Canal Empleo

Un trabajo para borrar el estigma

  • El Programa Cualifica de la Junta de Andalucía ayuda cada año a 20 mujeres maltratadas del Campo de Gibraltar a insertarse el mercado laboral. El 80% de las participantes consigue un empleo al finalizar

Las huellas físicas provocadas por el maltratador en la mujer son, generalmente, más fáciles de borrar que las psicológicas. Las mujeres afectadas tienen que recorrer un largo camino para superar totalmente esa nefasta fase de su vida. El programa Cualifica, promovido por la consejería de Igualdad y Bienestar Social a través del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) trata de paliar estas secuelas en la medida de lo posible mediante una acción: la inserción al mundo laboral de las víctimas.

Hace más de un mes que comenzó la décima edición del programa, un curso de formación en hostelería que terminará en verano. En Cádiz se benefician 40 mujeres en total del proyecto Cualifica, 20 de las cuales son campogibraltareñas que acuden a los cursos en un centro de la Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo (Faffe) ubicado en Algeciras, según informa Dolores Viruel, coordinadora del centro del IAM en Cádiz.

En el ámbito andaluz cada año participan 220 mujeres en total. En las tres primeras ediciones participaban 200, pero con la incorporación de del Campo de Gibraltar se incrementó en una veintena más. Uno de los datos más positivos de este programa es el éxito que obtiene. Tal y como comenta Viruel, la tasa de inserción laboral al finalizar el curso está en torno al 80%, lo que lo convierte en uno de los programas de empleo de más éxito, informa la coordinadora.

Existen 18 Centros de Información a la Mujer en la provincia, cinco de los cuales están en la comarca -el de Mancomunidad, Algeciras, La Línea, San Roque y Los Barrios-. Estos centros son los encargados de seleccionar a las candidatas aptas para acceder a los cursos. Viruel comenta que el programa cuenta cada año con más interesadas en participar. Más de 100 mujeres se intersesaron este año, pero los centros no tienen más remedio que seleccionar.

El perfil general es el de una mujer jóven, de 35 años, con una probabilidad alta de inserción en el mundo laboral. Intentan escoger a aquellas que podrán sacar mayor rendimiento al curso y que tendrán más opciones de encontrar un trabajo al finalizar, aunque a las organizadoras les gustaría que hubiese muchas más plazas. Aunque esto no significa, aclara la coordinadora, que las otras mujeres no reciban ninguna ayuda, puesto que existen otro tipo de programas y subvenciones.

Viruel destaca que la parte más importante de este proyecto de inserción laboral es, sobre todo, "la recuperación de la estima personal de las mujeres que han sufrido malos tratos y la recuperación de su independencia, ya no sólo económica, sino personal. El maltratador lo que intenta por todos los medios es aislar a la víctima, la aleja de sus familiares y de sus amigos, por eso es tan importante que recuperen la independencia".

El objetivo principal de estos cursos es que la mujer vuelva a recuperar la confianza en sí misma, y una de las maneras para conseguirlo es que vea que es capaz de mantenerse y de cuidarse y que puede conseguir un trabajo.

La mayoría ha estado toda su vida de pareja cuidando de la casa y no tenía un trabajo, o si lo tenía, se limitaba a ir y a volver, sin establecer relaciones con sus compañeros. "Además, aquí se dan cuenta de que no son las únicas que están en esa situación. Compartir las experiencias les sirve para superarlo y para ver que no están solas", añade la coordinadora.

Según explica Viruel, estas mujeres experimentan una transformación increible. "Son unas personas totalmente diferentes cuando empiezan y cuando terminan, y durante el proceso se va notando la transformación. Esta parte es la que más me satisface, más incluso que la inserción laboral posterior", recalca Viruel.

El curso consta en total de 700 horas de duración y además está subvencionado con una beca de 29 euros por cada día de asistencia. Esto tiene una doble finalidad, por un lado la de motivarlas para que sigan acudiendo y por otro, que puedan mantenerse y que no tengan que trabajar mientras dura el curso, así no tienen porqué abandonarlo. Aún así, cada año son varias las mujeres que dejan el programa, aunque Viruel asegura que muchas veces es porque encuentran un trabajo antes de finalizar, incluso en las mismas empresas donde están realizando las prácticas.

Se imparten hasta tres módulos distintos relacionados con el mundo de la hostelería, que cada mujer puede elegir en función de sus preferencias. A su vez, estos módulos se componen de tres secciones básicas. Una primera parte contiene formación general. "Aquí lo que se les enseña son conceptos básicos, como la estima personal, o aspectos claves como la importancia de una buena presencia, cómo elaborar un currículo o cuál es la situación del mercado laboral actual", detalla Viruel. La siguiente parte es específica, donde se aprenden los contenidos en función del oficio elegido, y por último están las prácticas en empresas hosteleras de la comarca.

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