Andalucía

Los guays han llegado a la ciudad

  • Ciudadanos transforma el lenguaje político con un llenazo en el palacio de Congresos de Cádiz sin banderas ni pins, pero sí con mucho orden y educación

Unas mil cuatrocientas personas esperaban pacientemente durante más de una hora en una inmensa cola en torno a la antigua Tabacalera de Cádiz. Vaqueros, camisas de cuadros planchadas, dentaduras con ortodoncia, apenas ningún friki, ningún personaje parecido al Cumbres, aquel pobre hombre que chafó la voz del pueblo en el encuentro del alcalde de Cádiz con sus vecinos. Esto es otra cosa. Sin aparente control, todo controlado. Habiendo de todo, una edad media, pongamos, de 40 y algo años. Clase media.

Dentro, mientras los de fuera esperaban, una organización muy preocupada de que nada se fuera de madre. Pruebas en la pantalla gigante instalada en el patio. Aparece Albert Rivera en esa pantalla ajeno a que se le proyecta en una prueba. Hace movimientos con la cabeza, como ajustando las cervicales, quizá una mala noche. Bosteza elegantemente el líder ciudadano. Su jefe de prensa charla relajado un rato conmigo: "Me pasa en precampaña que muchas veces me levanto en el hotel y tardo tres minutos en entrar en situación. ¿Dónde estoy?". Está en Cádiz, la cuna del constitucionalismo. Y esa gente de fuera quiere entrar a escuchar una reforma constitucional. No parece la mejor forma de pasar una mañana de sábado soleada, pero lo cierto es que están ahí.

Los van haciendo pasar poco a poco. Por megafonía una voz que parece sacada de un supermercado informa que por motivos de seguridad todo hay que hacerlo de esta manera, poco a poco. Con orden. Hay dos mensajes subliminales en toda la puesta en escena. Una es esa, orden, aquí nadie asalta los cielos. Dos, somos guays. Son esas camisas para corbatas sin corbata, es todo este buen rollo que hace comulgar a los asistentes en la convicción de que estamos aquí porque somos buena gente. No nos alteremos.

No hay hooligans, aunque hay un conato de minoritarios cánticos futbolísticos de a por ellos, oé oé, que a los organizadores no les acaba de hacer gracia. Esto no es un fondo sur, somos guays y los guays no decimos oé oé. En la nueva política no hay oé oé, que no somos críos.

Casi nadie lleva pegatinas ni merchandising de la formación. Una mujer de mediana edad me pregunta que ha oído que Podemos también dará un mitin en Cádiz. "Sí, abren aquí la campaña el 4 de diciembre. ¿Vas a ir?". "Claro, hay que estar informado. No somos nada sin información". Es gente ávida de política.

Observo un núcleo de Ciudadanitos, chavales de no más de veinte años. Tampoco son del partido. Tienen una cara de buenos chicos que tira de espaldas. Uno de ellos, Alfonso, dice algo que me hace reflexionar: "Es que esta gente o Podemos dicen cosas tan evidentes que cuesta creer que no existieran ya". ¿Y por qué no Podemos, entonces? "Estos de Ciudadanos son menos agresivos, ¿no crees?".

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