La incertidumbre continúa diez meses después. La desaparición de Ruth y José, los dos hermanos onubenses de 6 y 2 años de quienes nada se sabe desde el 8 de octubre del año pasado, cumple hoy diez meses con la búsqueda detenida y sin que las líneas de investigación abiertas hayan logrado arrojar luz sobre el paradero de los niños. La plaza de las Monjas de Huelva será hoy escenario de un nuevo acto público en memoria de los pequeños, una concentración a la que está previsto que acuda la madre, Ruth Ortiz, informaron fuentes de la familia.

Ni los exhaustivos interrogatorios al padre de los desaparecidos, José Bretón, el único imputado por los hechos; ni las entrevistas a los familiares ni, sobre todo, los registros en profundidad en la finca de Las Quemadillas han ayudado al juez instructor y a la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) a encontrar pistas sobre qué ocurrió en la tarde del 8 de octubre.

Desde que estalló el suceso, el juez instructor, José Luis Rodríguez Lainz, se esfuerza en cada uno de sus autos en echar por tierra la versión de Bretón, que diez meses después mantiene su primera tesis: sus hijos se perdieron en el circuito deportivo del Parque Cruz Conde, mientras jugaban, en un despiste suyo. La tesis principal del magistrado es que Bretón hizo desaparecer a sus hijos durante las horas en que nadie lo vio en la tarde del 8 de octubre. El magistrado siempre ha apuntado a la finca de los padres de Bretón, en Las Quemadillas, como la zona cero del suceso, y de ahí que la Policía haya redoblado esfuerzos para buscar en la zona, hasta ahora sin resultados.

En uno de sus últimos autos, el magistrado llegó a plantear la tesis de que el procesado habría podido construir un habitáculo en la finca para esconder los cuerpos de los pequeños. Los registros exhaustivos llevados a cabo en las últimas semanas en la vivienda y el naranjal circundante, sin embargo, no han arrojado resultados. La Policía se ayudó de geólogos, de un georradar y de avanzados medios tecnológicos, que también han dado un resultado decepcionante, mientras Bretón continúa instalado en el silencio.