Ningún derecho de sangre justifica que alguien (tampoco el jefe del Estado o sus familiares) goce de inmunidad ante la ley.

Pablo Casado ha confundido la velocidad con el tocino, la cultura con la ley, al ofrecer la versión pepera del mensaje de VOX.

El PSOE ha restituido en cinco meses lo que el PP de Rajoy y Sebastián Pérez desmontaron en una ventolera.

Peor es que una organización con integrantes propensos a la violencia conozca el domicilio de sus adversarios ideológicos.

En mi ignorancia socrática, me aventuro a recomendar algunas iniciativas destinadas a ahorrar y aliviar la crisis perpetua.

En pocos años el Valle cambiará su estampa hasta convertirse en una imagen de la distopía.

Mientras se decide quién gana la batalla, los jueces deben ponerse las togas y asegurar la protección de los niños.

Lograr el avance sustantivo de una región en un mandato es casi milagroso, no hacerlo tras cuatro décadas raya la inutilidad.

Los líderes de la nueva derecha se han acostumbrado a cambiar a la hora de la cerveza el discurso que mantuvieron durante el desayuno.

Mientras se prepara un pastizal para establecer una red de museítos rancios, mediocres, peregrinos o sin público.