Foro Joly

El mundo asiste a un trasvase de poder sin precedentes en siglos

  • Francisco García Casas, secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Latinoamérica y el Caribe, subraya el papel que España y Europa deben jugar en el equilibrio entre Estados Unidos y China.

El mundo asiste al mayor "trasvase" de poder visto en siglos. Ésa es la tesis de Fernando García Casas, secretario de Estado de Cooperación Internacional y de Latinoamérica y del Caribe, el diplomático que ha tenido a su cargo, con el último Gobierno, las relaciones de España con lo que ha sido tradicionalmente su gran área de influencia. El trasvase de poder es el que se está dando entre Estados Unidos y la Unión Europea hacia Asia y, en especial, hacia China, que ya se ha convertido en uno de los grandes actores internacionales.

García Casas intervino ayer en un Foro Joly, patrocinado por Telefónica, destinado a analizar las relaciones de España con esa gran área y con el resto del mundo. Latinoamérica dejó de ser hace muchas décadas lo que Cortázar definió como el patio trasero de Estados Unidos; hoy es una vasta extensión, muy ligada al vecino del norte, por supuesto, pero con una entidad propia. Tal como recordó García Casas, hoy hay tres países de la región que forman parte del G-20: México, Brasil y Argentina. Atrás quedó el tiempo en que está parte del continente era una sinfonía de golpes militares y de ruidos de sables. En los próximos meses, 14 de estos países celebrarán elecciones presidenciales. El proceso democrático, en opinión del diplomático, está consolidado. Es el tiempo del silencio de los militares.

Para García Casas, el trasvase de poder está ahora sacudido por la irrupción de Trump

Pero a pesar de ello, y de su crecimiento económico prolongado en pasadas décadas, Latinoamérica va avanzando con claros desequilibrios, con estridencias propias de países expuestos a cambios muy rápidos. Algunos de sus países, por ejemplo, son de los más peligrosos del mundo. La delincuencia es un auténtico azote que tiene en jaque a algunas de las ciudades con los mayores índices de criminalidad del planeta. Es una zona que aún está por desarrollar en infraestructuras y, aunque la formación educativa está extendida en la población, el nivel que muestran los informes PISA es de un retraso relativo frente a la media de países de la OCDE. "Una carretera hace a veces más que diez tratados internacionales", sostuvo García Casas, parafraseando al ex presidente Felipe González. Y es que el 70% de las vías por carretera en la zona están sin asfaltar.

Pero América Latina es hoy un puente entre Europa y Asia, un eslabón que España y la Unión Europea deberían aprovechar por proximidad geográfica y cultural. El diplomático recurrió al recuerdo del Galeón de Manila, que era la flota española de intercambio con Asia y que se hacía con atraque y desembarco en México para llegar, al menos una parte, a España vía el puerto de Veracruz.

El trasvase de poder está ahora sacudido por la irrupción de Trump. García Casas es ante todo un diplomático, y tanto en su conferencia como en el turno de preguntas eludió la crítica sin matices. Es de la opinión de que el tratado de libre comercio que el presidente tiene puesto en duda terminará por abrirse paso a la realidad en un continente donde el empresariado de ambos lados de la frontera tiene intereses comunes. "Sería bueno que la inmigración fuese una opción y no una obligación", indicó a este respecto y al de otras zonas del mundo, como África, cuyo crecimiento demográfico se dejar ver en forma de presión sobre Europa.

Trump es un personaje que, en su opinión, tiene sus matices. Es cierto que es un proteccionista y que sus maneras no son diplomáticas ni por asomo, aunque hay considerar lo que puede ser un éxito, que es la reconducción de las relaciones con Corea del Norte y el abandono de su carrera nuclear. Aunque en este caso habría que subrayar el papel que ha jugado el otro polo: China.

Las economías de América Latina están saliendo de sus particular crisis. Brasil, que fue el líder de los países en desarrollo, se atascó, aunque el secretario de Estado considera que las próximas elecciones presidenciales deben resolver este estancamiento.

Sí preocupa, y mucho, la situación política de dos países, Venezuela y Nicaragua. El país centroamericano vive una revuelta social provocada por las políticas de Daniel Ortega y la represión con la que se ha empleado contra su propio pueblo. Y el régimen de Maduro sigue agravando la división de la sociedad venezolana, además de someterla a un fuerte estrés carencial que se deja ver en las migraciones hacia Colombia.

La opinión de Fernando García Casas es que hay que combinar la presión internacional para mejorar las condiciones políticas y sociales sin romper los lazos de diálogo que puedan conducir a una posible solución. Uno de los problemas de Venezuela, por ejemplo, es la tradicional división de la oposición.

Cuba es un caso aparte, diríamos que casi en el mundo, aunque la apertura que inició Obama parece atascada, a la espera de saber cómo se conducirá el nuevo presidente en sus relaciones con Estados Unidos.

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