndez desde Madrid con el propósito de escenificar una total ruptura con las ejecutivas anteriores que están bajo el foco de la Justicia.

Tras meses de llamada a la renovación total de la central en Andalucía, Carmen Castilla, candidata propuesta por la federación más poderosa dentro del sindicato -la de Servicios Públicos, FSP- fue elegida ayer como secretaria general de UGT-A con un 83,05% de los votos de 118 de los 121 delegados convocados a la reunión del comité regional extraordinario celebrado ayer en Sevilla. Es decir, al final la vía crítica se diluyó tanto que ni siquiera ejerció su derecho al voto en contra, aunque fuera secreto: 98 delegados votaron a favor de esta mujer procedente de la vía oficialista y 20 en blanco. Puede que hubiera reservas, pero no fisuras.

Con este apoyo de más del 80% se evita el congreso y ha permitido que los fontaneros del sindicato diseñen una Ejecutiva en la que se ha borrado todo rastro de la era Pastrana (así como Díaz sacrificó a todos aquellos manchados -léase imputados- por la investigación judicial de los ERE), por lo que salen del organigrama José Carlos Mestre y Josefa Castillejo.

La nueva secretaria general liderará una Ejecutiva con mayoría femenina -compuesta por cinco mujeres y cuatro hombres- que tiene sólo tres nombres nuevos respecto a la diseñada el pasado mayo. Es, por tanto, una ejecutiva remozada. Cambiar algo para que todo siga igual. Se mantienen Manuel Ferrer en la Secretaría de Organización y Área Interna; Pepe Ginel para la de Comunicación; Juan María Martínez para la secretaría de Administración; María del Mar Serrano para la secretaría de Relaciones Laborales y María Isabel González para la de Mujer. Se incorporan Oskar Martín Silvoso, procedente de la Federación de Industria y Trabajadores Agrarios (Fitag) de Granada, a la secretaría de Empleo y Formación; Consuelo Núñez Correa, procedente de la federación de servicios de UGT-A para la secretaría de Políticas Sociales e Igualdad; y, por último, a la secretaría de Institucional y Coordinación de Área Externa, Carmen Barrera Chamorro, procedente de UGT confederal. Los nuevos nombramientos han recibido un apoyo del 85,3% al lograr 97 votos a favor y 17 en blanco.

Tras los abrazos, felicitaciones y los ritos de cohesión propios del sindicalismo -puño en alto y vítores-,Castilla atendió a los medios para expresar "la inmensa alegría" de saberse "ampliamente respaldada" y ser la "primera mujer al frente de un sindicato histórico en Andalucía". Promete que con su llegada al frente "habrá un antes y un después porque empezamos de cero a recuperar la credibilidad, que no legitimidad, porque ésa la avalan los afiliados, sus acciones y la Constitución". Garantiza Castilla que "hoy empieza una nueva andadura donde se marcara una diferencia tremenda con un proyecto novedoso e ilusionante" y sostiene que tras meses de debate interno "UGT Andalucía sale del comité extraordinario más unida que nunca". Su gestión se centrará, adelantó, en trabajar "en la defensa de los múltiples ataques que supone las últimas reformas del Gobierno central", "trabajaremos por los derechos no sólo de los trabajadores sino de la ciudadanía en general".

Pero no quiso ahondar en cómo depurará responsabilidades por el uso indebido de dinero público que ha hecho el sindicato que ahor preside. Pidió confianza: "Hoy es un día de celebración. Confiad en que haremos una línea de actuación clara, directa y concisa". Es su primera promesa.

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