La suerte no fue tan esquiva estas Navidades con la provincia finalmente. El azar se salvó en esta ocasión gracias a la Lotería del Niño que dejó un millón de euros en la ciudad de San Fernando, donde la Administración número 1 vendió un billete completo del segundo premio, el 11.833. La responsable, Encarnación Martínez, apuntaba además que había vendido numerosos décimos con la terminación del primer premio, el 70.013. El trece sacó la sonrisa, a pesar de su mala fama, a un buen número de ciudadanos, que recuperaron el dinero pagado y ganaron algunos euros que no vienen mal al bolsillo en esta época. Algunos se pasaron para comprobar cuántos les había caído, concretamente 120 euros.

Quienes se llevaron la alegría del día, un regalo inesperado, fueron los agraciados con el segundo premio. De los compradores de los diez décimos vendidos en la calle Rosario -una de las vías comerciales de La Isla- sólo uno, Manuel Benítez, acudió a la administración poco después de saberse ganador. No estaba solo, sin embargo. Lo acompañaban su familia, su esposa, María del Carmen Jones, una hija, Lucía, y una sobrina, Carmen. Todos mostraron su alegría, incluso entre lágrimas, por llevarse este premio. No pudo faltar, desde luego, la botella de cava, descorchado ante los medios de comunicación, los propietarios de las administración y los curiosos que se asomaban para saber qué estaba pasando.

María del Carmen era la más habladora, la que más mostraba su felicidad, además de explicar en qué iba a usar el dinero obtenido. "Voy a pagar el coche de mi hija y le daré dinero a uno de mis hijos que está en paro y lleva más de un año sin encontrar trabajo. Y ya que estamos voy a poner la cocina nueva, que la que tengo está ya muy vieja", comentaba.

A su historia personal se unía la narración de cómo se había enterado de que el azar les había tocado con su varita mágica, como si de una hada madrina se tratara: "Estaba viendo el sorteo pero me fui para la cocina y no paraba de pensar 'hay que ver cómo se pone la gente, qué tonta se ponen'. Y, de repente, se han puesto a chillar y a decir que nos había tocado". Lucía mientras su padre repetía número tras número a medida que salían pensaba que era una broma. "Nos lo ha hecho otras veces", apuntó. Todos comenzaron a gritar en la casa, también Adrián, un pequeño que repetía a todo el que se acercaba que le había tocado elpremio.

Faltaba por llegar otra hija de Manuel, Mercedes, que compartía a medias el décimo con su padre. "Lo tenemos gracias a ella", reconocía su madre. Porque en realidad es otro número el que tradicionalmente juega esta familia. Un número muy parecido, el 11.897, con el que ya obtuvieron un premio hace muchos, muchos años. Pero el agraciado pasó por la administración y vio  el 11.833 en ventanilla, bien visible, junto al punto de atención. La clave fueron los dos últimos números, el 33, un número que a Merche le encanta, "no por nada en especial", matizó. Y el padre lo compró. "Son los Reyes más bonitos que han podido venir", aseguró con su hijo, un bebé de pocos meses en brazos.

Como Manuel Benítez otras siete personas se hicieron con el décimo en ventanilla. Otras dos personas están abonadas a este número, que siempre juegan. En total la Administración número 1 ha repartido un millón de euros, 100.000 euros por cada décimo. Además, hay que contar qué da por la centena y cuánto por la terminación del primer premio con la que ha vendido una buena cantidad de décimos.

Encarnación Martínez, la lotera, lo explicaba rodeada de su familia. "Unos familiares que tenían hace algunos años la administración dieron un premio hace tiempo. Nosotros hemos dado también una Primitiva", reconoció. Algunos ciudadanos aprovechaban la ocasión para echar la Primitiva. Por si se les pegaba la suerte.