Sevilla

Casi 200 personas pasan 2 horas dentro de un avión a 50 grados

  • El vuelo de Ryanair tenía previsto partir a las 12:50 y no lo hizo hasta las 17:35 · Cruce de acusaciones entre la compañia y Aena sobre lo sucedido en San Pablo.

Más de dos horas en un avión a 50 grados. Así estuvieron los casi 200 pasajeros que ayer tenían que despegar del aeropuerto de San Pablo a las 12:50 en un vuelo de la compañía de bajo coste Ryanair. El retraso provocó escenas de nerviosismo entre los ocupantes del avión, que partió del aeródromo a las 17:35. La compañía aérea culpó de lo sucedido al aeropuerto, mientras que Aena asegura que la demora es responsabilidad de Ryanair por no contratar un servicio hasta última hora.

Una auténtica pesadilla. Eso fue lo que vivieron ayer los viajeros que realizaban con Ryanair el trayecto Sevilla-Pisa. El vuelo tenía prevista su salida a las 12:50, sin embargo el embarque se retrasó media hora, según asegura una de las viajeras, Rosario Cartaya. Una vez allí los minutos pasaban y el avión no se ponía en movimiento, sin que nadie les diera una explicación. A ello se unía el sofocante calor que se registró dentro de la aeronave, donde se rozaron los 50 grados, según confirmaron los pasajeros y la propia Aena.

"Nadie nos explicaba nada. Tras insistir salió el comandante que habló en inglés. Sólo lo entendieron unos pocos. En un principio dijo que no despegábamos porque fallaba el compresor, por lo que no se podía poner el aire acondicionado", explica Cartaya. Posteriormente -según los pasajeros- la compañía culpó de lo sucedido al aeropuerto.

Sin embargo, Aena explicó ayer a este periódico que la responsabilidad era de la compañía de bajo coste, ya que tardó 45 minutos en contratar una máquina remolcadora que debía alquilar a una empresa externa para cruzar la plataforma de estacionamiento y dirigirse a la calle de rodadura, que conecta con la pista de despegue. A este tiempo se une lo que tardó la máquina en llegar a la zona y en realizar el trayecto.

Mientras, en el interior del avión el nerviosismo aumentaba. "El trato que nos dispensaron fue denigrante. Sólo repartieron botellas de agua a los bebés y a los niños. A los demás no nos entregaron porque no podían venderla. Además, teníamos prohibido bajar del avión porque nos expulsaban del vuelo", relata Cartaya. El estado de histeria fue tal que un pasajero italiano abrió una puerta tras golpearla, lo que provocó que el avión se inmovilizara y se abriera la rampa de emergencia, motivo por el cual tuvo que personarse la Guardia Civil.

Los pasajeros volvieron a la terminal pasadas las 15:00. Allí presentaron reclamaciones individuales a Ryanair. Aena les entregó botellas de agua. Antes de las 16:00 regresaron a la sala de embarque sin que les dieran un ticket de comida para almorzar. Poco después les subieron a un autobús que les llevó al avión, que partió a las 17:35. El pasajero que abrió la puerta se quedó en tierra al negarse el comandante del avión a que subiera en "su vuelo".

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