Presidenta fundadora del Consejo Económico y Social de Andalucía, gobernadora civil de Huelva, concejal del Ayuntamiento de Sevilla, jefa del gabinete de la Delegación del Gobierno en Andalucía, alto cargo de la Junta de Andalucía, funcionaria por oposición... Rosamar Prieto-Castro (Granada, 1947) tiene un dilatado currículum político que pivota en varias ciudades andaluzas. En lo personal, conserva una buena amistad con Manuel Chaves, que acudió a su homenaje el día de su jubilación y con quien ha compartido muchas tardes dominicales de cine en los tiempos no tan lejanos en que José Antonio Griñán integraba la pandilla.

-Debió faltarle poco para estar en la foto de la tortilla.

-No, porque entonces estaba en el PSA, de donde me expulsaron por díscola ante mis reiteradas advertencias sobre el peligro de que el partido se escorara a la derecha. Estuve muchos años sin militar en ningún partido hasta que el entonces alcalde de Sevilla, Manuel del Valle, me propuso entrar en el PSOE. Acepté, aunque a los pocos días participé en aquella primera gran huelga general contra el Gobierno de Felipe González.

-¿Veía usted tanta inestabilidad en el Gobierno de coalición entre el PSOE e IU como para adelantar las elecciones?

-Los gobiernos de coalición son complicados. No me extraña nada que la presidenta se haya planteado la necesidad de tener un Gobierno más estable. Dadas las circunstancias, es muy lógica esta convocatoria antes de las elecciones generales y para que haya un único debate andaluz.

-¿Qué es Andalucía para usted? ¿Percibe realmente la existencia de una conciencia andaluza?

-Andalucía es la quinta parte de España. En términos generales sí hay conciencia andaluza. La mayoría en Andalucía es de izquierdas. La autonomía está vinculada a la izquierda. Muchísima gente vivía bastante mal en Andalucía hace muchísimos años. Y Andalucía no ha hecho más que mejorar. ¿Cuántos analfabetos había hace 40 años? ¿Cuántos niños sin escolarizar? Mucha gente no recuerda la estampa de niños de los barrios sobre suelos de tierra y rodeados de moscas. Quienes no han vivido eso, creen que lo que cuento es impensable.

-Dígame qué virtudes y aristas ve en la candidata de su partido.

-Hay que reconocerle que es muy trabajadora, muy lista y que conoce muy bien el partido. Se ha notado en todas sus decisiones que conoce muy bien el PSOE. Tuvimos un PSOE muy unido con Chaves. Susana Díaz cogió el partido hecho unos zorros y ahora está cohesionado. Naturalmente que la candidata tiene aristas. Desde muy joven tenía muy claro lo que quería. Y para ir alcanzando sus metas ha tenido que pisar callos. También hay que apuntar que es una amiga fiel de sus amigos, dicho sea en todos los sentidos.

-¿Le cuesta trabajo reconocer al actual PSOE?

-Sí, me cuesta. Antes éramos un piña dentro del partido y más allá del partido, porque antes estábamos unidos los demócratas, incluidos los periodistas, frente a los enemigos de la democracia. Todo es ahora distinto.

-Susana Díaz anuncia la creación de una oficina contra la corrupción. ¿Un instrumento útil o un nuevo chiringuito?

-La mejor lucha contra la corrupción es hacer una radiografía exhaustiva de las personas que se eligen para los puestos importantes. Todo el mundo tiene sus historias y sus temitas... Si la oficina funciona de verdad, no me parece mal.

-Usted ha tenido una relación muy estrecha con los presidentes Chaves y Griñán. ¿Cree que deben dejar ya la política por la citación del Supremo?

-Soy jurista y siempre me he acompañado de juristas en mis cargos públicos para que me advirtieran de los límites que no se deben cruzar. A base de mancharnos los unos a las otros, los partidos hemos elevado a condenado la categoría de imputado. Una vez que declaren ante el juez, lo que ocurra a partir de entonces sí será determinante.

-¿Le sorprende la deriva que ha tomado la trayectoria de ambos políticos?

-Claro que sí. Y estoy segura de que a ellos también. Es imposible que un presidente de la Junta de Andalucía haya podido estar al tanto de ciertos detalles. Respecto a Chaves y su trayectoria, tengo que decir que me sorprendió su decisión de dejar la Secretaría General del PSOE andaluz.

-¿Qué pensó el día en que Rajoy invistió a Juan Manuel Moreno Bonilla como presidente del PP andaluz?

-Que nos hizo el mayor de las favores al resto de los partidos, sobre todo al PSOE. A este señor no lo conoce nadie, dicho sea con todos los respetos. Y sus intervenciones no hacen presagiar que vaya a llegar muy lejos. También creo que su figura ha sido determinante para el adelanto electoral. Que nadie conozca a tu rival te da una gran ventaja.

-Al paso que va el PSOE en España, ¿será Andalucía la reserva espiritual del socialismo español?

-Sin duda. Es más, ocurre que Andalucía siempre ha sido la reserva espiritual del PSOE. El Sur es de izquierdas, a lo cual han contribuido líderes como Felipe González y Alfonso Guerra. Y a partir de las próximas elecciones puede serlo más aún. Los líderes no se fabrican en dos días, ni hay muchos. Tenemos la suerte de tener a Susana Díaz.

-¿Qué vertebra Andalucía?

-La clase media. Por eso es tan grave la política de Rajoy, porque mina la clase media culpando a Alemania. Sin clase media se acaba con la vertebración de una sociedad.

-¿Dónde estaba usted el día de la gran manifestación por la autonomía andaluza, aquel 4 de diciembre de 1977?

-En la manifestación, en Sevilla. Con mis hijos pequeños, uno de ellos aún en un carrito. Acabamos a la carrera cuando los militantes de Fuerza Nueva nos lanzaron cascos de cerveza. Llegó la Policía y se lió...

-¿Fue la última vez que corrieron por sus ideas?

-Efectivamente. La de veces que habíamos corrido antes...