Andalucía

Un granadino de 76 años mata a tiros a su mujer obsesionado "por los celos"

  • El hombre fue detenido tomando un café en el bar al que acudió a confesar el crimen · La víctima no había presentado denuncias · La ministra de Igualdad piden a las mujeres que "no minimicen el riesgo"

La violencia en su faceta machista golpeó ayer Granada con un trágico suceso que ha puesto en pie a la pequeña localidad de Píñar. María F. J., una mujer de 76 años, falleció al recibir varios disparos por parte de su marido en la casa que ambos compartían en este municipio de apenas 1.400 habitantes y situado a unos 40 kilómetros de la capital.

El incidente en Píñar se conoció alrededor de las 7:45, cuando el asesino confeso, Miguel López, apodado el Ico y también de 76 años, acudió en busca de su amigo Juan Huertas, que regenta el bar Pepín. Allí pidió al propietario del local que avisara a uno de sus hijos y a la Guardia Civil porque "había matado a su mujer de tres tiros con una pistola que adquirió dos días antes", según relató ayer el propio Huertas.

Tras efectuar las llamadas, ambos bajaron al bar, donde Huertas, atónito por el relato, sirvió un café a su amigo. A los pocos minutos, los agentes detuvieron al hombre y lo llevaron a la Comandancia de la capital. A lo largo del día hoy se prevé que pase a disposición del juez.

La coordinadora del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) en Granada, Carmen Solera, avanzó que la fallecida no había denunciado previamente a su marido por malos tratos y tampoco se habían producido antes episodios de violencia en el seno de la familia. Sin embargo, varios vecinos de la víctima relataron que "María había pasado temporadas en Madrid y en Guadix, donde residen varios de sus hijos, por problemas con su marido". Además, relataron que durante unos meses, algunos de los hijos se turnaban por las noches para estar con sus padres porque "María estaba intranquila".

"Desde hace ocho meses estaba en tratamiento, aunque me dijo en muchas ocasiones que no se tomaba las pastillas e incluso me las mostraba". Éste es el testimonio de Juan Huertas, la persona a la que Miguel López confesó el crimen. Según relataba el propietario del bar Pepín, donde a diario acudía Juan, éste "estaba obsesionado con la idea de que su mujer y sus hijos querían envenenarle" y decía que "le pinchaban por las noches".

Fue por celos. Eso es, en principio, lo que Miguel le ha declarado a la Guardia Civil. "Cuando yo bajé al bar, le puse un café y le pregunté que por qué lo había hecho, él sólo me dijo que porque tenía que hacerlo", aseguró Huertas.

Según explicó, el autor confeso de los hechos "estaba bien, muy poco nervioso". "No llevaba arma y me dijo que lo había hecho con una pistola que compró", señaló. Sin embargo, cuando entró la Guardia Civil al establecimiento y le puso las esposas, "rompió a llorar".

El Ayuntamiento de Píñar ha decretado tres días de luto oficial por el fallecimiento de su vecina, la segunda víctima que pierde la vida a manos de su pareja en provincia granadina en lo que va de año.

Además, con María la cifra de las mujeres fallecidas en Andalucía en lo que va de año como consecuencia de violencia de género suma ya cuatro, diez en el conjunto de España.

La ministra de Igualdad, Bibiana Aído, condenó el asesinato y expresó la necesidad de dejar claro a los agresores que la sociedad española "no consiente ni tolera" conductas de este tipo. La responsable de Igualdad, a través de un comunicado, señaló que las mujeres que son víctimas de la violencia de género "no están solas, sino que tienen todo un sistema de protección a su alcance que las protege.

Aído demandó a las mujeres que sufren este tipo de violencia que denuncien y acudan a los profesionales especializados pero que "no minimicen nunca el riesgo porque su vida puede depender de ello".

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