Fue en la Corredera, aunque eso es anecdótico, porque lo que quedó ayer claro en el primer mitin en toda regla de Podemos en Córdoba es que había muchas ganas de escuchar. Otra evidencia. Íñigo Errejón tiene tirón entre los incondicionales de la formación violeta y no dudaron en aclamarlo una y otra vez. Lo único previsible eran los gritos de "sí se puede" cada vez que la conversación se detenía, un grito de guerra que distingue a Podemos. Más de un millar de personas se dio cita en la céntrica plaza cordobesa, a los que hay que sumar otros tantos que ocupaban las terrazas y que, con cierta atención, escuchaban a quienes subían al atril. Lo dicho, había ganas de escuchar, de vivir en primera persona los mismos mensajes que los dirigentes de Podemos llevan ya meses lanzando, pero que en Córdoba se han seguido a través de los medios de comunicación o de las redes sociales. Ni siquiera hubo quejas por la demora en el comienzo y ni tan siquiera por la tardanza de los medios gráficos por fotografiar a uno de los líderes del partido de Iglesias.

La secretaria general de Podemos Córdoba, Juan Guerrero, hizo de maestra de ceremonias y tras una introducción en la que recordó los inicios de la formación, dio paso al cabeza de lista de Podemos en Córdoba, el profesor de Sociología David Moscoso. Menos ducho que sus compañeros en esto de hablar en público, Moscoso tiró de datos -muchos datos- para concluir que Córdoba está ninguneada y que "vamos a darle el lugar que se merece". Habló de los que jóvenes que se han tenido que ir, del sufrimiento de los andaluces y de que "estamos hartos de palabrería y de incumplimientos".

Fue sólo el principio del momento más esperado, como fue la subida al atril de Íñigo Errejón, quien de entrada ya tuvo un gesto de agradecimiento a los enfermos de hepatitis C presentes, lo que animó aún más a los incondicionales del dirigente. A partir de ahí, el mismo mensaje de casi siempre, sin salirse de la línea trazada, con la única salvedad de que en esta ocasión sí se refirió, aunque con matices, a posibles pactos con otras fuerzas. Así, dejó claro que la vocación de Podemos es la de "la mano tendida" al resto de partidos, pero eso sí, con la intención de dar un giro de 180 grados a las políticas "injustas e ineficaces" que tanto PP como PSOE están aplicando en España y en Andalucía. Dijo que lo que le preocupa "es el pacto de los que ayer eran grandes y hoy temen lo que digan los ciudadanos en las urnas", que es "el pacto que amenaza a la democracia. Por ello, dijo que están "dispuestos a entenderse con todo el mundo", pero siempre que ello implique desterrar las políticas de la austeridad para la mayoría social. En este sentido, subrayó que "lo que está en discusión es si una pequeña minoría de privilegiados están por encima de las leyes y de las instituciones" y si van a conseguir "salirse con la suya y condenarnos al subdesarrollo".

Mientras, la candidata de Podemos a la Presidencia de la Junta de Andalucía, Teresa Rodríguez, afirmó que, "a fuerza de estar apoltronados en el poder, a fuerza de resignación y de apatía, al PSOE-A ya no le duele Andalucía", y para que eso no le ocurra a los dirigentes de Podemos ya tienen prevista "la limitación de los mandatos, pues la política no es una profesión", de modo que, si ella llega a ser presidenta de la Junta, "después de ocho años, como máximo, esta que está aquí vuelve a dar clases en el instituto".