Andalucía

La lista más votada... en el Parlamento y también en los ayuntamientos

  • El PP aspira a conservar todas las capitales y a blindar a sus alcaldes con la abstención a Díaz El PSOE intenta recuperar Sevilla y Huelva y controlar entre dos y tres diputaciones

Susana Díaz se someterá el próximo jueves a su tercera votación en el Parlamento, pero los negociadores socialistas saben de antemano que no conseguirán la abstención de ningún grupo de la oposición. Se repetirá el resultado de las dos sesiones anteriores, 47 síes contra 62 noes, pero el PSOE entiende que cada votación que no resuelve el Gobierno andaluz perjudica a los partidos de la oposición. "Se tendrán que retratar en plena campaña", comenta un dirigente socialista que rechaza que Susana Díaz también se erosiona cada vez que se convoca un Pleno y se encuentra con toda la oposición en contra y en bloque. Todos han asumido que no habrá solución al bloqueo hasta que no se conozcan los resultados de las elecciones municipales del 24 de mayo; al final, Susana Díaz no ha podido evitar lo que quiso soslayar con el adelanto electoral: que el Gobierno de la Junta quedase al margen del sudoku de coaliciones en el que se convertirá España esa noche.

El estado de la oposición es el siguiente. Ciudadanos es una marca sometida a la carrera nacional de Albert Rivera, aunque después de las municipales y autonómicas tendrá que definir su política de alianzas; Podemos se encuentra sumido en una depresión demoscópica y en los inicios de lo que puede ser una profunda división; Izquierda Unida no va a salir a ayudar a quien considera que les echó del Ejecutivo de coalición, y el PP va a blindar a sus alcaldes, al menos los de las grandes ciudades, de posibles coaliciones de los socialistas contra la lista más votada. De este modo, lo más probable es que Susana Díaz salga elegida presidenta en una fecha cercana al 13 de junio, día en el que se constituirán los plenos municipales, con la abstención del PP y de Ciudadanos. La postura del partido de Albert Rivera parece cantada toda vez que su representante en Andalucía, Juan Marín, estuvo a punto de anunciar su abstención esta misma semana. El PSOE había aceptado firmar su decálogo anticorrupción, la abstención de sus nueve parlamentarios se daba por segura, pero Rivera mandó a parar. La abstención del PP es más complicada, pero Juan Manuel Moreno llevará al partido a ello si se respeta a sus alcaldes, se aprueba un descenso de impuestos y se formula alguna propuesta más en materia contra la corrupción.

El sondeo de Commentia que hoy publica este periódico muestra que los alcaldes populares pueden conservar las alcaldías aun perdiendo la mayoría absoluta. Excepto en el caso de Almería, todos los regidores no llegarían esa cifra mágica de la mitad más uno, aunque se encontrarían ante una oposición muy dividida incapaz de formular una alternativa contraria. Tendría que aliarse el PSOE con Ciudadanos, con la marca de Podemos donde la haya y con otras formaciones para conseguir una mayoría absoluta de concejales. Casi imposible. Fuentes socialistas explican que el partido no tiene aún un criterio sobre ello, que dependerá de cada municipio, aunque, en efecto, se reconoce que las coaliciones a cuatro o a cinco son casi imposibles. Si es así, los propios socialistas respetarían la lista más votada, aunque más por imposibilidad de armar un gobierno mixto que por convicción.

Pero el PSOE aspira a conseguir, al menos, dos de las capitales: Sevilla y Huelva, donde la propia encuesta indica que los alcaldes están más débiles. Susana Díaz, que ya ha comenzado su campaña de las municipales casi con la misma fuerza que las autonómicas, se va a volcar en ayudar al candidato socialista en Sevilla: Juan Espadas. El ex consejero de Medio Ambiente es una apuesta personal de la presidenta de la Junta. El alcalde Juan Ignacio Zoido, que ganó las pasadas elecciones municipales con 20 concejales, se ha deteriorado en su primer mandato, bien por la falta de resultados, bien por el tiempo en el que estuvo ocupado en su puesto de líder de la oposición en el Parlamento andaluz. El caso de Pedro Rodríguez en Huelva parece distinto, en su caso parece que sí pesan los mandatos acumulados. De hecho, la dirección popular tardó su tiempo en confirmarlo como candidato y si lo hizo fue porque no halló entre sus concejales alguien con mayor popularidad.

En el caso de la ciudad de Cádiz, donde Podemos llegó a ganar las elecciones autonómicas, su alcaldesa Teófila Martínez perdería por vez primera la mayoría absoluta, lleva 20 años gobernando sin problemas, pero su caso es similar al de otros regidores: tendría que producirse una alianza a tres para desalojarla que obligaría a Ciudadanos y al PSOE a votar a favor de un alcalde de Podemos. El PSOE considera que sí ganará las elecciones autonómicas en Andalucía de modo global; es decir, que sumará más votantes que el PP. Muchos municipios cuyos alcaldes socialistas fueron castigados hace cuatro años por las políticas de Zapatero pueden retornar a este partido, de tal modo que las diputaciones que los populares consiguieron de modo muy apurado, como las de Cádiz y Córdoba, podrían volver a ser socialistas.

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