El momento fugaz. El chispazo del duende. Es lo que encontrarán los visitantes que miren, por ejemplo, a los ojos de Bernarda de Utrera en la muestra Inolvidables, una colección de fotografías en las que su autor, Paco Sánchez, “ha sabido captar el alma en cada una de las instantáneas”, tal y como alaba Carmen Mejías Severo, la directora del Centro de Estudios Andaluces, fundación que organiza esta muestra. El Salón Alto del Apeadero de los Reales Alcázares ha sido el lugar elegido para enmarcar la exposición del sevillano, que recala ahora en esta ciudad tras recorrer otras como La Unión, gracias a la programación de actividades paralelas de la XVI Bienal de Flamenco, que superan las 150 en esta decimosexta edición. Carmen Mejías señala también que esta muestra ilustra la importancia del flamenco, “donde se resumen muchas de las claves de la identidad andaluza”, y destaca la labor de difusión de personajes como Antonio Machado y su revista El folclore andaluz o Blas Infante y Orígenes del flamenco y secretos del cante jondo.

La exposición, abierta al público hasta el próximo 2 de octubre, recoge una treintena de retratos de cantaores andaluces que resumen las tres décadas de existencia de la Bienal, algunos de ellos tomados incluso antes de que comenzara el certamen hace ahora 30 años. Sin embargo, no es la primera incursión de Paco Sánchez en las actividades vinculadas al festival de arte jondo, pues el autor ya expuso en sus inicios, durante la primera edición de la Bienal, en 1980. En esta ocasión, el fotógrafo recuerda a unos artistas que expresaron la identidad y la forma de sentir de Andalucía a través del cante. En la inauguración de Inolvidables, Sánchez se mostró orgulloso de que, a través de “un pequeño tributo a estas voces inolvidables”, sus instantáneas contribuyan a que la imagen de estos hombres y mujeres pase a la historia.

La selección expuesta, que pertenece al archivo del sevillano, capta tanto a los grandes personajes del flamenco como a artistas que ni siquiera llegaron a ser profesionales en su hábitat natural, el cante. Figuras que hicieron, cada una a su manera, su aportación al flamenco, enriqueciendo el género y dándole “una dimensión aún más universal”. Así pues, buscando “la sencillez del gesto” y los espacios donde los artistas se manifiestan como tales, Sánchez, nacido en Dos Hermanas, no se decidió por fotografías de estudio, sino por captarlos sobre el escenario, en los ensayos previos o en los camerinos. La fuerza de las imágenes aparece resaltada por la elección del blanco y negro para plasmarlas, como queda patente en los rostros de Camarón, Fernanda de Utrera o La Piriñaca, quien confesaba que al cantar, la boca le sabía a sangre. Completan la muestra La Paquera, Valderrama o Antonio Mairena, entre otros. Destaca además Sánchez, sin caer en la superstición, el hecho de que todos los protagonistas de sus instantáneas ya hayan fallecido y que jamás concibió estos trabajos como una serie que finalmente formaría parte de una muestra dedicada a cantaores de peso.

Además de Inolvidables, con la que acerca a las grandes figuras del cante a las nuevas generaciones así como a aquellos que pudieron disfrutar de ellas en vida, el fotógrafo participa por partida doble en la Bienal con la serie Secuencias, una selección de imágenes centradas en la figura de la mujer en el baile flamenco, que se expondrán en los teatros donde se celebre el festival, que comienza esta noche.