Andalucía

La lenta agonía de Calar Alto

  • Tras 40 años, el centro científico más importante de Europa integrado por cinco cúpulas que albergan los telescopios, se desangra por falta de fondos.

Más de cuarenta años de historia, de investigaciones y de estar a la vanguardia de la ciencia es el resumen de la corta pero fructuosa vida que ha tenido hasta hoy el Observatorio Astronómico de Calar Alto. Los proyectos que se han llevado a cabo en las instalaciones desde su puesta en marcha, con la tecnología más puntera, lo han alzado hasta la primera línea internacional. Tanto es así que es el centro de observación astronómica más importante de la Europa Continental y uno de los más relevantes del mundo.

Europa conoce a la provincia de Almería fundamentalmente por sus frutas y hortalizas, pero en el mundo, el Observatorio Astronómico es un punto insigne. Los trabajadores del centro y los ayuntamientos de Gérgal, Bacares y Serón lo tienen claro y así lo indicaron a este medio, "entristecidos" ante las noticias de los recortes presupuestarios y la amenaza de cierre que, según indican, "podría producirse antes de 2019 si no hay una apuesta fuerte y decidida por parte de todas las administraciones, empezando por la más cercana que es la Junta de Andalucía y las diputaciones", como indicó el alcalde de Gérgal, Miguel Guijarro y también el delegado sindical de UGT, Ricardo Hernández.

Lejos, pero no tanto, quedan aquellos trabajos de construcción de las cúpulas (1973), que después conformarían lo que hoy se conoce como el Observatorio. Para muchos era esperanza porque traería trabajo. Para otros, una fuente importantísima de riqueza que ha dado su luz durante años y que ahora parece estar apagándose desde que el Gobierno central ha efectuado un recorte "letal" que le está llevando a una convulsa situación y peligro para la continuidad de las observaciones y de los proyectos que hay en marcha. Los despidos de personal así lo atestiguan.

El sentimiento para la plantilla de trabajadores, que en un sector u otro desempeñan sus funciones en el centro, es que "Almería está dejando pasar, posiblemente, la oportunidad de su vida, tanto a nivel científico como turístico", pero en esto "no están las administraciones, ni se las espera", lamentan.

Para el alcalde de Gérgal, preocupado por todas las noticias de actualidad como la renuncia del director José María Quintana, el recorte de la inversión y la impasividad de la Junta de Andalucía, insiste en la "necesidad" de que se unan todas las administraciones, desde el Estado hasta los ayuntamientos más pequeños "para intentar salvar el centro científico". Incluso, está "dispuesto a adjudicar una partida del presupuesto de su pequeño ayuntamiento para ayudar si fuera necesario". Miguel Guijarro tiene muy claro que "el papá Estado no puede cubrirlo todo", y pone como ejemplo más cercano la situación de Canarias o Teruel, donde todos están a una, implicados en el proyecto. El edil asegura que esto es una cuestión de política y que en este caso, sin lugar a dudas, "la política está por encima del sentido común".

El Centro Astronómico Hispano Alemán (CAHA), más conocido como Observatorio de Calar Alto, es un centro de servicios. No desarrolla investigación propia, sino que mantiene y opera los telescopios, que están a disposición de la comunidad astronómica española y alemana para que obtenga sus datos. Cualquier persona que trabaje en astronomía en España o Alemania puede pedir el uso de los mismos. Por eso, restringir el funcionamiento de Calar Alto, o cerrarlo, afectaría a multitud de proyectos de investigación en universidades y centros de los dos países. Cientos de tesis doctorales y de investigaciones en curso dependen de esta instalación. Y para muestra un botón. En promedio, Calar Alto proporciona datos para unos 125 proyectos de investigación diferentes cada año, con investigadores situados en España y Alemania, pero también en otros lugares del mundo. A la vez, es plataforma para el desarrollo de instrumentación de tecnología de vanguardia y al valorar su importancia no deben olvidarse los proyectos instrumentales y de desarrollo tecnológico. La mayoría de los grandes descubrimientos astronómicos actuales son fruto de proyectos a largo plazo que implican a multitud de personas integradas en varios equipos de investigación y que recurren a varios observatorios para obtener los datos. Por eso es difícil, en muchas ocasiones, precisar a qué observatorio se debe atribuir un descubrimiento concreto. A lo largo de su historia Calar Alto ha aportado datos a muchos programas de investigación de la máxima relevancia.

Quizá entre ellos quepa mencionar el que fue motivo del premio Nobel de Física de 2011, el descubrimiento de que la expansión del universo se produce con un ritmo acelerado, resultado del Supernova Cosmology Project, para el cual se obtuvieron datos con los telescopios e instrumentos de Calar Alto, como explica David Galadi, el jefe de astronomía del centro.

Mención especial merecen otros hallazgos puntuales por su repercusión mediática, como la observación del impacto del cometa D/1993 F2 (Shoemaker-Levy) contra Júpiter en 1994. Fue el telescopio de 3.5 m de Calar Alto, equipado con una cámara infrarroja de última tecnología el primero del planeta en captar imágenes de ese evento. Y entre los hallazgos recientes destaca el descubrimiento del planeta extrasolar de menor tamaño conocido, el planeta Kepler-37b, para cuya confirmación fue crucial la participación del telescopio de 2.2 m.

Con el cese parcial de actividades impuesto por la empresa, las primeras víctimas son los proyectos Califa y Cármenes. Califa porque dependen directamente del tiempo de observación que no se va a poder cubrir.

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