Eduardo Moyano (57 años, Puente Genil), sociólogo, es el director del Instituto de Estudios Sociológicos Avanzados (IESA), el único organismo que el Consejo Superior de Investigaciones Científicas posee en España dedicado únicamente a esta materia. Su barómetro anual acaba de dar una ventaja de 9,1 puntos al PP sobre el PSOE ante unas futuras elecciones autonómicas.

-El barómetro se ha convertido en uno de los hitos políticos del año en Andalucía. Supongo que eso conlleva satisfacciones y algún dolor de cabeza. A todos, a los diferentes partidos, les parecerá que se puede cocinar a favor del contrario.

-Bueno, dolor de cabeza no. Lo que estoy es un poco cansado de tener que defender nuestra profesionalidad año tras año. Mire, yo he sido vicedirector del IESA, con Manuel Pérez Yruela de director, y he seguido durante 16 años este barómetro marcado siempre por el rigor científico y la seriedad. Durante bastantes años, nuestra encuesta ha dado buenos datos para el Gobierno socialista, y entonces el PP lo descalificaba menospreciando el carácter público del IESA como centro de investigación. Ahora que aporta unos datos donde se percibe un cambio en la opinión pública andaluza, sigue descalificándolo. Me duele que no se respete a la institución. El IESA no es una consultora que hace trabajos por encargo para una empresa o para un partido político. Somos un centro público de investigación que depende de la Administración del Estado, al igual que el CIS. Durante 20 años hemos mantenido unas excelentes relaciones con las administraciones públicas, especialmente con la Junta de Andalucía. El IESA es una institución respetada y respetable gracias a la profesionalidad y rigor de nuestros trabajos.

-Del casi el empate técnico del barómetro de 2009 entre el PSOE y el PP, un poco a favor del PP, a estos 9,1 puntos de diferencia de los populares, hay un año y un cambio brutal. ¿Qué ha ocurrido?

-El cambio brutal está originado, fundamentalmente, por la crisis económica, pero no sólo por ella.

-¿A qué se refiere?

-Si analizamos la serie histórica del barómetro del IESA, desde 2004 se viene produciendo un descenso gradual del apoyo al PSOE y al Gobierno socialista. Se aprecia, por tanto, un agotamiento del proyecto socialista en Andalucía desde antes de que estallara la crisis económica. Cuando comienza esta crisis, lo que ocurre es que se agudiza ese descenso y en este último año se produce el desplome del Gobierno socialista y del PSOE que refleja la encuesta. Por lo tanto, la pérdida de apoyo al Gobierno socialista viene de antes. La crisis económica y las duras medidas que ha tenido que tomar el Gobierno de Zapatero lo que hacen es agudizar la caída. Para explicar el fuerte efecto negativo de la crisis en la situación política de Andalucía, habría que tener en cuenta un hecho diferencial respecto a otros momentos. A diferencia de otras épocas, cuando había en Madrid un Gobierno del PP y en Sevilla un Gobierno del PSOE, ahora se produce una tormenta casi perfecta: un Gobierno socialista a nivel del Estado, que está tomando medidas muy duras e impopulares y un proyecto socialista andaluz que daba muestras de agotamiento desde hace tiempo y que agrava su desgaste por efecto de la crisis. Aunque el Gobierno socialista de Griñán no tiene mucho que ver con las medidas económicas impopulares adoptadas por el Gobierno también socialista de Zapatero, la opinión pública le hace corresponsable y eso le supone un fuerte desgaste.

-Sobre ese desgaste que se nota desde 2004, se dice que fueron los datos de las encuestas del IESA las que propiciaron el cambio de presidente de Manuel Chaves a José Antonio Griñán.

-No me atrevería a decir eso, porque nunca he estado cerca de esos ámbitos de decisión política. Lo cierto es que el presidente Chaves y su partido, al igual que los demás partidos políticos, siempre han tenido acceso a las encuestas del IESA. Es lógico que hayan notado el problema de la pérdida gradual de apoyo del gobierno socialista en Andalucía desde 2004. De ahí a decir que el cambio en la Presidencia de la Junta estuviera propiciado por nuestra encuesta, es cuando menos una conclusión exagerada.

-La encuesta refleja, claramente, que los votantes confían más en el PP que en el PSOE para salir de esta crisis y generar empleo.

-Bueno, en años anteriores, cuando la crisis no era percibida o no existía, el PP siempre salía mejor valorado en las políticas relacionadas con la economía y el empleo, mientras que en las redistributivas, en las claramente socialdemócratas, ganaba siempre el Partido Socialista. En ausencia de crisis económica, estas opiniones no se traducían en un aumento del apoyo electoral al PP, pero, ahora, cuando el 83% de los andaluces manifiestan que su principal problema es el paro y la crisis económica, es lógico que salga beneficiado el PP en el sondeo, que es el partido que más confianza genera en la solución de esos problemas.

-Pero el barómetro del IESA indica que los ciudadanos tampoco discriminan tanto entre PSOE y PP al referirse a las políticas socialdemócratas.

-Ésa es la novedad del barómetro de 2010. Lo novedoso, no es que el PP sea mejor valorado en los asuntos económicos. No, la novedad es que en las políticas redistributivas se han reducido tanto las diferencias entre el PSOE y el PP, que están empatados en la valoración que hacen los ciudadanos. Sólo en sanidad sigue por delante el PSOE. En el fondo lo que ocurre es que la crisis y el pesimismo que impregnan toda la población andaluza hacen que aumente el deseo de cambio de Gobierno y que la confianza en el PP se extienda a todas las políticas, incluidas aquéllas en las que nunca era bien valorado. Eso es lo que explica la elevada valoración a favor del PP.

-¿Eso convierte la situación en difícilmente reversible?

-No me atrevería a decir eso. La encuesta del IESA muestra que hay un porcentaje muy alto de indecisos, en torno al 30%, y en su gran mayoría son antiguos votantes socialistas. La cuestión es saber adónde van a dirigir su voto cuando llegue el momento de las elecciones. Parte de esos indecisos puede ir a la abstención, otra parte puede ir de nuevo al Partido Socialista, pero también puede ir a IU o incluso al PP. En ese casi 30% de indecisos puede decidirse el resultado electoral. Que la situación sea irreversible o no, va a depender de la capacidad del Partido Socialista para movilizarlos en su favor y recuperar así lo perdido.

-¿No hay ya un trasvase de votos?

-La encuesta del IESA dice que ahora mismo no es significativo el trasvase de votos desde el PSOE al PP. Y hacia Izquierda Unida tampoco. Lo que muestra la encuesta es un trasvase de votos desde el PSOE hacia la indecisión. Si analizamos sólo los porcentajes de intención de voto directa, es decir, sólo los encuestados que han declarado a quien votarían, vemos que no hay tanto una subida del PP, apenas sube dos puntos respecto al sondeo de 2009, como un espectacular descenso del PSOE. Baja seis puntos que es precisamente lo que aumenta el porcentaje de indecisos. Ni siquiera sube el porcentaje de intención de voto de IU.

-Bueno, pero de cara a unas elecciones, también se ganan así.

-Claro, ése es el desafío que tiene por delante el PSOE hasta la fecha de las elecciones. El problema es que el escenario de los próximos 12 meses seguirá siendo muy complicado para el Gobierno de Zapatero, y, en consecuencia, también para el de Griñán.

-¿Por qué?

-Antes de nada, lo primero que hay que tener en cuenta es la incertidumbre del calendario electoral. Sólo sabemos la fecha de las municipales, que serán en mayo, pero no sabemos cuándo van a ser las elecciones generales ni tampoco está cerrada la fecha de las andaluzas. No sabemos, por ejemplo, si van a coincidir o no como otros años. En ese calendario incierto se complica hacer previsiones o plantear posibles estrategias. Pero, supongamos, que ambas elecciones serán en 2012. El año 2011 va a ser un año duro, en el que se van a seguir realizando reformas, y el Gobierno de la nación va a seguir tomando decisiones muy duras y de difícil comprensión por el electorado socialista. Va a ser, por tanto, un escenario poco favorable para que pueda producirse una remontada del PSOE.

-¿Esa diferencia de 9,1 puntos es compatible con una mayoría absoluta para el PP en Andalucía?

-Sí. Si lo comparamos con los resultados de las pasadas elecciones, podríamos decir que el PP está en ese posible escenario. Ahora, el problema es, como he señalado, que el porcentaje de indecisos es muy alto y que el PP, para gobernar en Andalucía, debe tener mayoría absoluta, necesita un escaño más de la mitad. Ese escaño, con los datos de ahora, lo tiene. ¿Qué va a pasar con ese 30% de indecisos? Esa es la incógnita que sólo se desvelará el día de las elecciones.

-Usted que es un estudioso del mundo rural y del campo andaluz, ¿diría que el PSOE está ruralizado y el PP gana en las zonas urbanas?

-No. Esa afirmación tan común, carece de rigor. El mundo rural andaluz es muy urbano. Cuando hablamos de mundo rural, ¿de qué hablamos? ¿De Montilla, de Écija, de Antequera, de Arcos? No se puede decir que el mundo urbano son las 10 ciudades principales de Andalucía, y dejar fuera a Baena, a Lucena o a Écija. Si hacemos un análisis más fino, también debemos concluir que gran parte del actual dinamismo andaluz se está dando más en esos pueblos de tamaño medio que en las grandes ciudades o en las capitales. Córdoba, por ejemplo, tiene una capital paralizada económicamente, pero la provincia es muy dinámica. Y esto es trasladable a otras provincias. A Cádiz o a la misma Sevilla.

-¿Y el mundo rural qué es? Un chaval de un pueblo puede ver las últimas series por internet, comprar ropa en Nueva York por la red...

-Por eso prefiero hablar de territorios. Hay territorios dinámicos en antiguas zonas rurales y territorios empobrecidos, desindustrializados y paralizados en zonas urbanas.

-¿Hay muchas diferencias entre andaluces de Almería y andaluces de Huelva?

-Cada vez menos. El IESA se esfuerza por evitar los debates interprovinciales inútiles, que tanto daño hacen a la construcción de la comunidad política de Andalucía. Muchas veces, los debates provincialistas, o localistas, obedecen más a diferencias políticas, que a diferencias identitarias. Por ejemplo, ¿tiene sentido decir que lo que ha frustrado la absorción de Cajasur por Unicaja ha sido un problema identitario entre malagueños y cordobeses? Sinceramente, no. Lo que, en mi opinión, ha fracasado es el modo de llevar la negociación entre los dirigentes de las dos cajas de ahorros.

-Dijo usted hace un año que Cajasur no había aportado nada a la ciudad de Córdoba.

-Sí, no ha aportado nada al desarrollo económico de la provincia.

-Fuerte, ¿no?

-Muy pocas provincias han tenido una caja tan importante como Cajasur. De nada le ha servido al desarrollo económico de Córdoba contar con Cajasur. Córdoba se mantuvo siempre en los últimos lugares de ranking de renta per capita, de empleo.

-El próximo barómetro coincidirá en una fecha cercana a las elecciones autonómicas. ¿Lo habrá?

-Habrá sí o sí. Para el IESA, el barómetro es un servicio que prestamos a la ciudadanía. Nos gustaría, y confiamos, que pudiera continuar siendo financiado como hasta ahora, por la federación de Cajas de Andalucía y la Consejería de Presidencia. Pero si no es posible, buscaríamos otras fuentes.