Sociedad

La Iglesia alemana anuncia un "nuevo comienzo" tras los escándalos de abusos

El presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, el arzobispo Robert Zollitsch, admitió fallos en la actuación de la Iglesia católica en relación con el escándalo de abusos sexuales a menores por parte religiosos y manifestó su deseo de que el Viernes Santo constituya un "nuevo comienzo".

En un comunicado, Zollitsch recalcó que la Iglesia necesita ese nuevo comienzo "con urgencia" y reconoció que en las décadas pasadas la Iglesia católica no prestó la ayuda necesaria a las víctimas de esos abusos "por una concepción de su imagen falsamente entendida". Por ello pidió encarecidamente perdón a todos los fieles. En ese sentido, aseguró que a partir de ahora todas las víctimas y sus familiares serán escuchadas y atendidas como se merecen, entre otros, a través de la línea telefónica anónima que abrió esta misma semana.

"Hoy somos conscientes de que (...) nuestra ayuda a las víctimas no bastó", dijo, justificando los errores con la época en la que ocurrieron esos abusos - que empezaron en la década de los 50- y en la incomprensión que había entonces hacia ciertos problemas. "Es una realidad muy dolorosa a la que nos tenemos que enfrentar", continuó, haciendo hincapié en que las noticias de abusos a menores a manos de religiosos han sido recibidas por la Iglesia con "pena, desolación y vergüenza". "Nos conmueve el sufrimiento de las víctimas, que muchas veces ni siquiera pueden plasmar en palabras sus heridas", continuó. "Se han abierto heridas que son prácticamente incurables".

En el Arzobispado de Friburgo que Zollitsch dirige, se ruega especialmente por los niños y jóvenes "a quienes, en medio del pueblo de Dios, en la comunidad de la Iglesia, se hizo daño, que fueron abusados y heridos en su cuerpo y en su alma".

También el ex presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal Karl Lehmann, condenó radical y explícitamente esos abusos en su sermón de Viernes Santo. Esos ataques "debilitan y traicionan al Evangelio de Jesucristo, en el que además se coloca a los niños en el lugar central", dijo.

En su discurso, el comisionado para la gestión y aclaración de los casos de abuso sexual en el seno de la Iglesia, el obispo de Tréveris, Stephan Ackermann, se refirió a esos casos como "heridas" para la Iglesia. "A la Iglesia y a toda la sociedad, se nos han mostrado muchas heridas en las últimas semanas", dijo. "Heridas que los afectados creían que, después de décadas, habían logrado cicatrizar, si no cerrar. Pero ahora se dan cuenta de que se vuelven a abrir muy fácilmente", lamentó. Además, en una entrevista publicada en el diario berlinés Der Tagesspiegel, Ackermann pide un endurecimiento de la normativa de la Iglesia para poder dar respuesta más rápidamente a ese tipo de problemas.

La gran mayoría de los obispados alemanes dedica buena parte de las plegarias a las víctimas de esas injusticias cometidas en las décadas pasadas en varias instituciones educativas de la Iglesia católica en Alemnaia. Por el contrario, el papa Benedicto XVI no se refirió a la crisis que atraviesa la Iglesia católica a causa de ese escándalo, aunque sí lo hizo indirectamente, llamando a todos los religiosos a "en la unión con Jesucristo, ser gentes de paz, oponerse a la violencia y confiar en el gran poder del amor".

El escándalo de pederastia en el que está involucrado el clero católico alemán se está extendiendo a otros países de Europa y América rápidamente. Pero en Alemania, los abusos sexuales se cometieron no sólo en centros religiosos, sino también en instituciones educativas laicas, según se denunció en los últimos meses.

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