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Atención socio-sanitaria de confianza para los más mayores de la casa

  • Gestión de Servicios Raver propone un servicio de asistencia a domicilio que se complementa con actividades como talleres de memoria o fisioterapia. Sus creadoras han sido ganadoras del premio Emprendejoven

Se basaron en situaciones que estaban viviendo personas cercanas su entorno para alzarse con el premio Emprendejoven gracias su proyecto de atención socio-sanitaria domiciliaria a personas mayores, que recibió el nombre de Gestión de Servicios Raver. "Nos sentimos muy orgullosas de saber que un trabajo que hemos realizado con tanto esfuerzo ha merecido la pena y ha tenido su recompensa", afirman las jóvenes cordobesas.

Todo comenzó cuando en clase les pidieron que elaboraran un proyecto empresarial para los estudios que están realizando (Ciclo Formativo de Grado Superior de Administración y Finanzas). Empezaron a darle vueltas hasta que llegaron a la conclusión de que éste sería un buen proyecto. "Se trata de una empresa dedicada a prestar asistencia socio-sanitaria a domicilio a personas mayores, para ayudarles a realizar las tareas esenciales de la vida diaria. Además de este servicio también incluimos actividades como gimnasia adaptada, actividades de memoria, fisioterapia y rehabilitación, o cursos de Internet y de introducción al uso del teléfono móvil", explican Verónica y Raquel, las dos creadoras de Raver.

Y es que, tal y cómo ellas afirman, gran parte de las personas mayores que conocen "no reciben la asistencia que se merecen. Las personas mayores han estado toda su vida trabajando para sacar adelante a sus hijos, y cuando llegan a viejos sus hijos en muchas ocasiones se olvidan de ellos y no le prestan la atención y el cariño que necesitan". Un cariño y una atención que es vital en el día a día nuestros mayores.

Además, finalmente decidieron ampliar el público objetivo de su proyecto. "Tuvimos la idea de que no sólo las personas mayores tienen necesidades sino que también las personas que tienen que trabajar y no tienen con quien dejar a sus hijos cuando no están en la escuela, por ello se nos ocurrió montar una especie de guardería post-escolar a la que pudieran asistir por las tardes niños de entre 5-12 años, para realizar sus tareas escolares y también divertirse jugando con otros niños", prosiguen ambas.

Son de la opinión de que trabajo como es éste necesita muchas mejoras. "Que se investigue más para detectar a personas que necesitan este tipo de ayuda y que no la reciben por desconocimiento o por otra causa; otro de los aspectos que hay que mejorar es que no sólo tengan una persona que les ayude a realizar las actividades esenciales de la vida diaria sino también que les escuchen y le transmitan un poco de cariño", detallan las jóvenes cordobesas. Es, desde su punto de vista, un trabajo muy vocacional ("si estas en ese tipo de trabajo y no te gusta no es lo mismo que estar en otro tipo de trabajo porque aquí trabajas con personas") en el que ellos pueden enseñar un sinfín de cosas ya que como bien dice el refrán: más sabe el diablo por viejo que por diablo.

Opinan que desde la Junta de Andalucía, a través de los diferentes proyectos que propone la institución, se incentiva mucho a los jóvenes "porque no sólo reciben un reconocimiento sino que también reciben una ayuda para poner en marcha sus proyectos". Ellas, por ejemplo, han recibido un ordenador portátil cada una.

No descartan hacerlo tangible. Les gustaría poner en marcha el proyecto algún día, aunque reconocen que "por ahora todavía no estamos preparadas". Por lo pronto están centradas en sus respectivos estudios: oposiciones en el caso de Verónica Pontes y el grado en Administración y Dirección de Empresas en el caso de la joven Raquel García.

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