Cultura

Ana Morales recicla el Flamenco

  • La moda ética que propondrá la bailaora el día 10 en su montaje 'ReciclArte' es una de las sorpresas de la Bienal que hoy empieza.

Papel, vidrio, plástico... Cuando se habla de reciclaje, éstos son algunos de los elementos que primero aparecen en el imaginario colectivo pero, ¿por qué no trasladar un concepto como éste a otros ámbitos? Volantes de plástico hechos con hule, bordados de papel elaborados con pañuelos, una bata de cola confeccionada con tela de saco o un traje de corto realizado con arandelas de metal y tornillos son algunas de las ideas que se podrán ver en ReciclArte, el nuevo espectáculo de la bailaora Ana Morales que se estrena el próximo lunes 10 en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), dentro del cartel de la Bienal de Flamenco 2012. Este festival, que arranca esta noche en el Real Alcázar con un mitológico programa protagonizado por la gran bailaora Manuela Carrasco para el que se agotaron hace semanas todas las entradas, ofrecerá hasta su clausura el día 30 de este mes un derroche de talento y dará cabida a propuestas más singulares como ésta que aporta Ana Morales.

"Se puede reciclar la música, el vestuario o el baile", afirma Morales, que debutó profesionalmente en el Teatro Maestranza con el espectáculo Puntales, bajo la dirección de Antonio El Pipa en la Bienal del año 2000. "Es un concepto muy actual que puede y debe ser utilizado en las cosas que hacemos", añade la coreógrafa catalana mientras hace hincapié en la base del espectáculo: "Reutilizar" todos los elementos posibles, ya sean materiales o no, y crear "algo novedoso" a partir de "algo antiguo" en un ejemplo de lo que denomina "moda ética". "Descubrí este tipo de estilismo en una tienda común, y se basa en reutilizar materiales usados que no dañen el medio ambiente para darles un nuevo uso", afirma la bailaora. "Indagué sobre este concepto y llegué hasta los chicos de la Escuela de Diseño Ceade Leonardo y allí se materializó esta idea de Pepa Caballero".

En total, un grupo de 16 alumnos de primero y segundo de Diseño y Gestión de la Moda han sido los encargados de crear tamañas "obras de arte", afirma Morales. Más de 100 horas de trabajo han sido necesarias para confeccionar los cuatro trajes que lucirá la bailaora, uno por cada palo flamenco y material, hasta materializar este proyecto tan "ambicioso, creativo y original, a la par que factible". "Quizás la gente no pueda usar este tipo de moda tan artística, pero usar una moda ética, como concepto, es algo que sí se podría plantear", postula Morales.

Reciclaje material, musical y coreográfico es lo que el público de la Bienal de Flamenco 2012 encontrará sobre el escenario de ReciclArte, una forma de "equilibrar" lo moderno y lo clásico que, además, ha condicionado a la coreógrafa a la hora de concebir el espectáculo a través de un recorrido por cuatro escenas, cada una de ellas con un estilo distinto: orgánica, plástica, metálica y de papel. "En la primera escena, la orgánica, llevaré la bata de cola hecha de arpillera, gasa y tul adornada con piñas naturales y yute en rama, lo que me lleva a una soleá madre, de la tierra", comenta Morales. En el papel, no obstante, "se encuentra la sutileza", lo que se traduce en reciclar una rondeña de Antonio Montoya adaptada por el guitarrista Jesús Guerrero, en un alarde de "pura sensibilidad", confiesa.

Mientras, para el metal, ataviada con un traje de torerilla adornado con arandelas de metal; y para el plástico, escena en la que lucirá una bata de baile con volantes de hule, sonará sobre el escenario un martinete, música asociada al yunque y a los sonidos metálicos y del flamenco, y una bulería -de Agustín Díaz Sera- influenciada por el taranto que le ganó el premio El Desplante del Festival del Cante de las Minas de La Unión en 2009 respectivamente.

El elenco de ReciclArte se competa con los cantaores Emilio Florido y El Londro, Jesús Guerrero a la guitarra y Jorge Pérez en la percusión, así como Belén Candil a la dirección escénica. La artista plástica Rocío Sánchez se ha encargado de adornar, con texturas y tintas, el escenario. "Es una idea algo abstracta y elegante. Es un espectáculo contemporáneo, conceptual y un trabajo muy minucioso", señala Ana Morales. "Simplemente espero que el público disfrute con la vista, con el oído y con el sentimiento, porque esto va más allá de un desfile de trajes".

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