Nueva elecciones. el reto del psoe

Los noventa no son suficientes

  • Pedro Sánchez intenta una tregua con sus barones, al menos hasta el 26 de junio El PSOE andaluz sostiene que repetir el mismo resultado sería "un doble fracaso" El comité federal deja constancia del desánimo instalado en la dirección

CON noventa diputados, un partido de izquierdas no puede formar Gobierno ante un Parlamento de mayoría de derecha". Susana Díaz explicó ayer en la sede socialista de Ferraz lo que estos cuatro meses han evidenciado: noventa escaños no son suficientes, que es justo lo que algún ex presidente del Gobierno le recomendó a Pedro Sánchez nada más ver el resultado del 20 de diciembre. "A la oposición". Pero el candidato no hizo caso, y así ha llegado a la fecha, con un equipo desmoralizado y un partido dividido, aunque con una nueva oportunidad para su supervivencia política. Ahora bien, la declaración de Susana Díaz no sólo deber ser leída como una enseñanza del pasado, sino como una advertencia de futuro. Si Sánchez vuelve a obtener una cifra situada en el entorno de los 90 escaños, no habrá siquiera lugar a liderar las negociaciones. Y sigue explicando Susana Díaz: "Estos cuatro meses deben quedar en el olvido; cuatro meses de postureo, de farsa, de teatro". ¿Se refiere a su partido?, le preguntaron los periodistas a la presidenta tras el comité federal. "Lo digo en general, aunque el PSOE es el que más se ha esforzado", respondió.

El comité federal dictó una tregua tensa que durará hasta las elecciones del 26-J. Sánchez apeló a la "unidad" y a la "confianza" en el secretario general, y dejó este mensaje para quienes, como Susana Díaz o el manchego Emiliano García-Page, quieren que Eduardo Madina ocupe un puesto mejor en la lista de Madrid: "Me sorprende que, después de tanto criticar a Pablo Iglesias por el reparto de sillones, ahora algunos hagan lo mismo al hablar de puestos en las listas". En efecto, la tregua aguantará, pero será tensa.

La semana no ha sido buena para Sánchez, ayer habló apenas 13 minutos en el comité y ninguno de los barones solicitó la palabra. Cuatro meses después, el socialista se disculpó, públicamente, por haber llamado indecente a Mariano Rajoy. Fue en el programa de radio de Carlos Herrera, el miércoles pasado, pero lo que no trascendió es que Sánchez se lo repitió a sus diputados y senadores durante la reunión que mantuvieron ese mismo día en el Congreso. El equipo del candidato amaneció descompuesto aquella mañana, cansado, más que desanimado. A César Luena, el secretario de Organización, apenas se le veían los ojos, relata un diputado socialista. Antonio Hernando, el portavoz, uno de los hombres que ha brillado en estos meses, transmitía derrota. "Estaban rotos por fuera, pero también por dentro, Pedro mantiene el tipo, pero el PSOE no da más de sí", sigue este diputado, que también transmite el desánimo imperante en su partido. Cuatro meses después de que Pedro Sánchez lo intentase casi todo para formar Gobierno, el PSOE afronta una nueva campaña muy complicada desde el punto de vista interno, el candidato logró que los barones territoriales le dieran tiempo para intentar un acuerdo, casi imposible, con Ciudadanos y con Podemos, ganó cuatro meses desde aquel 28 de diciembre en que el comité federal amagó con tumbarlo, fue una prórroga a la que ahora se suma otra cita, la del 26 de junio, pero si el resultado es tan malo como el anterior, el partido reventará. La quiebra dentro del PSOE no ha sido nunca más fuerte que ahora, la desconfianza es absoluta como muestra este otro comentario de otro diputado andaluz: "Veo claro lo de las disculpas, lo que éste busca es ser vicepresidente del Gobierno en una coalición con el PP, no se puede sentar habiendo llamado indecente a Rajoy".

Las miradas están puestas en Susana Díaz. Hay quien hubiese querido que la presidenta andaluza diera el paso para estas mismas elecciones, con la presentación de su candidatura a las primarias. En esa idea estaban José Luis Rodríguez Zapatero, José Blanco, José Bono e, incluso, Alfredo Pérez Rubalcaba. No es que confiasen en una victoria de Susana Díaz, sino que deseaban que fuese ella quien dirigiese las negociaciones en el PSOE de cara a la formación del Gobierno después del 26 de junio. Uno de los escenarios probables es que ni el bloque de la derecha ni el de la izquierda suma suficientes escaños para gobernar: es decir, que PP y Ciudadanos no sumen, pero tampoco PSOE y Podemos. Entonces se abriría paso o el Gobierno de gran coalición o una abstención crítica del PSOE para dejar pasar a un Ejecutivo del PP. Los populares prefieren lo primero. Mariano Rajoy es uno de los defensores de la gran coalición, también del bipartidismo, y seguirá siendo su apuesta para los próximos meses, de no ser que entre PP y Ciudadanos sumen 170 escaños. Entonces, estarían a sólo seis votos de la mayoría absoluta, pero para ello debe cumplirse una fórmula que es complicada, que el PP crezca en apoyos sin restar al partido naranja. De nada valdría, por ejemplo, que los populares subieran hasta 130 (ahora cuentan con 123) y Ciudadanos bajase de 40 a 30.

¿Cuál sería un mal resultado para Sánchez? Según la dirección del PSOE andaluz, 90 escaños, que son los que tiene en la actualidad, sigue siendo un pésimo dato. Sería una oportunidad más para enmendar el peor resultado electoral de los socialistas. "Todo lo que no sean tres dígitos es mala cosa, será un doble fracaso, como lo fue el resultado de Rubalcaba", explica una persona de la dirección de Susana Díaz. La presidenta parece que ha comenzado la campaña electoral. Su objetivo sigue siendo mantener al PSOE por encima del apoyo del 30% en Andalucía, aunque repetir el número de escaños es muy complicado. Los socialistas tienen 22 diputados, pero algunos escaños como el último de Jaén o el de Sevilla peligran por la irrupción de la coalición entre IU y Podemos. El efecto de esta alianza de izquierdas puede terminar alterando todo el mapa, aunque es previsible que no obtenga el segundo puesto en ninguna de las provincias. El PP también se vería perjudicado si tiene que compartir espacio con una cuarta fuerza más potente.

Díaz va dar la batalla, necesita mejorar el resultado en Andalucía y tratar de eludir con hechos que alguien le pueda echar en cara en el mes de julio que el mal resultado general también se debe a ella. Aunque el PSOE ha ganado todas las elecciones con Susana Díaz al frente, estas generales presentan el escenario más proclive para que el PP le pise los pies.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios