Tribunales

El acusado de matar al peluquero de Pinos Puente le clavó el destornillador porque "no tenía escapatoria"

  • Ha defendido en el juicio que reaccionó al percibir que estaba sufriendo una agresión sexual, después de despertarse con el ahora fallecido encima y al sentir "dolor"

Fachada principal de la Audiencia Provincial de Granada.

Fachada principal de la Audiencia Provincial de Granada.

El hombre que se enfrenta a nueve años de cárcel por matar a un peluquero de Pinos Puente tras clavarle un destornillador en el cuello ha defendido en el juicio que reaccionó al percibir que estaba sufriendo una agresión sexual, después de despertarse con el ahora fallecido encima y al sentir "dolor".

Así lo ha manifestado durante la primera sesión de la vista oral que se celebra en la Audiencia de Granada con jurado, ante el que ha reconocido que sí utilizó un arma blanca con punta de estrella con la intención de defenderse porque no encontraba "escapatoria".

Después de consumir droga y tomar un vaso de leche que le ofreció la víctima, a la que había conocido previamente en un parque, el acusado asegura que se quedó dormido y despertó por el dolor cuando ya lo tenía encima, por lo que su reacción fue la de desprenderse de él.

Es por ello, ha declarado, que cogió un destornillador que previamente habían utilizado para la preparación de la droga, pues era lo que tenía "más a mano", aunque mantiene que en ningún momento la intención era la de clavárselo, sino tratar de dispersarlo, tal y como recoge Efe.

Según el acusado, el fallecido tuvo una reacción "totalmente contraria" y empleó cada vez más la fuerza, por lo que por momentos se dio cuenta de que no tenía "escapatoria".

Después de clavar el destornillador en el cuello, el procesado se vistió y salió de la casa con un sentimiento de "terror, miedo y sufrimiento" e hizo autoestop para regresar a Granada.

No fue hasta el día siguiente cuando acudió a un centro médico para que le realizaran pruebas por si había podido ser contagiado de alguna enfermedad, pues percibió al conocer a la víctima que podía tener "hepatitis C".

Ha afirmado que no lo hizo antes porque tenía miedo de salir a la calle y que no denunció nada por una sensación de "bloqueo", pese a que ha asegurado que lo estuvo pensando "desde el primer momento".

No fue hasta un año después de los hechos cuando declaró por primera vez ante la Policía, y ha negado que intentara huir de España asegurando un viaje que hizo a Ecuador poco después del suceso lo tenía programado previamente con un billete que le había regalado su madre.

El fiscal, que pide para él nueve años de prisión, ha sostenido que el procesado no se preocupó por el estado de la víctima, al que causó supuestamente 21 lesiones con el destornillador.

Por su parte, la defensa ha asegurado que su cliente actuó en defensa propia pues sufrió una agresión sexual y lo que hizo fue tratar de liberarse de esa situación.

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