Errores propios (alguno) y ajenos (muchos, y todos provenientes del mismo bando) han dado en esta campaña un protagonismo inesperado a Ciudadanos. Eso lo sabe su líder nacional, Albert Rivera (Barcelona, 1979), que ayer estuvo en Cádiz vendiendo su mensaje de cambio "viable y sensato".

-¿Sabe qué es la caña del país?

-No. Ni idea.

-Pues es una caña de pescar típica de Cádiz, muy rudimentaria e ideal para pescar en zonas rocosas. O sea, que su temario para "enseñar a pescar a los andaluces" no promete mucho...

-(Se ríe) Bueno, pero es que yo no engaño a nadie. Podía haber dicho que sabía lo que era, pero no es así.

-¿Qué aprendió de aquello?

-Aprendí que en campaña no se pueden usar metáforas, que hay que hablar claro porque si no todo se saca de contexto. En ningún caso quise insultar a nadie, entre otras cosas porque mi madre es de Cútar (Málaga) y tengo sangre andaluza. Ya me disculpé por si alguien se sintió ofendido pero lo que quise decir es que en Andalucía algunos se han dedicado a robarle a los andaluces metiéndole el miedo en el cuerpo y que lo que hace falta aquí es un cambio en el modelo productivo, al igual que en el resto de España, para acabar con esos índices tan altos de desempleo y de fracaso escolar.

-¿Por qué tira el dinero Ciudadanos haciendo folletos de propaganda cuando el PP le está haciendo una campaña gratuita?

-Es verdad, si llegamos a saberlo... Es que entre Rafael Hernando con Naranjito y lo de Antonio Sanz con lo de ser catalán, pues estamos en boca de todos. Mire, a mí nada de eso me molesta porque estoy orgulloso de ser catalán y español y de que mi familia materna sea andaluza. También el candidato del PP a la Junta (Juanma Moreno) es de Barcelona, y el PSOE presentó de candidato en Cataluña a un andaluz (José Montilla). El problema no es de donde vienes, sino lo que defiendes. Yo soy catalán y allí algunos me insultan llamándome español porque defiendo la unidad de España. Y es paradójico que ahora vengo aquí y algunos del PP intentar darme lecciones cuando estamos defendiendo la igualdad de todos los españoles.

-¿No llegan estas elecciones muy pronto para Ciudadanos? Porque las encuestas cada vez les dan más vuelo...

-Pudiera haber sido así si se tratara de una campaña del siglo XX, porque podríamos haber tenido muchos problemas logísticos. Pero estamos en el siglo XXI, todo ha cambiado, las redes sociales son fundamentales y ahora pienso que la campaña se nos va a hacer corta mientras a otros se les está haciendo muy larga. En cualquier caso, el 22-M Ciudadanos va a ser la gran sorpresa de la noche electoral y también un susto para algunos.

-¿Y por qué está más nervioso el PP que el PSOE con Ciudadanos?

-No, nerviosos están los dos, lo que pasa es que los del PP son más torpes. En Andalucía lo que sucede es que el PP está encantado de estar en la oposición y no ha sido capaz de liderar una alternativa que tenga justicia social por un lado y economía por otro. Pero tampoco es bueno que se confunda una institución pública como la Junta con un partido como el PSOE. Eso pasó en Cataluña con Pujol, en Galicia con Fraga y ahora se está viendo en Valencia. Es bueno que entre aire fresco y que entre a gobernar gente que tiene experiencia en el mundo profesional. ¿Por qué uno que lleva 30 años en un partido va a ser mejor gestor que un profesional liberal? A lo mejor nosotros tenemos más experiencias con la realidad.

-Dice la web de Ciudadanos que es la alternativa "viable y sensata" para transformar España. Eso es un mensaje contra Podemos.

-Es evidente que hay dos partidos nuevos en España que estamos liderando un cambio político. Muchos españoles quieren un cambio y lo que se va a producir, como mínimo, es el fin del bipartidismo. Nuestro diagnóstico y el de Podemos son parecidos, porque sabemos que hay muchas cosas que no han ido bien, como el sistema de partidos, la justicia politizada, la corrupción o el paro. Pero a mí hay soluciones de Podemos que no me gustan porque son del siglo pasado, como volver a intervenir precios públicos, cuestionar si estamos en Europa, o una política muy intervencionista. Nosotros apostamos por dar más respiro a la sociedad civil, con más libertad y más justicia social. Por eso defendemos el cambio sensato, porque un cambio a peor no interesa a nadie.

-Mi impresión es que Ciudadanos es un partido de centro-derecha en Cataluña, que intenta mostrarse como progresista en Andalucía y que es de centro en el resto de España. ¿Es así?

-No. Lo que pasa es que históricamente en Cataluña el nacionalismo ha conseguido crear el estereotipo de que si te opones al separatismo es porque eres de derechas. Y eso no es verdad. De hecho, yo soy progresista porque no soy nacionalista, porque creo en la igualdad y la solidaridad entre españoles. Ciudadanos es un partido constitucionalista, demócrata y progresista en el que el grueso de sus votantes está ubicado en el centro ideológico. Y yo puedo coincidir con el PSOE en que quiero una sanidad, una educación y unas pensiones públicas y más políticas sociales, pero también coincido con el PP en que hay que ayudar a los autónomos, apostando por la libertad de empresas y las libertades individuales. El problema es que en España nadie que haya sido progresista y liberal a la vez ha tenido su espacio político.

-El candidato de Ciudadanos a la Junta, Juan Marín, suma ocho años como socio del PSOE en Sanlúcar de Barrameda. ¿Es eso una declaración de principios?

-No. En Sanlúcar, Ciudadanos tiene 21 proyectos comunes con el PSOE y auditan y controlan su cumplimiento y se lo explican a los sanluqueños. Eso es lo que queremos hacer si llegamos a acuerdos: marcar unas líneas rojas que no podemos rebasar, que esos pactos sean revisados cada seis meses por un comité nacional del partido y fijar unas prioridades que sean más calidad de vida, reactivar la economía para crear empleo y luchar contra la corrupción. Nos sentaremos con todos porque nuestros enemigos no son ni PSOE, ni PP, ni Podemos sino el paro, la corrupción y la desconfianza en la política. Pero no vamos a pactar con gente que tenga aforados o imputados por casos de corrupción, como ocurre con Chaves y Griñán con los ERE. Ciudadanos tiene que servir para que otros partidos limpien sus casas, porque eso es lo que pide la gente decente. Hoy el pacto está criminalizado, y con razón, porque la gente ve que los partidos se han repartido cargos, sueldos y cargos de confianza e incumpliendo sus programas. Pero todo eso va a cambiar.