Cultura

La Peñaranda nació ayer

Como decíamos ayer, y hace dos años, y hace cuatro, y..., cabría preguntarse por el significado que alcanza en estos días de septiembre la expresión "estreno absoluto". Ni usted ni yo desconocemos que la Peñaranda, Gayarrito, María Borrico, Onofre y hasta Mairena y Pepe Pinto nacieron hace más de cien años. Estos, y algunos otros contemporáneos de ellos, fueron los autores de la música y las letras de la práctica totalidad del repertorio de anoche, en lo que se refiere al cante, que fue el género que ocupó la mayor parte del concierto. Tal vez el concepto se refiere a los arreglos de cuerda con los que se endulzó algunos de los cantes aludidos. Se trata de cantes con tanta potencia musical y expresiva que los arreglos tienen que ser muy potentes para conseguir sumar en lugar de restar. No fue el caso. Tal vez los flamencos, en ocasiones de tanta solemnidad, tengan que acordarse de autores como Mauricio Sotelo. En este sentido añoramos largamente a la malograda autora de Sortilegio, María Escribano. Los arreglos de Cayuela se escoraron hacia lo ligero. Contar con músicos como Sotelo supone más riesgo, más inversión temporal, etcétera. Algunos se han atrevido: Morente, Arcángel, Cañizares.

Quizá los arreglos de guitarra, parte de la armonización y algunas falsetas, fueran nuevas. Pero, en este caso, podemos considerar que cada recital de cante flamenco supone un estreno absoluto. Buena parte de los cantes que interpretó Falcón ni siquiera son una novedad dentro de su repertorio: se los hemos escuchado cantar en ocasiones anteriores e, incluso, en disco. Lo cual no impide decir que Falcón cantó con la solvencia habitual, pese a algún apuro como el de las cantiñas de Córdoba.

La verdadera novedad, el único estreno de la noche, fue el de Paco Jarana como concertista. La música que intérpreto, de su firma, es nueva. Pero es que además fue el debut, espléndido, de Paco Jarana como concertista. Otro gran compositor y tocaor para el baile que se viene adelante. Sus composiciones, su interpretación, muestran la solidez de un intérprete curtido, resultanto brillante en solitario. No obstante, como siempre en los últimos tiempos, echamos de menos la contundencia de los tocaores del pasado.

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