La chica acusada de realizar llamadas vejatorias a los padres de Marta del Castillo, a los que dijo que "no la volverían a ver nunca más", ha pedido ser sometida a un informe psiquiátrico forense pues afirma que lo hizo bajo un síndrome ansioso-depresivo.

La joven M.R.S.C., de 24 años, debe ser juzgada porque tres días después de la desaparición de Marta, ocurrida el 24 de enero de 2009, llamó al teléfono que aparecía en los carteles colocados por las calles de Sevilla y dijo a los padres que "no la volverían a ver más".

El juzgado de instrucción 16 de Sevilla debía celebrar este martes el juicio de faltas pero lo ha aplazado porque el abogado de los padres de Marta ha pedido que el caso sea tramitado como un delito y no como una simple falta de vejaciones.

Aprovechando la suspensión, el letrado de la defensa pidió que la joven sea sometida a un informe forense sobre su imputabilidad penal pues, según le han manifestado los padres de la acusada, cuando ocurrieron los hechos sufría un trastorno mental transitorio y un síndrome ansioso-depresivo.

La fiscal del caso ha alegado que se trata de una prueba muy costosa y se ha opuesto a su realización con dinero público, pues la denunciada no ha aportado ningún certificado médico que demuestre que estuviese bajo tratamiento o siquiera que hubiese hecho una consulta médica.

La fiscal ha llamado la atención sobre la contradicción de que en su primera declaración policial la joven reconoció haber hecho la llamada vejatoria "porque se aburría" y ahora haya alegado un trastorno mental.

En ese momento, el juez ha advertido a la defensa que el coste de dicho informe podría ser añadido a las costas judiciales en caso de condena, por lo que el abogado defensor ha anunciado que aportarán un peritaje privado sobre la salud mental de la joven.

La familia de Marta presentará en cinco días un escrito razonando por qué desea tramitar los hechos como un presunto delito, según ha anunciado su abogado al juez.

La acusada llamó al número que figura en los numerosos carteles sobre la desaparición de Marta que hoy todavía, nueve meses después de lo sucedido, aparecen colgados en farolas y muros de Sevilla y les dijo que "no volverían a verla".

En su declaración ante la Policía, reconoció los hechos y dijo que lo hizo "para entretenerse" y "porque se aburría".

La denuncia por estos hechos fue remitida en primer lugar al juzgado de instrucción 4 de Sevilla, que investiga la desaparición y muerte de Marta, pero el juez la devolvió por tratarse de un delito independiente del crimen de la joven.

Fuentes del caso han indicado que, a raíz de la desaparición de Marta, los padres de la joven recibieron numerosas llamadas malintencionadas, con insultos, risas o amenazas, incluso a intempestivas horas de la noche.